sábado, 9 de febrero de 2013

Cross Roads - 07

Capítulo 7: El castigo, y un nuevo profesor.

Bill quería morirse ahí mismo, ¡Se supone que nadie de su entorno debía enterarse! ¡¿Qué iban a decir de el?! Incluso podría joder a su padre con esa mierda, pues cada escándalo que salía de él en televisión le traían muy mala reputación a su progenitor, quien odiaba estar en el ojo de los chismes, Bill tendría que lidiar con su padre después, como en aquella ocasión en la que las cámaras lo habían pillado ebrio con unos amigos, todos caminando abrazados y cayéndose en varias ocasiones al piso, totalmente mulas de borrachos, ¡Que metiches eran la prensa a veces! Pero esto… esto no tenía comparación con una simple borrachera… Si su padre enteraba podía declararse muerto.

Miro a Andreas, que antes había lucido confundido, ahora este solo lo miraba con incredulidad, ¡Mierda! ¡Tom sabia que Andreas estaba en el mismo colegio que el! ¡Ese bastardo había abierto la boca apropósito! Bill bajo la mirada al piso, sintiéndose totalmente acabado, claro que Tom lo había hecho a propósito, ¡El solo le chupaba la polla! Era uno de sus trabajos como “subordinado” o mejor dicho como “pertenencia” de Tom, era como una muñeca inflable de placer, ¿Había creído que por que Tom se la dejaba mamar iba a comenzar a quererlo o algo así? Jamás, Tom lo odiaba por más que dejara a su boca y lengua recorrer un lugar tan íntimo.

Bill se estaba haciendo tanto daño a si mismo, y lo sabia, ¿Por qué había ido a buscar a Tom en primer lugar? Debió haberle hecho caso a Aleia, era un maldito idiota, ni el mismo sabia por que había hecho todo lo imposible para seguir a Tom, solo sabia que el día de la fiesta de Dario, necesitaba encontrar a Tom de nuevo, lo necesitaba tanto que dolía dentro de su pecho, y ahora estaba pagando las consecuencias.

Su celular resonó, con una melodía bastante siniestra, el tono que le había puesto a su madre por jugarle una broma, se giró y se alejo unos pasos se apresuro a contestar.

— ¿Hola?

— ¡Bill! ¡Estoy comenzando a cansarme de esto! ¿Todos los días hijo? Está bien que un día a la semana te la vayas a pasar con tus amigos… pero salir todos los días ¿Qué pasa con tus tareas?

—Mamá… tranquila, estoy bien este semestre, te lo prometo yo… iré a casa dentro de una hora.

—No Bill, fui muy blanca contigo estos, días comprendo que eres mayor de edad y todo eso, pero no voy a permitir mas esta situación, quiero verte en casa ahora mismo o hablare con tu padre —ella colgó violentamente el teléfono, Bill suspiro, ese día estaba siendo una reverenda mierda, ¿Lo dejaría ir Tom mas temprano ese día? Se giró regresando hacia el grupo de personas en medio de la fabrica, no perdía nada diciéndoselo, pero cuando se acercó y vio esa mirada, Bill lo olvido completamente, Tom lo estaba esperando, retando a que dijera algo para volver a humillarlo, bien pues no le daría la oportunidad.

— ¿Algún problema? —preguntó Tom arrogante, Bill lo miro furibundo, apretando fuertemente los puños en sus manos, sus dientes por poco rechinaban de rabia, ¡Era desesperante tener tantas ganas de decirle unas cuantas cosas en la cara! Pero sabia que no podía hacer nada, se sentía tan inútil, pisoteado, degradado, en ese momento no se sentía el mismo, había perdido control de todo su mundo, ahora era el quien recibía las ordenes, no quien las daba.

