Capitulo 10: La mentira de Tom.
Trisha se desnudo y se tumbo en la cama, Tom se abrió la
bragueta y se tumbo sobre ella, la chica rompió un condón y se lo paso, Tom se
lo puso, y descubrió asombrado que su erección estaba mas flácida que cuando la
había sentido restregarse contra el allá abajo en la calle, no estaba siendo fácil
ponerse el condón, joder se le resbalaba de las manos…
— ¿Qué sucede? —pregunto ella abriendo mas sus piernas,
dejando su rosado sexo expuesto a Tom, tenia un piercing en su clítoris, eso le
parecía erótico si… ¿O no? ¿Por que de
repente sentía que no tenía ganas? Comenzó
a asustarse, cuando Trisha le había restregado su caliente cuerpo allá abajo el
había reaccionado, obvio, ¿Qué hombre no reaccionaria con una mujer tan
caliente ofreciéndose? Pero ahora que la
tenia a su entera disposición de repente solo no sentía ganas, no tenia asco ni
nada, tampoco se estaba volviendo gay, por que sabía que le seguía gustando una
mujer.
¡Le seguían gustando las mujeres! Tenían que hacerlo… Tom
metió dos dedos dentro de la húmeda cavidad para ver si su libido aumentaba,
sintió un ramalazo de placer recorrerlo al imaginarse penetrándola, pero el
placer desapareció tan rápido como apareció, era como si no pudiera retenerlo
en su cuerpo; como arena escapandose de sus manos, se recostó sobre la gimiente chica y lamió sus pezones, manoseo
con su mano libre uno de los enormes pechos y disfruto viéndolos rebotar de
arriba hacia abajo con el ritmo de las embestidas de sus dedos que ahora
estaban empapados, el placer volvió a el con la imagen que observaba, esta vez
duro un poco mas pero el cosquilleo en su ingle desaprecio rápidamente y su
pene colgaba flácido, joder ¿Y ahora que demonios iba a hacer?
Tocaron a la puerta y la voz de Desmond resonó a través
de la madera barata— Trisha, Alexander pregunta por ti, ¿Ya acabaste con Tom…?
—No, ¡solo lárgate! ¡Bajare después! Estoy ocupada —ella
sonrió felinamente, abrazando a Tom por el cuello para besarlo, pero el se
aparto rapidamente antes de que ella llegase a tocar sus labios.
—Deberías ir, después de todo yo no voy a pagarte, y tu
necesitas el dinero ¿Verdad?, tranquila, podremos hacerlo en otra ocasión, te
prometo que te haré ver las estrellas —el le sonrió esperando con todas sus fuerzas
que ella se lo creyera, la chica suspiro resignada y se vistió con su escasa
ropa.
—No pensé que fueras tan comprensivo Tomi, de verdad
necesito el dinero, pero sabes que me gustas ¿Cierto? —ella acaricio su rostro
haciendo un sonido como “ras” al pasar sus uñas por la cortísima barba de Tom,
el asintió— eres lindo.
—Tu también —ella se marcho y el suspiro aliviado, no
sabia como hubiera podido evitar el tema sin parecer un “impotente” ante
ella, joder seria su peor pesadilla
hecha realidad, el no era impotente, el era Tom Kaulitz el Dios del sexo, miro
discretamente por la ventana que traía una persiana para evitar la luz del día,
utilizo sus dedos para separarla y observo, Bill cruzaba la calle hacia un auto
azul, Don atendía a un grupo de chicos mas allá, todo normal, Bill… recordó
como el chico le había dejado metérsela sin vacilación alguna la noche
anterior, joder el agujero de Bill era tan aprieto y rosado, asombrado, Tom no
que su polla se hinchaba— joder ¿Por ese maldito teñido si te paras? —le grito
furioso, recordar la voz de Bill gimiendo con cada estocada, pidiendo que la metiera
mas adentro en su cuerpo, joder Bill era tan caliente, el hecho de haber
penetrado ese culo, el antes que nadie, lo excitaba todo referente a Bill lo
excitaba.
