miércoles, 10 de abril de 2013

Cross Roads - 10


Capitulo 10: La mentira de Tom.


Trisha se desnudo y se tumbo en la cama, Tom se abrió la bragueta y se tumbo sobre ella, la chica rompió un condón y se lo paso, Tom se lo puso, y descubrió asombrado que su erección estaba mas flácida que cuando la había sentido restregarse contra el allá abajo en la calle, no estaba siendo fácil ponerse el condón, joder se le resbalaba de las manos…

— ¿Qué sucede? —pregunto ella abriendo mas sus piernas, dejando su rosado sexo expuesto a Tom, tenia un piercing en su clítoris, eso le parecía erótico si… ¿O no?  ¿Por que de repente sentía que no tenía ganas? Comenzó a asustarse, cuando Trisha le había restregado su caliente cuerpo allá abajo el había reaccionado, obvio, ¿Qué hombre no reaccionaria con una mujer tan caliente ofreciéndose?  Pero ahora que la tenia a su entera disposición de repente solo no sentía ganas, no tenia asco ni nada, tampoco se estaba volviendo gay, por que sabía que le seguía gustando una mujer.

¡Le seguían gustando las mujeres! Tenían que hacerlo… Tom metió dos dedos dentro de la húmeda cavidad para ver si su libido aumentaba, sintió un ramalazo de placer recorrerlo al imaginarse penetrándola, pero el placer desapareció tan rápido como apareció, era como si no pudiera retenerlo en su cuerpo; como arena escapandose de sus manos, se recostó sobre la gimiente chica y lamió sus pezones, manoseo con su mano libre uno de los enormes pechos y disfruto viéndolos rebotar de arriba hacia abajo con el ritmo de las embestidas de sus dedos que ahora estaban empapados, el placer volvió a el con la imagen que observaba, esta vez duro un poco mas pero el cosquilleo en su ingle desaprecio rápidamente y su pene colgaba flácido, joder ¿Y ahora que demonios iba a hacer?

Tocaron a la puerta y la voz de Desmond resonó a través de la madera barata— Trisha, Alexander pregunta por ti, ¿Ya acabaste con Tom…? 

—No, ¡solo lárgate! ¡Bajare después! Estoy ocupada —ella sonrió felinamente, abrazando a Tom por el cuello para besarlo, pero el se aparto rapidamente antes de que ella llegase a tocar sus labios.

—Deberías ir, después de todo yo no voy a pagarte, y tu necesitas el dinero ¿Verdad?, tranquila, podremos hacerlo en otra ocasión, te prometo que te haré ver las estrellas —el le sonrió esperando con todas sus fuerzas que ella se lo creyera, la chica suspiro resignada y se vistió con su escasa ropa.

—No pensé que fueras tan comprensivo Tomi, de verdad necesito el dinero, pero sabes que me gustas ¿Cierto? —ella acaricio su rostro haciendo un sonido como “ras” al pasar sus uñas por la cortísima barba de Tom, el asintió— eres lindo.

—Tu también —ella se marcho y el suspiro aliviado, no sabia como hubiera podido evitar el tema sin parecer un “impotente” ante ella,  joder seria su peor pesadilla hecha realidad, el no era impotente, el era Tom Kaulitz el Dios del sexo, miro discretamente por la ventana que traía una persiana para evitar la luz del día, utilizo sus dedos para separarla y observo, Bill cruzaba la calle hacia un auto azul, Don atendía a un grupo de chicos mas allá, todo normal, Bill… recordó como el chico le había dejado metérsela sin vacilación alguna la noche anterior, joder el agujero de Bill era tan aprieto y rosado, asombrado, Tom no que su polla se hinchaba— joder ¿Por ese maldito teñido si te paras? —le grito furioso, recordar la voz de Bill gimiendo con cada estocada, pidiendo que la metiera mas adentro en su cuerpo, joder Bill era tan caliente, el hecho de haber penetrado ese culo, el antes que nadie, lo excitaba todo referente a Bill lo excitaba.

“No soy gay” pensó desesperadamente en su interior, se alejo de la ventana y fue al baño para ducharse, era un pequeño baño pero estaba limpio al menos, se quito la ropa dejando a la vista su dura polla, mierda, ¡El no era un maldito marica! No se gastaría pensando en el asunto simplemente no le apetecía Trisha y ya, pero Bill… no pudo evitar pensar que le apetecía Bill en ese momento.