—Ninguno amo…  —contestó con malicia, dándole un toque felino a su voz especialmente en la palabra “amo”, casi como un ronroneo, su lengua acaricio muy brevemente sus labios, el se giró entre las risitas de los demás chicos y se alejo, sin mirar la cara de Tom, ya de mas lejos se atrevió a dar un vistazo, el chico estaba enfurecido totalmente, Bill podía verlo respirar agitadamente, no tenia las piernas sobre el sillón, si no cruzadas de forma casual sobre una pequeña cajita en frente a su sillón, Bill sonrió de lado satisfecho, el también tenia derecho de humillar a Tom un poco, al menos podía decir que el excitaba a Tom, o este no estaría tratando de esconder su erección de los otros.

Bueno eso algo, Bill podía poner cachondo a Tom aun que este lo odiara.


                                                                                                                               

Bill odiaba cada día que tenia que pasársela limpiando ese asqueroso y maldito lugar, por mas cuidado que tuviera su cabello siempre terminaba sucio, tres pares de sus pantalones mas finos se habían rasgado al limpiar las maquinas ya que la tela se enganchaba en las superficies y se hacia trizas, en fin, todo era un desastre, arrojo con hastió la escoba y los demás trastes, a veces pensaba que nunca iba a terminar de limpiar ese maldito enorme lugar.

Como todos los días, se limpio lo mejor que pudo las manos y su ropa, cogió su mochila del colegio y salio de ese lugar sin despedirse de nadie, camino fuera de la fabrica unos cuantos pasos cuando unas manos lo sujetaron por detrás, de repente estaba violentamente estampado contra la sucia pared exterior de la fabrica, se escuchaban algunas ranas croando cerca.

— ¿Qué mierda fue eso? —gruñó Tom empujando con su antebrazo el cuello de Bill contra la pared, comenzando a ahogarlo con la presión en contra del muro, Bill sintió un ramalazo de dolor en su garganta.

— ¿A que te refieres? —grazno asustado cuando Tom incremento mucho mas la presión el aire comenzó a forzar su entrada a través de su garganta.

—Sabes muy bien a lo que me refiero, no vuelvas a llamarme así en presencia de mis amigos, que no se te suba a la cabeza, deje que me la mamaras en la oficina si, pero eso no significa nada ¿Comprendiste?

—Tu… me lo… pediste —jadeó Bill sintiendo como su mirada se nublaba a ratos, Tom golpeo la pared con su puño libre, muy cerca de su cabeza.

— ¡No tenias por que decirlo de ese modo! Comprende que yo no soy un jodido marica enfermo como tu, lo que dices me da asco, no me gusta, solo cierra la puta boca de una vez, está claro que solo te sirve para algo, y eso no es hablar —Tom escupió esas palabras en la cara de Bill antes de soltarlo bruscamente, Bill sintió como su cuerpo se iba hacia delante, apenas tuvo tiempo de poner las manos para no golpearse el rostro contra el piso, sobre sus manos y rodillas comenzó a toser como un loco, el aire entraba a raudales a sus pulmones y le picaban los ojos, le ardía la garganta y sentía que sus pulmones estaban por colapsar, las lagrimas comenzaron a caer por su rostro hasta el piso, se recostó contra la pared en la que casi había sido ahorcado y observo que Tom no estaba a la vista, seguro ya había regresado adentro.

Respiro profundamente varias veces sintiendo como recuperaba el control de sus pulmones poco a poco, su visión se aclaro, su garganta dejo de arderle y sus latidos se ralentizaron, solo sus ojos seguían derramando amargas lagrimas, ¿Cómo había terminado así? Siendo el humillado, el desdichado, siempre había sido al revés, el era el verdugo de las personas, había humillado a muchas a lo largo de su vida, incluso había un video en youtube titulado “El rey del amor no correspondido” Donde un numero alarmante de chicas aparecían llorando y chillando, ellas salían corriendo de algún lugar mientras lloraban, todas ellas rechazadas por Bill, quizás se excedía un poco en su forma de decirles que no quería nada con ellas.