“No soy gay” pensó desesperadamente en su interior, se
alejo de la ventana y fue al baño para ducharse, era un pequeño baño pero
estaba limpio al menos, se quito la ropa dejando a la vista su dura polla,
mierda, ¡El no era un maldito marica! No se gastaría pensando en el asunto
simplemente no le apetecía Trisha y ya, pero Bill… no pudo evitar pensar que le
apetecía Bill en ese momento.
Quizás era el morbo de que Bill fuera un hombre y alguien
a quien odiaba al mismo tiempo, quizás era como Loren había dicho y solo tenia
que dejarse llevar, después de todo podría ser una de esas “etapas de curiosidad”
seguramente se le pasaría y todo volvería a la normalidad, entonces el podría
acabar con la deuda de vida que lo unía a Bill, solo era una maldita etapa en
su vida, se repitió Tom mentalmente.
El agua tibia relajo sus músculos, aun que en ese
edificio no duraría mucho así que se apresuro en jabonarse, pero su verga
seguía dura rogando por atención, totalmente resignado bajo sus manos y sujeto
su miembro, estaba caliente, si, iba a ser rápido… trato de no pensar en nada
pero su mente traidora le trajo recuerdos, recuerdos cercanos ya que no habían
pasado ni veinticuatro horas desde que se follara a Bill, esos recuerdos eran
frescos, el sabor de Bill cuando mordió su cuello, la presión de su cuerpo
sobre su verga, sus gemidos.
La voz de Bill no se parecía en nada a la de una chica,
podía gemir tan o mas eróticamente que una a pesar del tono ronco y su voz de
hombre, eso le gustaba mucho, tampoco le había incomodado en ese entonces y
menos ahora que se masturbaba pensando en ese demonio rubio, incluso le gustaba
la parte en la que el tomo su polla en su mano para ayudarlo a correrse, la
primera vez que tocaba el pene de otro hombre y en realidad había sido como
masturbarse a si mismo, y no podía siquiera describir el maldito placer que se sentía
cuando Bill tenia un orgasmo y sus paredes se contraían apresando su polla, incluso
podría decir que era mejor que el éxtasis o el LSD, Tom gruñó como un animal
salvaje, jalo fuertemente dos veces mas y se corrió en su mano, en sus oídos
resonaban los gemidos de Bill y el tono de su voz diciendo su nombre al momento
del orgasmo, Tom respiro agitadamente, el agua comenzó a enfriarse tal y como
lo esperaba, se apresuro en enjuagarse y salio, se vistió y se miro al espejo
de cuerpo entero que Trisha tenia en su habitación, el haberse corrido le daba
un aspecto de “satisfecho” y su pelo mojado era evidencia de que se había
duchado, lo que le daría mas credibilidad a su mentira.
Ni en un jodido millón de años admitiría que no había
podido “cumplir con su labor” eso seria matar, asesinar y aniquilar su hombría,
el tenia que haber follado como el macho que era, no iba a quedar menos ante
los ojos de Don ni mucho menos ante los de Bill, mientras bajaba por las
escaleras y escuchaba los gemidos de las putas y sus clientes, escucho una
pequeña voz en su cabeza, esa voz decía que quizás estaba haciendo todo eso en
“venganza” por el beso que Bill se había dado con ese maricón en sus propias narices,
pero eso seria admitir que se había puesto inhumanamente celoso al ver la
escena, sin embargo Tom el gangster jamás lo admitiría.
Tal y como el pensó su aspecto fue totalmente efectivo, a
Bill solo le basto verlo de reojo y poner una cara… como si hubiera chupado un
limón, ¿Acaso estaba celoso? Tom sonrió satisfecho, no había hecho nada con la
chica pero aun así saber que Bill sentía celos de el y que no podía hacer nada
al respecto era, era una sensación de poder increíble. Bill debía estarse
muriendo por dentro pero no podía decir nada, el jamás lo admitirá, tal y como
Tom no admitiría lo furioso que se puso al ver el beso.
—Tengo que volver a mi casa, mi madre ya me llamo —dijo
Bill en tono totalmente demandante, Tom se volvió hacia el con una sonrisa
satisfecha, ¿Así que su manera de desquitarse seria esa? El no iba a jugar esos
jueguitos.
— ¿Y a mi que demonios me importa? —Tom saco tres
paquetes de marihuana y de paco* y
se los paso a Bill de forma brusca— aquí no es cuando tu quieras o decidas,
aquí es cuando yo digo “bien puedes irte a casa” pero yo no dije nada de eso ¿Cierto?