Quizás era el morbo de que Bill fuera un hombre y alguien a quien odiaba al mismo tiempo, quizás era como Loren había dicho y solo tenia que dejarse llevar, después de todo podría ser una de esas “etapas de curiosidad” seguramente se le pasaría y todo volvería a la normalidad, entonces el podría acabar con la deuda de vida que lo unía a Bill, solo era una maldita etapa en su vida, se repitió Tom mentalmente.

El agua tibia relajo sus músculos, aun que en ese edificio no duraría mucho así que se apresuro en jabonarse, pero su verga seguía dura rogando por atención, totalmente resignado bajo sus manos y sujeto su miembro, estaba caliente, si, iba a ser rápido… trato de no pensar en nada pero su mente traidora le trajo recuerdos, recuerdos cercanos ya que no habían pasado ni veinticuatro horas desde que se follara a Bill, esos recuerdos eran frescos, el sabor de Bill cuando mordió su cuello, la presión de su cuerpo sobre su verga, sus gemidos.
La voz de Bill no se parecía en nada a la de una chica, podía gemir tan o mas eróticamente que una a pesar del tono ronco y su voz de hombre, eso le gustaba mucho, tampoco le había incomodado en ese entonces y menos ahora que se masturbaba pensando en ese demonio rubio, incluso le gustaba la parte en la que el tomo su polla en su mano para ayudarlo a correrse, la primera vez que tocaba el pene de otro hombre y en realidad había sido como masturbarse a si mismo, y no podía siquiera describir el maldito placer que se sentía cuando Bill tenia un orgasmo y sus paredes se contraían apresando su polla, incluso podría decir que era mejor que el éxtasis o el LSD, Tom gruñó como un animal salvaje, jalo fuertemente dos veces mas y se corrió en su mano, en sus oídos resonaban los gemidos de Bill y el tono de su voz diciendo su nombre al momento del orgasmo, Tom respiro agitadamente, el agua comenzó a enfriarse tal y como lo esperaba, se apresuro en enjuagarse y salio, se vistió y se miro al espejo de cuerpo entero que Trisha tenia en su habitación, el haberse corrido le daba un aspecto de “satisfecho” y su pelo mojado era evidencia de que se había duchado, lo que le daría mas credibilidad a su mentira.

Ni en un jodido millón de años admitiría que no había podido “cumplir con su labor” eso seria matar, asesinar y aniquilar su hombría, el tenia que haber follado como el macho que era, no iba a quedar menos ante los ojos de Don ni mucho menos ante los de Bill, mientras bajaba por las escaleras y escuchaba los gemidos de las putas y sus clientes, escucho una pequeña voz en su cabeza, esa voz decía que quizás estaba haciendo todo eso en “venganza” por el beso que Bill se había dado con ese maricón en sus propias narices, pero eso seria admitir que se había puesto inhumanamente celoso al ver la escena, sin embargo Tom el gangster jamás lo admitiría.

Tal y como el pensó su aspecto fue totalmente efectivo, a Bill solo le basto verlo de reojo y poner una cara… como si hubiera chupado un limón, ¿Acaso estaba celoso? Tom sonrió satisfecho, no había hecho nada con la chica pero aun así saber que Bill sentía celos de el y que no podía hacer nada al respecto era, era una sensación de poder increíble. Bill debía estarse muriendo por dentro pero no podía decir nada, el jamás lo admitirá, tal y como Tom no admitiría lo furioso que se puso al ver el beso.

—Tengo que volver a mi casa, mi madre ya me llamo —dijo Bill en tono totalmente demandante, Tom se volvió hacia el con una sonrisa satisfecha, ¿Así que su manera de desquitarse seria esa? El no iba a jugar esos jueguitos.

— ¿Y a mi que demonios me importa? —Tom saco tres paquetes de marihuana y de paco* y se los paso a Bill de forma brusca— aquí no es cuando tu quieras o decidas, aquí es cuando yo digo “bien puedes irte a casa” pero yo no dije nada de eso ¿Cierto? Así que pon tu desgraciado culo a trabajar, ahora mismo —Tom se alejo en dirección a Don, este le indico a Bill cuanto tenia que cobrar y se sentó al lado de Tom en la moto ambos fumaban cigarrillos.