Bueno en realidad amaba eso, ¿Para que negarlo? Era una mala persona, siempre le había gustado llamar la atención, desde niño, por que su padre nunca le había prestado la mas mínima atención, entonces Bill trato de llamar la atención de los demás para compensarlo, cuando una chica adquiría el valor de confesarle sus sentimientos Bill aprovechaba su momento de debilidad para destrozarlas, era seco y contundente, arrogante. Esa era la palabra correcta, el preciado objeto que era inalcanzable para gente de su calaña, era el colmo, Tom vivía en una maldita fabrica abandonada, se vestía con ropa que parecía sacada de algún basurero y no tenia nada, pero a pesar de ser el peor partido que pudiera escoger Tom lo tenia colgando de su mano.

Se puso de pie sin siquiera intentar sacudir el polvo de su pantalón, pero eso si, no andaría con la cara manchada de tierra y lagrimas, saco unos pañuelitos húmedos y se limpió el rostro, iba caminando por el angosto sendero surcado de árboles para salir a la carretera.

—Bill

— ¡Joder! ¡Andi! Mierda odio cuando me asustas así —gruño Bill osco apresurando el paso, no estaba del mejor humor.

—Lo lamento Bill, yo…

— ¿Lo viste todo cierto? —pregunto Bill de pronto deteniéndose luciendo derrotado, ¿De que servia fingir si el chico ya lo sabia todo de igual manera? Andreas lo rodeo para quedar de frente al otro rubio, Bill se preparó para la humillación tensando los hombros.

—Si lo vi, solo que no entendí bien lo que te dijo Tom… ¿Qué paso? ¿Estás bien? —Andreas se veía realmente preocupado, Bill sintió que necesitaba contárselo a alguien, alguien que no fuera Aleia, alguien que también conociera el mundo de Tom, y Andreas encajaba perfectamente para ello.

— ¿Tratas de aprovecharte de un momento difícil? —bromeó Bill suavemente, poco a poco se había ido acercando a Andreas en el colegio, sobre todo cuando Aleia tenia sus actividades en los clubs y no  podía pasar el rato con el, ¿Por qué no confiarle la verdad a su nuevo amigo?

—Se que estas vulnerable ahora, pero no es que este aprovechándome, siento que necesito ayudarte, de algún modo me preocupo por ti.

— ¿Enserio no se lo dirás a nadie? —pregunto Bill esperanzado.

—No lo haré, somos amigos ahora, confía en mi —Andreas poso su mano sobre su hombro, Bill noto el respeto en el gesto, aun que fueran amigos ahora Andreas no se atrevía a tocarlo mas fraternalmente, ya que Bill era algo así como un actor famoso en su colegio y en todos lados bueno… mas o menos, ya que salía mucho en televisión y a veces desfilaba para marcas de ropa importantes, pero no actuaba ni nada por el estilo. Era divertido, Bill quería dejarle a Andreas la confianza que quería brindarle, así que cogió la mano de Andreas con la suya aguantándose la risa ante la cara anonadada del otro chico.

—Lo primero que debes saber es que soy gay —Bill lo dijo claramente, Andreas arrugo el ceño y luego sonrió suavemente, con un rubor en sus mejillas.

—Yo también, no creo que sea un problema… —pero entonces palideció— No me digas que… ¿Tom te golpea por que eres gay? ¿El es homofóbico? —Bill se sintió conmovido por la preocupación que denotaban los ojitos de su amigo, suspiro y miro hacia la copa de los árboles, el cielo si tenia estrellas en esa parte de la ciudad.

—Si y no, yo… le hice algo cuando íbamos juntos al colegio hace dos años atrás, y el jamás va a perdonármelo, esta haciendo que pague totalmente mi deuda con el… algo así.

— ¿A eso se refería con que tu eras de su propiedad? —pregunto Andreas confundido, Bill asintió.

—En realidad Tom salvo mi cuello del cuchillo de Don, y dijo que le debía mi vida, fue así como llegue a ser su… empleado.

— ¡Wow! Espera ¿Tom salvo tu vida? Eso es asombroso.

— ¿Por qué lo dices?

—Tom es el tipo mas maldito del lugar incluso los de los otros barrios le temen, el es la razón por la que no se meten con esta zona, por que el los mantiene a raya, ¿Cómo pudo salvarte la…vida?, lo siento, es que Tom realmente parece un tipo malo, no luce como alguien que salvaría la vida de otra persona.