Así que pon tu desgraciado culo a trabajar, ahora mismo —Tom se alejo en
dirección a Don, este le indico a Bill cuanto tenia que cobrar y se sentó al
lado de Tom en la moto ambos fumaban cigarrillos.
—Ese idiota… no se como no lo has matado de una buena
vez, andar por ahí dictando ordenes como si fuera algo aquí en el guetto, maldito
imbécil, ¿Qué clase de tipo no entiende la lección? Quizás necesita que lo
golpees mas fuerte y así le cabra en la cabeza quien manda.
—A veces pienso que el jamás se va a dejar domesticar al
cien por ciento Don, se que me teme, puedo verlo en sus ojos cuando me acerco a
el, pero en vez de asustarse me enfrenta, como un animal salvaje cuando es
acorralado, lo hice llorar tantas veces, lo lastime tantas veces, y lo hice
rogar tantas veces y aun así sigue desafiándome una y otra vez hasta el
cansancio.
—Quizás sea difícil pero no imposible, solo déjamelo una
noche y será tan sumiso como un chihuahua, solo ver su rostro me hace sentir un
vagabundo a su lado, simplemente lo detesto, caminando como si fuera el rey del
mundo, y tratando a los demás a su alrededor como si fueran basura estorbando
su paso. Quizás si su rostro no fuera tan lindo dejaría esa pose chulesca —Don
acaricio el filo de su cuchillo con hambre asesina, Tom no dijo nada, solo le
dio otra calada a su cigarrillo.
—Tom… enserio me tengo que ir —dijo Bill apareciendo
frente a ellos con un rostro neutral y una mirada indiferente llevaba su
celular en las manos. Don bufo a su lado, moviendo el cuchillo ágilmente entre
sus dedos y mirando a Bill como si quisiera lanzárselo en el pecho.
—Me importa una mierda —dijo Tom, pero un auto los
distrajo, era un viejo auto que se estaciono frente al de Bill, de el bajaron
siete chicos que seguramente habrían estado viajando apretujados en esa
carcacha vieja.
— ¿Quién de ustedes es Tom? —dijo uno de ellos
acercándose seguido por los demás, Tom metió las manos a los bolsillos
tranquilamente sujetando su arma.
— ¿Quién pregunta? —dijo el aludido.
—Nos dijeron que podríamos encontrar buena merca contigo
—el sujeto alzo sus manos en un gesto aparentemente desinteresado— así que
vinimos a buscarte.
—Oh no me digas, nigga —dijo Don en el mismo tono calmado
que Tom— sucede que nosotros no les vendemos a desconocidos, si querías merca
primero haberte presentado como es debido —Don se bajo de la moto— después de
todo seria incomodo tomarse ciertas confianzas antes de tiempo —Tom también se
bajo de la moto de un pequeño salto y se acerco a los sujetos.
— ¿Quién les hablo de mi? —pregunto mirando al que parecía
ser el vocero de los demás.
— ¿Eso realmente importa hermano? ¿No es mas importante
que estemos aquí para comprar droga? —contesto el sujeto que parecía tener un
tic nervioso en sus manos, las movía alrededor de su cinturón barato,
enganchando sus dedos en los hilos que se desprendían de su ropa vieja.
—Yo creo que realmente importa, por que necesito saber
quien fue el maldito imbécil que les hablo de mí, para darle un mensaje no muy
amigable —Tom se encogió de hombros.
— ¿Por qué? ¿Qué tiene de malo que el nos haya hablado de
ti?
—Por que hay ciertas reglas que respetar, una de ellas y
la mas importante es jamás hablar de Tom sin su permiso, simplemente estoy
furioso por que algún hijo de puta esta repartiendo mi nombre por la ciudad
como si fuera confeti, especialmente sin consultármelo ¿Comprendes ahora
“hermano”? —Tom le imprimió todo el asco posible a la última palabra, podrían
ser más que el pero no le importaba.
— ¿Estas rechazando a unos posibles clientes? —pregunto
otro de los sujetos.