—Ese idiota… no se como no lo has matado de una buena vez, andar por ahí dictando ordenes como si fuera algo aquí en el guetto, maldito imbécil, ¿Qué clase de tipo no entiende la lección? Quizás necesita que lo golpees mas fuerte y así le cabra en la cabeza quien manda.

—A veces pienso que el jamás se va a dejar domesticar al cien por ciento Don, se que me teme, puedo verlo en sus ojos cuando me acerco a el, pero en vez de asustarse me enfrenta, como un animal salvaje cuando es acorralado, lo hice llorar tantas veces, lo lastime tantas veces, y lo hice rogar tantas veces y aun así sigue desafiándome una y otra vez hasta el cansancio.

—Quizás sea difícil pero no imposible, solo déjamelo una noche y será tan sumiso como un chihuahua, solo ver su rostro me hace sentir un vagabundo a su lado, simplemente lo detesto, caminando como si fuera el rey del mundo, y tratando a los demás a su alrededor como si fueran basura estorbando su paso. Quizás si su rostro no fuera tan lindo dejaría esa pose chulesca —Don acaricio el filo de su cuchillo con hambre asesina, Tom no dijo nada, solo le dio otra calada a su cigarrillo.

—Tom… enserio me tengo que ir —dijo Bill apareciendo frente a ellos con un rostro neutral y una mirada indiferente llevaba su celular en las manos. Don bufo a su lado, moviendo el cuchillo ágilmente entre sus dedos y mirando a Bill como si quisiera lanzárselo en el pecho.

—Me importa una mierda —dijo Tom, pero un auto los distrajo, era un viejo auto que se estaciono frente al de Bill, de el bajaron siete chicos que seguramente habrían estado viajando apretujados en esa carcacha vieja.

— ¿Quién de ustedes es Tom? —dijo uno de ellos acercándose seguido por los demás, Tom metió las manos a los bolsillos tranquilamente sujetando su arma.

— ¿Quién pregunta? —dijo el aludido.

—Nos dijeron que podríamos encontrar buena merca contigo —el sujeto alzo sus manos en un gesto aparentemente desinteresado— así que vinimos a buscarte.

—Oh no me digas, nigga —dijo Don en el mismo tono calmado que Tom— sucede que nosotros no les vendemos a desconocidos, si querías merca primero haberte presentado como es debido —Don se bajo de la moto— después de todo seria incomodo tomarse ciertas confianzas antes de tiempo —Tom también se bajo de la moto de un pequeño salto y se acerco a los sujetos.

— ¿Quién les hablo de mi? —pregunto mirando al que parecía ser el vocero de los demás.

— ¿Eso realmente importa hermano? ¿No es mas importante que estemos aquí para comprar droga? —contesto el sujeto que parecía tener un tic nervioso en sus manos, las movía alrededor de su cinturón barato, enganchando sus dedos en los hilos que se desprendían de su ropa vieja.

—Yo creo que realmente importa, por que necesito saber quien fue el maldito imbécil que les hablo de mí, para darle un mensaje no muy amigable —Tom se encogió de hombros.

— ¿Por qué? ¿Qué tiene de malo que el nos haya hablado de ti? 

—Por que hay ciertas reglas que respetar, una de ellas y la mas importante es jamás hablar de Tom sin su permiso, simplemente estoy furioso por que algún hijo de puta esta repartiendo mi nombre por la ciudad como si fuera confeti, especialmente sin consultármelo ¿Comprendes ahora “hermano”? —Tom le imprimió todo el asco posible a la última palabra, podrían ser más que el pero no le importaba. 

— ¿Estas rechazando a unos posibles clientes? —pregunto otro de los sujetos.

—Mira la diferencia conmigo y con otra escoria que vende merca es que yo elijo a mis clientes ellos jamás me elijen a mi —Tom sujeto su arma listo para sacarla pero lo que sucedió a continuación lo descoloco, uno de los tipo agarro a Bill bruscamente y lo abrazo por atrás mientras le apoyaban un arma con silenciador en la sien, ahora el “vocero” de los tipos esos parecía regocijarse en su propia salsa.