—No lo hizo por bondad o algo así, solo lo hizo para castigarme, para hacerme vivir este infierno, es imposible que el lo hubiera hecho por simple caridad, además yo me lo busqué.

Ninguno de los dos dijo nada, soltaron sus manos y caminaron muy juntos hacia la carretera, sin notar que eran observados atentamente desde la distancia.

— Esto es muy conveniente… —declaró el sujeto mas adulto, ambos miraban a los dos jóvenes rubios alejarse lentamente, no se movieron tras su escondite entre los arboles— el padre de ese chico es miembro del B&W, podríamos ganar mucho dinero si logramos colocarle las manos encima.

— ¿Quiere secuestrarlo jefe?

—No, eso seria demasiado sencillo, quiero ver que se trae Tom entre manos, y que tiene que ver con ese chico, ¿Podrás hacerlo Liam? —el sujeto asintió, haría hasta lo imposible por cumplir con las misiones que le fueran encomendadas, el lema de toda la asociación era “paid with blood” Todos tenían que saber que si se metían con ellos no podían quedarse tranquilos esperando que los dejaran en paz, pues toda ofensa se pagaba con sangre sin importar cuanto tiempo pasara, Tom la había jodido con el jefe, y no cualquier jefe, era el “big boss”, la cabeza de toda una pirámide de crímenes perfectos alejados del ojo de la policía, el pez mas grande de ese país, el que tenia tanto dinero que podía pasar a ser parte de la asociación corporativa de B&W, pero eso no estaba entre los planes de ese ambicioso hijo de puta, Liam lo vio acariciarse una cicatriz en uno de sus pómulos, la sonrisa del jefe auguraba una pesadilla que estaba por venir… para todos aquellos que estuvieran cerca de Tom.




Cuando llego a su casa su madre estaba esperándolo en la sala, ella lo miro de pies a cabeza, Bill pudo ver que lo evaluaba y que no le iba nada bien por la mirada que ella puso, totalmente furiosa.

—Tu padre te espera en su despacho —dijo su madre en tono osco, su pie se movía de arriba hacia abajo en un tic nervioso, ella estaba sentada en la barra del elegante mini bar de la sala, con su vestido ceñido al cuerpo, totalmente elegante, su expresión enfurecida arruinaba la escena, al igual que una copa de cognac en su mano temblorosa.

Bill no dijo nada, solo bajo la cabeza como un perro y camino en silencio hasta donde su padre, toco la madera dos veces y tras escuchar el seco “pasa” de su padre ingreso lentamente al despacho, una computadora de ultimo modelo con una pantalla de cincuenta y dos pulgadas estaba apagada justo detrás de su padre, quien sentado tras su escritorio, firmaba unos papeles mientras hablaba por teléfono.

—Si, yo lo soluciono Jarrod, adiós —Bill no se sorprendió, su padre siempre estaba hablando por teléfono con Jarrod Trümper, el presidente de la asociación de las empresas, su padre era algo así como el vicepresidente, o eso entendió Bill cuando se lo habían explicado.

— ¿Querías verme padre? —pregunto Bill envalentonándose en su arrogancia, no estaba ante Tom, así que podía volver a ser él mismo. Su padre volteó a verlo y puso una expresión de asco, como su hubiera pisado mierda de perro con sus casimir.

—Ni si quiera lo preguntes Bill, tu madre me contó que hace unas semanas sales del colegio para irte sabrá Dios a donde, ¿Qué carajos hiciste para acabar así? Mira tu ropa, nunca te había visto tan sucio —Bill le presto atención a su ropa por primera vez desde que Tom lo había pisoteado hacia algunas horas, sus jeans estaban hechos mierda, llenos de polvo y mugre, sus zapatos habían dejado de ser negros gracias al polvo que los cubría y ahora estaban grises y embarrados, y un par de hilos colgaban del cuello de su costosa camiseta de ecko destrozada, mierda, parecía un jodido indigente.