—Mira la diferencia conmigo y con otra escoria que vende
merca es que yo elijo a mis clientes ellos jamás me elijen a mi —Tom sujeto su
arma listo para sacarla pero lo que sucedió a continuación lo descoloco, uno de
los tipo agarro a Bill bruscamente y lo abrazo por atrás mientras le apoyaban
un arma con silenciador en la sien, ahora el “vocero” de los tipos esos parecía
regocijarse en su propia salsa.
—Bien bien, parece que ahora las cosas han dado un giro
interesante ¿Aun sigues con la misma mentalidad ahora Tom? —el podía ver el pánico
en los ojos del rubio teñido al verse apuntado con un arma, pero también podía
notar su tenacidad haciendo todo lo posible por soltarse, sin embargo el sujeto
que lo sostenía era mas fuerte.
—Mátalo, el no es de importancia —escucho que decía la
voz de Don, y tuvo que morderse la lengua para no gritarle que se callara,
trato de mantener su cara con la misma expresión mientras sacaba su arma del
bolsillo.
— ¿Qué demonios quieres viniendo aquí con armas? ¿No
sabes que esta prohibido en mi territorio? —el sujeto agarro a Bill con mas
fuerza, este tenia una cara de psicópata, de esos que no le temen a matar y
convertirse en asesinos. De pronto aparecieron mas tipos, por suerte era de los
que Tom conocía, uno de ellos saco una metralleta, de pronto los siete tipos
estaban asustados, Tom sonrió sin ningún humor.
—Creo que no sabes con quien te estas metiendo nigga, si
te metes con Tom te metes con nosotros también “brod” —le dijo el sujeto apuntándolo
con el arma.
—Bien… nos iremos, pero no olvidaremos esto Tom… —el
sujeto hizo una seña y soltaron a Bill mientras volvían a meterse a su lata de sardinas andante.
—Todo bien ¿Tom? —pregunto el sujeto que les había
defendido.
—Normal, gracias por la ayuda —sus clientes siempre lo protegerían
no por que lo apreciaban o algo así, lo hacían por la droga.
—Entonces nos retiramos…
Ellos se fueron como llegaron y poco después Don también se
fue dejándolos solos.
—Genial, casi me matan ¿Qué sucedió con lo de “no pasara nada”
y toda esa mierda? —pregunto Bill molesto.
—Bueno, nada paso, por desgracia sigues vivo, solo supéralo
quieres —Tom le indico que abriera su auto y Bill lo hizo, ya dentro del auto
se hizo un silencio mientras Bill conducía aparentemente sin rumbo. Tom aun no podía
asimilar el pánico que le había entrado al ver a ese rubio en un peligro real, ¿Por
qué? ¿Por qué le importaban lo que pudiera pasarle a ese tipo?
Bill condujo hasta la ciudad donde Tom le dijo que se
estacionara, Bill lo hizo Tom prendió un cigarrillo y lo fumo suavemente, Bill
lo observaba pero el no le devolvió la mirada.
— ¿Así que lo hiciste con ella? —escucho que le
preguntaba, le dieron ganas de reír, no sabia por que pero logro contenerse en
una sardónica sonrisa.
— ¿Eso que demonios importa?
—Que te pones como un loco por un beso y al momento
siguiente te vas a follar con cualquier ramera, simplemente me parece injusto —dijo
con su vocecilla autosuficiente, Tom volteo a mirarlo para encontrarse con su
castaña mirada, Bill se aparto un mechón del rubio pelo y no dijo nada mas,
¿estaba celoso? Si eso era evidente.
—Eso es por que yo no te debo nada a ti, recuerda que tu
me debes algo que al menos para ti es importante, si es que valoras tu penosa
vida, no tienes por que recriminarme nada —por un momento creyó ver una mirada
de dolor, de autentico dolor en sus ojos pero pronto fue opacada por la rabia
que inundaba esas orbes cafés.
—Es solo que me da asco pensar que nosotros follamos y
luego follaste con esa, ¿Qué clase de enfermedades tendrá después de haberlo
hecho con todo el mundo?
—Que mas da si nosotros usamos protección, mira, no te
pongas sentimental ¿de acuerdo? Esta mierda me cansa, no lo soporto ni siquiera
en una chica mucho menos si eres tu quien viene a echarme cosas en cara, tu
solo te callas y yo solo te ordeno ¿es eso lo suficientemente claro para ti?