—Bien bien, parece que ahora las cosas han dado un giro interesante ¿Aun sigues con la misma mentalidad ahora Tom? —el podía ver el pánico en los ojos del rubio teñido al verse apuntado con un arma, pero también podía notar su tenacidad haciendo todo lo posible por soltarse, sin embargo el sujeto que lo sostenía era mas fuerte.

—Mátalo, el no es de importancia —escucho que decía la voz de Don, y tuvo que morderse la lengua para no gritarle que se callara, trato de mantener su cara con la misma expresión mientras sacaba su arma del bolsillo.

— ¿Qué demonios quieres viniendo aquí con armas? ¿No sabes que esta prohibido en mi territorio? —el sujeto agarro a Bill con mas fuerza, este tenia una cara de psicópata, de esos que no le temen a matar y convertirse en asesinos. De pronto aparecieron mas tipos, por suerte era de los que Tom conocía, uno de ellos saco una metralleta, de pronto los siete tipos estaban asustados, Tom sonrió sin ningún humor.

—Creo que no sabes con quien te estas metiendo nigga, si te metes con Tom te metes con nosotros también “brod” —le dijo el sujeto apuntándolo con el arma.

—Bien… nos iremos, pero no olvidaremos esto Tom… —el sujeto hizo una seña y soltaron a Bill mientras volvían a  meterse a su lata de sardinas andante.

—Todo bien ¿Tom? —pregunto el sujeto que les había defendido.

—Normal, gracias por la ayuda —sus clientes siempre lo protegerían no por que lo apreciaban o algo así, lo hacían por la droga.

—Entonces nos retiramos…

Ellos se fueron como llegaron y poco después Don también se fue dejándolos solos.

—Genial, casi me matan ¿Qué sucedió con lo de “no pasara nada” y toda esa mierda? —pregunto Bill molesto.

—Bueno, nada paso, por desgracia sigues vivo, solo supéralo quieres —Tom le indico que abriera su auto y Bill lo hizo, ya dentro del auto se hizo un silencio mientras Bill conducía aparentemente sin rumbo. Tom aun no podía asimilar el pánico que le había entrado al ver a ese rubio en un peligro real, ¿Por qué? ¿Por qué le importaban lo que pudiera pasarle a ese tipo?

Bill condujo hasta la ciudad donde Tom le dijo que se estacionara, Bill lo hizo Tom prendió un cigarrillo y lo fumo suavemente, Bill lo observaba pero el no le devolvió la mirada.

— ¿Así que lo hiciste con ella? —escucho que le preguntaba, le dieron ganas de reír, no sabia por que pero logro contenerse en una sardónica sonrisa.

— ¿Eso que demonios importa?

—Que te pones como un loco por un beso y al momento siguiente te vas a follar con cualquier ramera, simplemente me parece injusto —dijo con su vocecilla autosuficiente, Tom volteo a mirarlo para encontrarse con su castaña mirada, Bill se aparto un mechón del rubio pelo y no dijo nada mas, ¿estaba celoso? Si eso era evidente.

—Eso es por que yo no te debo nada a ti, recuerda que tu me debes algo que al menos para ti es importante, si es que valoras tu penosa vida, no tienes por que recriminarme nada —por un momento creyó ver una mirada de dolor, de autentico dolor en sus ojos pero pronto fue opacada por la rabia que inundaba esas orbes cafés.

—Es solo que me da asco pensar que nosotros follamos y luego follaste con esa, ¿Qué clase de enfermedades tendrá después de haberlo hecho con todo el mundo? 

—Que mas da si nosotros usamos protección, mira, no te pongas sentimental ¿de acuerdo? Esta mierda me cansa, no lo soporto ni siquiera en una chica mucho menos si eres tu quien viene a echarme cosas en cara, tu solo te callas y yo solo te ordeno ¿es eso lo suficientemente claro para ti?

—Claro que no…

—Creo que no entendiste —Tom lo agarro del cuello apretando con fuerza, Bill comenzó a ahogarse y sujeto su mano con ambas suyas y ni aun así pudo zafarse —dije que yo digo lo que se tiene que hacer y tu solo callas, asientes como un perro obediente y obedeces, el día en que entiendas que el mundo no gira a tu alrededor será el día en que piense que de verdad tu vida podrá llegar a valer tan siquiera algo —Tom lo soltó mientras el tosía, sus ojos lagrimeaban debido a la falta de aire, Bill recobro el aliento y lo miro con un gran odio, a veces lo confundía, pues lo miraba con tanto anhelo, y al segundo siguiente solo podía odiarlo, era realmente una mierda pensar en ello y Tom estaba harto de pensar.