—Me caí —dijo encogiéndose de hombros irrespetuosamente.

— ¿Te caíste? Si seguramente ¿Fue una caída de un auto en movimiento? Vamos Bill no soy estúpido, ¿De donde salio esa sangre? ¿Estas metiéndote en peleas? —Bill busco sangre sobre si mismo, se había rasmillado el codo derecho al caer en el piso y estaba magullado, la sangre había chorreado del codo sobre la piel, la sangre seca sobre la piel de sus dedos le indico que se había tocado la herida sin notarlo— tienes toda la cara manchada con sangre.

Oh mierda, seguro se había manchado sin darse cuenta al tocarse con las manos sucias, ¿Por qué Andi no le había dicho nada?

— No estoy peleando papá… ya te lo dije ¡Me caí! —grito Bill exasperado, estaba sintiendo muy mal por la humillación que Tom le había hecho pasar y su padre solo lograba aumentar su tension y malestar.

— ¡No alces la voz contra mi! ¡Soy tu padre!

— ¡Y yo ya soy mayor de edad! ¡Tengo derecho a tener algo más de libertad! ¿No crees?

—Puedes tener dieciocho años Bill, pero sin nosotros te morirías de hambre, sigues siendo un mocoso, ni siquiera te interesas por los negocios de la empresa, ¿Cómo esperas ser independiente algún día? Tu madre encontró esto en tu ropa —Bill, totalmente pálido vio como su padre le mostraba una bolsita con mas o menos tres gramos de marihuana— ¿Estas drogándote? —Bill solo guardo silencio se negó a hablar, era infantil fingir que su padre era invisible y mudo pero sinceramente no sabia que decirle— ¡¿Acaso estas drogándote?! ¡Contesta!

— ¡No es mío! Es de un amigo, ¿De acuerdo?

—Yo no nací ayer, escucha, este jueguito comenzó a cansarme, hoy en la tarde vacié los fondos de tus tres tarjetas de crédito, desde hoy tendrás solo lo necesario para sobrevivir, no vas a comprarte drogas con mi dinero ¿Entendiste? ¿O prefieres acabar en un centro de rehabilitación?

— ¡Ya te dije que no es mío! ¡Si no quieres creerme es tu problema! ¡Además, no necesito el dinero! Puedes quedártelo… —Bill se giró para salir de ese lugar, su padre continuo hablando mientras Bill lo ignoraba olímpicamente.

—Regresaras a casa apenas salgas del colegio, Ivan ira a recogerte todos los días —Bill se frenó en seco ¿Ivan? ¡Oh joder NO!, se giro con expresión asesina y cerró fuertemente los puños.

— ¡No quiero guardaespaldas! ¡No me gusta esa mierda y tú lo sabes!

— ¡Pues en este caso no es una jodida opción! ¡Es una maldita orden! ¡Ivan te llevara al colegio y el te recogerá! ¡¿Entendido?! Estas castigado.

— ¡Estas loco! No entiendes, tengo que… — ¿Cómo mierda  iría a lo de Tom si estaba castigado? Mierda Tom iba a matarlo, Tom iba a matarlo— tengo cosas que hacer.

—Bien te daré una oportunidad, dime la verdad, dime en lo que estas metido y te devolveré tus tarjetas —Bill sabia que diciendo la verdad solo se hundiría en mas mierda de la que ya estaba metido, así que suspiro vencido, su cuerpo temblaba de furia, ya no podía mas ¿Por qué de repente todo se había volcado contra el?

—Olvídalo, solo déjame en paz, no quiero volver a hablarte en mi puta vida… —Bill salio del despacho caminando grandes zancadas hasta su elegante habitación, quería mucho a su padre, pero estaba cabreado, su progenitor no tenia la culpa pero ¿Por qué tenia que joderlo cuando estaba tan vulnerable? Solo empeoraba el calor en su pecho, incontrolable, con lagrimas cayendo por su rostro agarro un adorno chino hecho de vidrio fino, con un costo de 6.000 dólares y lo hizo añicos contra el suelo del pasillo, se sintió mejor al instante después de su pequeño acto de vandalismo, se metió en su habitación de un portazo y se encerró bajo llave, haría algo que hace mucho tiempo no hacia: echarse a llorar hasta quedarse dormido.