—Claro que no…
—Creo que no entendiste —Tom lo agarro del cuello
apretando con fuerza, Bill comenzó a ahogarse y sujeto su mano con ambas suyas
y ni aun así pudo zafarse —dije que yo digo lo que se tiene que hacer y tu solo
callas, asientes como un perro obediente y obedeces, el día en que entiendas
que el mundo no gira a tu alrededor será el día en que piense que de verdad tu
vida podrá llegar a valer tan siquiera algo —Tom lo soltó mientras el tosía,
sus ojos lagrimeaban debido a la falta de aire, Bill recobro el aliento y lo
miro con un gran odio, a veces lo confundía, pues lo miraba con tanto anhelo, y
al segundo siguiente solo podía odiarlo, era realmente una mierda pensar en
ello y Tom estaba harto de pensar.
>>—Lárgate —le
dijo antes de bajarse del auto y cerrar la puerta con fuerza, Bill era un
idiota, pero era uno que poco a poco comenzaba a despertarle sentimientos
demasiado complicados como para poder entenderlos, mierda era tan confuso…
Tom camino alejándose mientras escuchaba los neumáticos
chirriar al alejarse el auto de Bill, necesitaba hablar con alguien, con la única
persona en el mundo que podría explicarle por que estaba volviéndose loco.
Loren observo a Tom sentarse en el sillón negro, y
acomodarse cómodamente en el, le había sorprendido el hecho de que Tom buscase
ayuda por si mismo hace dos años, pero el… había buscado ayuda de la manera
incorrecta y Loren sabía que cometió un error con el cuando trato de ayudarlo
al principio.
Lo había tratado, pensando en que Tom llegaría a aceptar
que podrían llegar a gustarle los chicos también, no se había dado cuenta que
la verdadera intención de Tom era “olvidarlo” todo, las cosas no se
solucionaban así, enterrándolas en lo mas profundo de la mente y olvidándose de
ellas, Tom tarde o temprano iba a explotar, y Loren esperaba que para ese
momento Tom fuera a buscarla para contarle lo que sentía quizás ese era el día.
— ¿Cómo estas Tom?
—Loco, totalmente loco —dijo el de rastas mirando
perdidamente al techo, desde que Tom había entrado a su consultorio ella se había
dado cuenta del estado de ansiedad y tensión del chico, era envenenante verlo así
de confundido, parecía que su misma existencia estaba en duda en esos momentos.
—Los locos nunca admiten su locura, mucho menos la andan
gritando como si fuera un hecho, así que no estas loco —trato de bromear ella—
solo un poco confundido.
—Loren… yo quise seguir tu consejo.
— ¿Y como te fue con eso? —pregunto la mujer interesada, jamás
pensó que Tom le haría caso y que se rendiría ante sus impulsos, el chico era
tan jodidamente terco que le sorprendía que Tom se la hubiera tomado enserio
esa vez.
—No lo se… bien o mal, yo… mierda, me acosté con el —ella
abrió mucho los ojos sorprendida, sabia quien era “el” esa era la manera en la
que Tom se refería al “chico” misterioso que lo había acosado en el colegio y
le había hecho sexo oral sin su consentimiento, en un principio creyó que
trataba con un caso de violación ya que todo acto sexual en contra de la
voluntad de una persona era considerada una violación, pero pronto descubrió
que ese no era el problema, Tom nunca estuvo horrorizado por la “violación” ósea,
nunca estuvo asustado del acto mismo, solo se acobardaba con la idea de que un
hombre le había tocado, y que eso le había gustado, la mente “hetero” de Tom no
podía digerir eso, simplemente era demasiado para el chico, pero al parecer
ahora estaba mas confundido que nunca.
— ¿Y como te sentiste? —pregunto ella acercándose para
sentarse en el sillón que estaba cerca del que Tom ocupaba, se sentó mientras
el chico explicaba.
—Malditamente bien —Tom se cubrió la cara con el
antebrazo, Loren pensó que el chico estaba reviviendo los momentos— el… no dijo
nada, solo dejo que lo jodiera.
— ¿Y por que te sorprende?