 >>—Lárgate —le dijo antes de bajarse del auto y cerrar la puerta con fuerza, Bill era un idiota, pero era uno que poco a poco comenzaba a despertarle sentimientos demasiado complicados como para poder entenderlos, mierda era tan confuso…

Tom camino alejándose mientras escuchaba los neumáticos chirriar al alejarse el auto de Bill, necesitaba hablar con alguien, con la única persona en el mundo que podría explicarle por que estaba volviéndose loco.



Loren observo a Tom sentarse en el sillón negro, y acomodarse cómodamente en el, le había sorprendido el hecho de que Tom buscase ayuda por si mismo hace dos años, pero el… había buscado ayuda de la manera incorrecta y Loren sabía que cometió un error con el cuando trato de ayudarlo al principio.

Lo había tratado, pensando en que Tom llegaría a aceptar que podrían llegar a gustarle los chicos también, no se había dado cuenta que la verdadera intención de Tom era “olvidarlo” todo, las cosas no se solucionaban así, enterrándolas en lo mas profundo de la mente y olvidándose de ellas, Tom tarde o temprano iba a explotar, y Loren esperaba que para ese momento Tom fuera a buscarla para contarle lo que sentía quizás ese era el día.

— ¿Cómo estas Tom?

—Loco, totalmente loco —dijo el de rastas mirando perdidamente al techo, desde que Tom había entrado a su consultorio ella se había dado cuenta del estado de ansiedad y tensión del chico, era envenenante verlo así de confundido, parecía que su misma existencia estaba en duda en esos momentos.

—Los locos nunca admiten su locura, mucho menos la andan gritando como si fuera un hecho, así que no estas loco —trato de bromear ella— solo un poco confundido.

—Loren… yo quise seguir tu consejo.

— ¿Y como te fue con eso? —pregunto la mujer interesada, jamás pensó que Tom le haría caso y que se rendiría ante sus impulsos, el chico era tan jodidamente terco que le sorprendía que Tom se la hubiera tomado enserio esa vez.

—No lo se… bien o mal, yo… mierda, me acosté con el —ella abrió mucho los ojos sorprendida, sabia quien era “el” esa era la manera en la que Tom se refería al “chico” misterioso que lo había acosado en el colegio y le había hecho sexo oral sin su consentimiento, en un principio creyó que trataba con un caso de violación ya que todo acto sexual en contra de la voluntad de una persona era considerada una violación, pero pronto descubrió que ese no era el problema, Tom nunca estuvo horrorizado por la “violación” ósea, nunca estuvo asustado del acto mismo, solo se acobardaba con la idea de que un hombre le había tocado, y que eso le había gustado, la mente “hetero” de Tom no podía digerir eso, simplemente era demasiado para el chico, pero al parecer ahora estaba mas confundido que nunca.

— ¿Y como te sentiste? —pregunto ella acercándose para sentarse en el sillón que estaba cerca del que Tom ocupaba, se sentó mientras el chico explicaba.

—Malditamente bien —Tom se cubrió la cara con el antebrazo, Loren pensó que el chico estaba reviviendo los momentos— el… no dijo nada, solo dejo que lo jodiera. 

— ¿Y por que te sorprende?

— ¿Después de todo lo que le hice? —Loren sabia que Tom había lastimado física y mentalmente al chico en cuestión, sabia que era la manera de Tom de defenderse de los sentimientos que lo atacaban, pero si el otro chico no se había alejado era por que sentía algo por Tom ¿Verdad? A menos que Tom le estuviera ocultando algo— a veces no entiendo por que el sigue volviendo a mi.

—Te has puesto a pensar… ¿Que tal vez ese chico este enamorado de ti? —Tom se puso rígido como una tabla, Loren pudo notarlo apenas las palabras abandonaron su boca, las relaciones físicas eran una cosa totalmente diferente a las sentimentales, si ese chico había dejado que Tom… tuviera sexo con el, era por algo.

— ¿Enamorado? —jadeo Tom bajo su brazo.

— ¿Te horroriza la idea? 