                                                                                                                                  …:::º:::…
—Bill, cielos te ves muy mal —Aleia dijo viendo las ojeras de su amigo, y su piel estaba mas blanca que de costumbre— ¿Qué paso? —ella lo abrazo suavemente, Bill se dejó mimar mientras le contaba todo, ella nunca dejo de acariciarlo y escucharlo comprensiva, se estaban saltando las clases en la enfermería del colegio, ya que Bill había tenido nauseas a mitad de la clase y les habían permitido salir.

— Ahora estoy castigado, Tom dijo que si no cumplía iba a lastimarme, o incluso a mis amigos… joder tengo que decirle a Andi que no se acerque a la villa por un tiempo.

— ¿Y por que estabas manejando marihuana?

—Little pig siempre me la obsequia —Bill se encogió de hombros— no es eso lo que mas me preocupa, lo peor es el castigo, no se por cuanto tiempo durará…

—Espero que Tom no haga ninguna locura.

—Yo también —dijo Bill suspirando, su vida había pasado de ser genial a ser una mierda en un parpadeo, por culpa de Tom.

En la salida como siempre Andi fue a buscarlo, Aleia estaba con el y los tres se alejaron para poder platicar, Bill le dijo a Andi lo que había sucedido y que era mejor alejarse de Tom por si acaso el quisiera tomar venganza contra sus amigos, el chico acepto y Bill se sintió mas tranquilo.

—Andi necesito otro favor, le prometí a mi madre que estaba bien en el semestre…

— ¿Si?

— ¿Podrías pasarme los apuntes de hoy?, no quiero joderla mas en mi casa, quizás si mis notas son buenas al final me levanten el castigo, y así poder volver con Tom —Andreas y Aleia se miraron entre ellos, preguntándose lo mismo ¿Acaso Bill era un masoquista?

—Vale…

—Vayamos a tu casa Bill así los apunto yo también —propuso Aleia, Bill acepto de inmediato, era mejor regresar a su casa acompañado de sus amigos que solo y furioso con su mala suerte.

Fueron hacia a salida conversando de trivialidades, Bill se puso alerta, buscando la moto de Don, le costo encontrarla, no estaba cerca en esta ocasión, estaba estacionada a dos cuadras, Tom estaba con ese viejo casco negro de costumbre ocultando su rostro, una camiseta anaranjada y un pantalón azul, Bill se asusto ¿Ahora que haría?

—Buenas tardes señor, señores —saludo Ivan como correspondía a un guardaespaldas muy bien educado, como un perro adiestrado, parado al lado de una imponente limosina no muy larga pero si muy costosa, tenia que ser realista, no podía hacer nada aun que quisiera sin develar su secreto, así que ignoro a Tom y se dirigió hacia el auto con sus amigos siguiéndolo muy de cerca.

—Vámonos Ivan, tengo cosas que hacer —dijo Bill duramente, como si el hombre tuviera la culpa de sus problemas, el era así, una perra que se desquitaba con el que estuviera mas cerca. Llegaron a su casa, sus padres no estaban a la vista, subieron a la habitación de Bill y se acomodaron en la mesa giratoria de vidrio que Bill tenia en ese lugar, era hermosa, su tío se la había regalado a sus catorce años, a Bill le gustaba.
—Bill —su madre entró a su habitación y se mostró sorprendida al ver los jóvenes ahí, Bill casi sonríe cuando su madre se mostró muy satisfecha al ver a Aleia ahí, hacia algún tiempo que Bill no la traía, y el sabia lo mucho que a su madre le gustaría ver a Aleia como su novia, si supiera la verdad— no sabia que estabas acompañado.