— ¿Después de todo lo que le hice? —Loren sabia que Tom había
lastimado física y mentalmente al chico en cuestión, sabia que era la manera de
Tom de defenderse de los sentimientos que lo atacaban, pero si el otro chico no
se había alejado era por que sentía algo por Tom ¿Verdad? A menos que Tom le
estuviera ocultando algo— a veces no entiendo por que el sigue volviendo a mi.
—Te has puesto a pensar… ¿Que tal vez ese chico este
enamorado de ti? —Tom se puso rígido como una tabla, Loren pudo notarlo apenas
las palabras abandonaron su boca, las relaciones físicas eran una cosa
totalmente diferente a las sentimentales, si ese chico había dejado que Tom…
tuviera sexo con el, era por algo.
— ¿Enamorado? —jadeo Tom bajo su brazo.
— ¿Te horroriza la idea?
—Si… yo no creo que… “el” me haya hecho todo eso por
amor, mierda, me creo un maldito trauma cuando me hizo eso en contra de mi
voluntad, ¿Quién le hace algo tan horrible a alguien que ama? —Loren entendía
el punto de vista de Tom, de verdad que si, pero quería que Tom entendiera el
punto de vista del chico misterioso, se pregunto si algún día se enteraría de
la identidad del joven, le gustaría poder conocerlo y hablar con el. Pues sabia
que ese chico también estaba afectado por esa situación.
—Tienes que pensar en la posibilidad de que el lo haya
hecho por que no sabia de que otra manera de acercarse a ti, si mas no recuerdo
me dijiste que lo mandaste a volar ni bien se acerco a hablarte, podría ser que
sucumbió ante la frustración, y esta le gano al final —Tom se acomodo mejor sin
descubrirse la cara, parecía que el chico no podía encontrar su comodidad por
mas que lo intentara, Loren suspiro internamente, Tom era frágil aun que no lo
demostrara, algo había pasado en la infancia del chico que lo había cambiado un
tanto, y cuando “el chico misterioso” le hizo a Tom sexo oral en contra de su
voluntad, detono algo dentro de el, Loren no era tonta, sabia que Tom andaba
metido en algunos problemas desde hace dos años, a veces solía verlo por zonas
muy incorrectas para su status social, ella como psicóloga tenia visitas a las
comunidades mas pobres para hablar con algunos niños que habían sufrido de
traumas recientes, solo había visto a Tom por ahí una vez, y el de rastas no
estaba haciendo nada malo, además de caminar apresuradamente, así que no le
tomo importancia, pero… ¿Por qué Tom iría a un sitio con el cual no tiene nada
que ver? Jamás creyó verlo en los barrios bajos, después de todo Tom vivía en
una de las zonas mas residenciales del lugar, rodeado de tantos lujos uno pensaría
que alguien como Tom odiaría los lugares como las villas mas pobres.
—Eso fue por que ya sabia como el era en realidad,
siempre fue la maldita estrella del colegio, siempre vistiéndose con esa ropa
ajustada y llamativa, ¿Y que demonios con su pelo? En ese entonces era negro y
totalmente erizado como si el jodido hubiera metido el dedo en algún
tomacorriente, el siempre fue una persona acostumbrada a salirse con la suya,
cuando alguien le daba la contra acababa muy mal en el colegio, humillaba a los
demás solo para su satisfacción.
— ¿Qué sucedía?—pregunto Loren, estaba contenta de que
Tom al fin se abriera para hablar del chico misterioso por su propia cuenta sin
que ella le presionara.
—Una vez una de las porristas le grito a ese chico, no se
por que se pelearon, pero a la hora del almuerzo todo el mundo sabia que iba a
pasar algo, como yo era nuevo en ese sitio no estaba muy seguro de que era
exactamente lo que era, ese día “el” tomo su venganza, le hecho una malteada en
la cara a la chica y la humillo delante de todos, asombrosamente nadie hizo
nada, cuando averigüe mas sobre el tema supe que le tenían miedo y por eso
nadie se enfrentaba a el y cuando decidía hacerle la ley del hielo a alguien
los demás solo obedecían, desde aquella ocasión lo odie, siempre he odiado a
las personas que hacen sufrir a los demás solo por su propia diversión y yo… me
estoy convirtiendo justamente en eso —Tom al fin le revelo su preocupación, el
la iba a tener difícil al reconocer sus verdaderos sentimientos, pero quizás
ahora estuviera un paso mas cerca.