—Si… yo no creo que… “el” me haya hecho todo eso por amor, mierda, me creo un maldito trauma cuando me hizo eso en contra de mi voluntad, ¿Quién le hace algo tan horrible a alguien que ama? —Loren entendía el punto de vista de Tom, de verdad que si, pero quería que Tom entendiera el punto de vista del chico misterioso, se pregunto si algún día se enteraría de la identidad del joven, le gustaría poder conocerlo y hablar con el. Pues sabia que ese chico también estaba afectado por esa situación.

—Tienes que pensar en la posibilidad de que el lo haya hecho por que no sabia de que otra manera de acercarse a ti, si mas no recuerdo me dijiste que lo mandaste a volar ni bien se acerco a hablarte, podría ser que sucumbió ante la frustración, y esta le gano al final —Tom se acomodo mejor sin descubrirse la cara, parecía que el chico no podía encontrar su comodidad por mas que lo intentara, Loren suspiro internamente, Tom era frágil aun que no lo demostrara, algo había pasado en la infancia del chico que lo había cambiado un tanto, y cuando “el chico misterioso” le hizo a Tom sexo oral en contra de su voluntad, detono algo dentro de el, Loren no era tonta, sabia que Tom andaba metido en algunos problemas desde hace dos años, a veces solía verlo por zonas muy incorrectas para su status social, ella como psicóloga tenia visitas a las comunidades mas pobres para hablar con algunos niños que habían sufrido de traumas recientes, solo había visto a Tom por ahí una vez, y el de rastas no estaba haciendo nada malo, además de caminar apresuradamente, así que no le tomo importancia, pero… ¿Por qué Tom iría a un sitio con el cual no tiene nada que ver? Jamás creyó verlo en los barrios bajos, después de todo Tom vivía en una de las zonas mas residenciales del lugar, rodeado de tantos lujos uno pensaría que alguien como Tom odiaría los lugares como las villas mas pobres.

—Eso fue por que ya sabia como el era en realidad, siempre fue la maldita estrella del colegio, siempre vistiéndose con esa ropa ajustada y llamativa, ¿Y que demonios con su pelo? En ese entonces era negro y totalmente erizado como si el jodido hubiera metido el dedo en algún tomacorriente, el siempre fue una persona acostumbrada a salirse con la suya, cuando alguien le daba la contra acababa muy mal en el colegio, humillaba a los demás solo para su satisfacción.

— ¿Qué sucedía?—pregunto Loren, estaba contenta de que Tom al fin se abriera para hablar del chico misterioso por su propia cuenta sin que ella le presionara.

—Una vez una de las porristas le grito a ese chico, no se por que se pelearon, pero a la hora del almuerzo todo el mundo sabia que iba a pasar algo, como yo era nuevo en ese sitio no estaba muy seguro de que era exactamente lo que era, ese día “el” tomo su venganza, le hecho una malteada en la cara a la chica y la humillo delante de todos, asombrosamente nadie hizo nada, cuando averigüe mas sobre el tema supe que le tenían miedo y por eso nadie se enfrentaba a el y cuando decidía hacerle la ley del hielo a alguien los demás solo obedecían, desde aquella ocasión lo odie, siempre he odiado a las personas que hacen sufrir a los demás solo por su propia diversión y yo… me estoy convirtiendo justamente en eso —Tom al fin le revelo su preocupación, el la iba a tener difícil al reconocer sus verdaderos sentimientos, pero quizás ahora estuviera un paso mas cerca.

— ¿Y ese chico sigue teniendo ese carácter?

—Si, el mismo, solo que ahora me tiene miedo y conmigo el es diferente, el es mas humano, pero después vuelve a ser la misma mierda que era antes y es una decepción… aun que creo que no tiene sentido —Tom se sentó como dispuesto a irse, pero Loren no iba a dejarlo ir tan fácil.

—Espera, ¿Contigo es diferente a como es con otras personas? —Tom se vio confuso.

—A veces si, a veces vuelve a ser el, no lo se, parece como si el tuviera muchas personalidades dentro de su cabeza, es confuso, a veces hasta pienso que me agrada, pero luego el hace o dice algo que me recuerda lo cabrón que en realidad es y vuelvo a odiarlo de nuevo.