Pero simplemente no podía ir a decirle “Mamá me gustan mas las pollas que las vaginas” prefería seguir escondido, después de todo era un cobarde gilipollas, Bill se sentía así en ese momento, sabia perfectamente que su madre había ido a comprobar si Bill estaba cumpliendo su castigo, le dolía la forma en la que sus padres desconfiaban de él ahora, siempre los había estado engañando con mentiras y escapadas nocturnas evitando que se enterasen, pero ahora que ellos habían visto su verdadera identidad se sentía como mierda, su mascara había caído, gracias al hijo de gran puta mas grande del planeta: Tom.

—Estamos estudiando solamente, el es Andreas.

— ¿Estas en el curso de Bill? —pregunto ella amablemente mientras lo saludaba.

—En el mismo nivel diferentes salones, yo soy del salón D y Bill del F por nuestros apellidos.
—Oh bueno… que bien que estén pendientes de sus estudios, les enviare aperitivos —ella salio bastante contenta y Bill se relajo un poco, al parecer tendría a su madre de su lado si quería lograr el perdón de su padre.


                                                                                                                        

Los días comenzaron a hacérsele infinitos, había querido tanto librarse de Tom y cuando jodidamente lo había logrado no entendía por que su tonto culo extrañaba ir a la fabrica, aun que odiaba de verdad todo lo que Tom le hacia sufrir el al menos… Al menos podía verlo y escucharlo.

¿Acaso lo extrañaba? Joder, solo habían pasado cuatro días, no podía extrañarlo Bill no se apegaba a nadie, nadie merecía ser extrañado por el, pero Tom barría esos limites al igual que muchos otros. Aleia tenia junta con el consejo estudiantil como vicepresidenta, y Andi tenia clases extra para el salón D, así que Bill se fue solo ese día, grande fue su sorpresa al no ver la maldita limosina parqueada frente al elegante frontis del colegio esperándolo y de paso llamando la atención de todo el colegio entero, ¡Ya no era un niño para que estuvieran yendo a buscarlo al colegio! Esta era su perfecta oportunidad de escapar, podía ir a ver a Tom y explicarle lo que había ocurrido, aun que se metería en mas problemas por eso estaba seguro… sin embargo valía la pena. De alguna retorcida manera esa teoría tenía sentido dentro su cabeza, su lado racional solo podía pensar: ¿Qué clase de victima regresaba ante su verdugo? Iba tan rápido para alejarse antes de que la limosina apareciera que choco fuertemente contra la espalda de alguien, unos brazos lo sujetaron por la cintura y lo estabilizaron sobre el piso antes de que colapsara.

— ¿Estas bien? —pregunto una voz profunda, Bill sintió que le gustaba el tono semi ronco del chico, se paro derecho y asintió, escaneando a su acompañante.

—Lamento… el choque —dijo apenas, odiaba disculparse, de hecho estaba a punto de retractarse y vomitar, ¿Qué lo había poseído para pedir perdón?  Podía echarle toda la culpa al chico pero  justo en ese momento tenia prisa, por escapar antes de que la limosina llegara, tenia que irse— no te vi.

—No te preocupes, solo fue un accidente —el chico sonrió mostrando una hilera de dientes perfectamente blancos y perfectamente alineados dentro de su boca, una suave barba en forma de candado adornaba su rostro, Dios ese hombre era un sueño caliente sobre dos pies andantes, su camiseta celeste era ajustada a su hermoso tórax, delineaba cada músculo con cada movimiento, sus ojos eran claros, y tenia el pelo castaño, joder, no era de extrañarse que muchas chicas estuvieran babeando por el mientras pasaban por su lado todas lo miraban embobadas, se lo devoraban con los ojos— déjame ayudarte —el susodicho chico se agacho, confundido Bill saltó ligeramente hacia atrás, entonces fue cuando noto que se le habían caído unos folios de la mano derramando sus proyectos al suelo.

— ¡Mierda! —maldijo Bill comenzando a recogerlos, pero solo atino a alzar unas tres hojas cuando el chico castaño le devolvió las restantes, las había recogido todas velozmente— ahm… gracias, realmente esto es algo incomodo ¿Por qué eres amable conmigo? —pregunto acomodando su folio.

— ¿Por qué no habría de serlo? —pregunto el de ojos celestes confundido.