— ¿Y ese chico sigue teniendo ese carácter?
—Si, el mismo, solo que ahora me tiene miedo y conmigo el
es diferente, el es mas humano, pero después vuelve a ser la misma mierda que
era antes y es una decepción… aun que creo que no tiene sentido —Tom se sentó
como dispuesto a irse, pero Loren no iba a dejarlo ir tan fácil.
—Espera, ¿Contigo es diferente a como es con otras
personas? —Tom se vio confuso.
—A veces si, a veces vuelve a ser el, no lo se, parece
como si el tuviera muchas personalidades dentro de su cabeza, es confuso, a
veces hasta pienso que me agrada, pero luego el hace o dice algo que me
recuerda lo cabrón que en realidad es y vuelvo a odiarlo de nuevo.
— ¿Y se puede saber por que el y tu pasan tanto tiempo
juntos? —Tom se quedo estático en su lugar, Loren supo que no iba a sonsacarle
nada cuando el negó con la cabeza suavemente.
—Loren yo no me atrevo a contarte muchas cosas, lo
siento.
—Esta bien Tom, te entiendo y no te voy a obligar, ¿De
acuerdo? Recuerda que lo único que quiero es ayudarte, Tom, estoy muy orgullosa
y agradecida de que hayas escuchado mis consejos, me gustaría darte otro —Tom asintió—
trata de pensar un poco como si estuvieras en su situación, me refiero al chico
misterioso, trata de ponerte en sus zapatos.
— ¿Qué? Imposible, somos demasiado diferentes como para
tratar de imaginarme lo que siente, nunca se lo que siente, solo me gusta
joderlo… ¡No me refiero al sexo! Me refiero a que me gusta fastidiarle la vida,
no me preocupo mucho de lo que siente, después de todo el tampoco se preocupo
en lo absoluto de lo que yo sentía he hizo lo que le dio la gana conmigo —Tom
se puso de pie, molesto, Loren también, ella nunca iba a dejar que Tom se
largara de su consultorio en un estado de animo negativo, eso crearía un
recuerdo para Tom y este comenzaría a distanciarse de ella.
— Tom, te estas comportando como un tonto, ¿Acaso el no
te pidió perdón por sus acciones del pasado?
—Si lo hizo… pero esto no puede solucionarse con un
simple perdón Loren.
— ¿Por qué no? ¿Por que no olvidas la venganza y
encuentras el perdón dentro de ti?, serás mas libre cuando lo hagas, deja de
cargar con ese peso Tom, a el también le pesa igual, ¿Por qué no le preguntas?
— ¿El que?
—El por que te hizo eso, tú no lo sabes ¿Verdad? Pues pregúntaselo
directamente ¿O le temes a la respuesta que el pueda darte? —Tom se estremeció.
—Yo no tengo miedo, mucho menos de lo que el pueda
decirme, la razón por la que me amarro a una cama y me hizo “eso” no cambiaria
en nada lo que siento…
—Bien, pues si saber el por que no cambiara en nada la
situación solo pregúntaselo y ya, que mas da si de todas formas seguirá igual
¿Cierto? —Loren se aplaudió por ser tan lista, Tom estaba tratando de negarse y
ella no le dejaba el camino libre, el tendría que acceder si o si.
—De acuerdo, le
preguntare, ¿ahora puedo irme?
—Tom, ¿Nunca lo vas a perdonar? Quiero decir, aun cuando
dejaras de verlo y hicieran sus vidas uno lejos del otro, ¿Seguirías sin
otorgarle el perdón? —Tom no dijo nada, pero Loren vio como su mirada se
suavizo al instante, era casi piadosa, como si Tom estuviera recordando un
momento muy difícil pero a la vez muy importante de su vida, quizás…— olvídalo,
no me contestes, solo quiero verte feliz, te quiero mucho Tom, eres como un
amigo para mi —Tom se relajo y le dio un breve abrazo antes de irse
¿Y si el chico misterioso había cambiado por completo la
vida de Tom? ¿Podria ser posible?
*Paco= Pasta
base de la cocaína.