— ¿Y se puede saber por que el y tu pasan tanto tiempo juntos? —Tom se quedo estático en su lugar, Loren supo que no iba a sonsacarle nada cuando el negó con la cabeza suavemente.

—Loren yo no me atrevo a contarte muchas cosas, lo siento.

—Esta bien Tom, te entiendo y no te voy a obligar, ¿De acuerdo? Recuerda que lo único que quiero es ayudarte, Tom, estoy muy orgullosa y agradecida de que hayas escuchado mis consejos, me gustaría darte otro —Tom asintió— trata de pensar un poco como si estuvieras en su situación, me refiero al chico misterioso, trata de ponerte en sus zapatos.

— ¿Qué? Imposible, somos demasiado diferentes como para tratar de imaginarme lo que siente, nunca se lo que siente, solo me gusta joderlo… ¡No me refiero al sexo! Me refiero a que me gusta fastidiarle la vida, no me preocupo mucho de lo que siente, después de todo el tampoco se preocupo en lo absoluto de lo que yo sentía he hizo lo que le dio la gana conmigo —Tom se puso de pie, molesto, Loren también, ella nunca iba a dejar que Tom se largara de su consultorio en un estado de animo negativo, eso crearía un recuerdo para Tom y este comenzaría a distanciarse de ella.

— Tom, te estas comportando como un tonto, ¿Acaso el no te pidió perdón por sus acciones del pasado?

—Si lo hizo… pero esto no puede solucionarse con un simple perdón Loren.

— ¿Por qué no? ¿Por que no olvidas la venganza y encuentras el perdón dentro de ti?, serás mas libre cuando lo hagas, deja de cargar con ese peso Tom, a el también le pesa igual, ¿Por qué no le preguntas?

— ¿El que?

—El por que te hizo eso, tú no lo sabes ¿Verdad? Pues pregúntaselo directamente ¿O le temes a la respuesta que el pueda darte? —Tom se estremeció.

—Yo no tengo miedo, mucho menos de lo que el pueda decirme, la razón por la que me amarro a una cama y me hizo “eso” no cambiaria en nada lo que siento…

—Bien, pues si saber el por que no cambiara en nada la situación solo pregúntaselo y ya, que mas da si de todas formas seguirá igual ¿Cierto? —Loren se aplaudió por ser tan lista, Tom estaba tratando de negarse y ella no le dejaba el camino libre, el tendría que acceder si o si.

 —De acuerdo, le preguntare, ¿ahora puedo irme?

—Tom, ¿Nunca lo vas a perdonar? Quiero decir, aun cuando dejaras de verlo y hicieran sus vidas uno lejos del otro, ¿Seguirías sin otorgarle el perdón? —Tom no dijo nada, pero Loren vio como su mirada se suavizo al instante, era casi piadosa, como si Tom estuviera recordando un momento muy difícil pero a la vez muy importante de su vida, quizás…— olvídalo, no me contestes, solo quiero verte feliz, te quiero mucho Tom, eres como un amigo para mi —Tom se relajo y le dio un breve abrazo antes de irse

¿Y si el chico misterioso había cambiado por completo la vida de Tom? ¿Podria ser posible?

*Paco= Pasta base de la cocaína.







martes, 2 de abril de 2013

Cross Roads - 09



Capítulo 9: La elección de Tom.

Bill tenia la mitad del cuerpo de Tom encima, el de rastas se había dormido jodidamente rápido, Bill no podía dormir no era que estuviera incomodo, aun que le costaba ligeramente respirar, es solo que lo que acababa de pasar era totalmente increíble, Bill se movió buscando un poco de comodidad, Tom lo sintió moverse y lo apreso por el pecho con un brazo como una firme tenaza que lo mantuvo en su lugar, Bill estaba seguro de que Tom seguía dormido pues se escuchaban sus suaves ronquidos, ¿Ni dormido podía dejarlo en paz? Bill soltó una risita, estaba feliz, estaba vergonzosa y humillantemente feliz, como una princesa que venció a la bruja mala y se quedo con el príncipe al final de la historia, más o menos… 

La verdad era que el nunca había estado abajo por dos motivos, uno, tenia mucho miedo de que le doliera mucho, le habían dicho que la primera vez dolía, y dos, el tenia que tener el control siempre, después de todo el era Bill Kaulitz, no cualquier persona en el planeta podía decir lo mismo.