—Hum bueno soy Bill Kaulitz, la mayoría de los hombres me odian, y algunas chicas también, ya sabes me tienen envidia —Bill sonrió de lado, debajo de sus gafas de sol sus ojos libremente escanearon el cuerpo del chico, este le devolvió la sonrisa, Bill sintió como su pene reaccionaba ligeramente, el chico era demasiado guapo para ser verdad.

—Bueno, yo no te odio, no me has hecho nada malo, por cierto, soy Liam —el chico extendió su bien formado brazo y Bill estrecho la mano sin pensarlo mucho, el agarre fue firme pero suave a la vez, el rubio le sonrió a Liam coqueteando un poco con el castaño, si el chico era hetero no lo captaría, pero si estaba interesado lo notaria al instante.

—Me gusta tu nombre Liam, es lindo, como su dueño —el chico lo miro con los ojos algo sorprendidos, Bill se hizo al desentendido, y lucho por no sonreír como un loco cuando vio el evidente interés en los ojos del dios griego que lo miraba de una manera que lo ponía caliente.

—No tan lindo, como el celebre Bill Kaulitz —dijo sonriente el chico, Bill se sintió halagado de algun modo, estaba a punto de pedirle su teléfono cuando…

—Bill —esa era la voz de su madre— Ivan tuvo que salir con tu padre, así que vine yo a buscarte en su lugar…

—Buenas tardes —Liam con toda confianza cogió la mano de su madre y la beso, Bill noto asombrado que ella enrojecía y ocultaba una sonrisa, joder— me llamo Liam, soy un nuevo amigo de Bill —este vio la disculpa en sus ojos, el chico castaño se rasco detrás de la nuca en un gesto tan inocente que Bill supo que estaba nervioso, se veía gracioso con sus 1,90 de altura luciendo así de encogido.

—Soy Verónica, es un placer conocerte, ¿También estudias aquí? —Liam asintió, ¿Cómo es que Bill nunca lo había visto antes?

—De hecho estudio, pero no como usted imagina, estoy practicando para licenciarme en profesor de biología y química, llegue recién hace tres días de la universidad de Harvard, y culminando mis prácticas recibiré mi diploma —Liam lo dijo como si en realidad no importara, Bill solo estaba asombrado, nunca se hubiera imaginado que ese chico fuera su profesor.

—Eso es maravilloso, fue un placer conocerte Liam, debemos irnos —dijo ella apenada, Bill llego a creer que de verdad lamentaba no poder quedarse a conversar.

—Espero volverla a ver —dijo el besando nuevamente la mano de su madre— adiós Bill —le tendió la mano, Bill la estrecho— cuídate —fue la ultima palabra, Liam le guiño disimuladamente un ojo antes de alejarse a zancadas hacia el colegio, Bill vio asombrado un papelito en su mano, lo desdobló, era una tarjeta de presentación, Bill tuvo que reírse por lo original que era, doblada parecía un acordeón pero al estirarla formaba una bonita tarjeta con el nombre completo de Liam y su numero telefónico, a Bill le brinco el corazón… y otra cosa, ¿Liam estaría interesado?

“No volverás a revolcarte con nadie” Resonó la voz de Tom en su cabeza.

“Me da la regalada gana de privarte del sexo, soy tu dueño ahora, ¿comprendes?” Tom siempre estaba de alguna u otra manera en sus pensamientos, miro la tarjeta de Liam con pena, ¿Qué estaría haciendo Tom en ese momento? Observo su reloj, seguro estaría bebiendo cerveza y fumando porros en ese almacén de mierda, guardo la tarjeta de Liam en el bolsillo trasero, aun era un esclavo, no era libre de hacer lo que quisiera.

—Me parece genial que estés haciendo buenas migas con el profesor, un día de estos invítalo a almorzar, o al té —Bill no contesto, solo seguía mirando tristemente a través de la ventana, su vida comenzaba a desestabilizarse ¿Qué pasaría si se desmoronaba? Quien iba a perderlo todo era Bill…


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