 Pero estando con Tom… con el único al que había amado simplemente no pudo decir no y mas bien… actuó como si no le importara, aun que mentiría si dijera que no le había dado miedo, pues si casi le da un paro cardiaco al principio pero al final no dolió tanto como había pensado, si le ardía el culo pero no era como para ponerse histéricos, además… lo había disfrutado tanto.

Y pensar que el se había acercado a Tom, años atrás en el colegio, con la idea de jodérselo, si en ese entonces alguien le habría dicho que acabaría precisamente jodido y enamorado de Tom le había roto la cara por decir estupideces. 

Escucho un suave ronquido de Tom por encima de el, estaba todo sudado y el semen que no había tenido tiempo de limpiar estaba esparcido por su vientre, el pecho de Tom contra su espalda también tenia la viscosidad, joder eso se quedaría pegado a la mañana siguiente, ¿Qué le costaba a Tom tomar una ducha antes de dormir? ¿Seria de esos a los que les pega fuerte el sueño luego de una buena jodida? Entre pensamientos de que tenia que mandar urgentemente a lavar todas las sabanas de su cama Bill se quedo dormido.



— ¿Joven Bill? —Tocaron la puerta— ¿Ya se despertó, joven? —la perilla comenzó a girar…

— ¡No entres Andrew! Espera un segundo —gritó Bill debajo de Tom— ¡Hey quítate! ¡Nos van a ver! —susurró Bill echando un codazo hacia atrás, Tom siguió dormido como si nada, Bill se deslizo trabajosamente debajo de Tom como pudo, siseo cuando la parte de piel con semen en su espalda se jaloneo pegoteada con la piel de Tom, sin embargo este siguió dormido, Bill bufo observándolo incrédulo, ¿Cómo podía seguir dormido? Se puso sus bóxers y se observo al espejo, estaba imposiblemente despeinado, su melena rubia estaba echa un nido de pájaros, y un enorme chupón adornaba el lado izquierdo de su cuello, ¡Joder! ¿Otra vez? Ya se había metido en un jodido lío con el anterior que Tom le había hecho.

Cogió una bata y se la puso, al igual que una bufanda alrededor de su cuello, seguramente se veía totalmente estúpido con eso, abrió la puerta lo suficiente como para ver a Andrew por el resquicio, este llevaba el carrito con el desayuno, impecablemente vestido con su traje de pingüino, o de mayordomo mejor dicho…

— ¿Qué hora es?

—Las diez. ¿Le pasa algo joven? —pregunto Andrew extrañado, viendo la bufanda alrededor de su cuello, hacia calor y el estaba con bufanda… que locura.

—Creo que me arde un poco la garganta, es todo…

— ¿Debería traerle alguna medicina? —Bill se lo pensó un instante, tenía que seguir con su mentira o si no, no seria creíble.

—Si, y trae también mas comida —pidió Bill jalando el carrito hacia su cuarto— tengo hambre, seguro por el resfriado… —mintió cerrando la puerta, se acerco con el carrito hasta la cama, todo estaba oscuro por las cortinas cerradas, presionando un botón de un control remoto todas las cortinas se abrieron dejando entrar la luz del sol, Bill se quito la bata y la bufanda y cayo sobre su cama solo enfundado en su ropa interior, encendió el televisor y comenzó a morder una tostada, a su lado Tom se removió despertando, Bill sonrió, se veía lindo despertando, con sus ojos chinos por el sueño.

—Joder —dijo Tom con la voz ronca— ¿Qué hora es? 

—Las diez.

— ¿Y por que estamos despiertos? —pregunto Tom molesto arrugando los ojos ante la luz mientras trataba de dormir de nuevo.

—Por que en mi casa todos se despiertan a esa hora, seria sospechoso si yo siguiera durmiendo después de que Andrew hubiera venido a despertarme.

 —Joder... quiero dormir —gruñó Tom tapándose hasta los ojos con las sabanas, Bill solo soltó una risita y siguió desayunando unos toques en la puerta los asustaron.

—Tranquilo, solo es Andrew —Bill se paro y volvió a cubrirse, Tom lo miraba raro mientras se ponía la bufanda ¡Era por su jodida culpa que tenia que hacer eso! Abrió la puerta y recibió la medicina y una bandeja con comida de parte de Andrew, metió todo a la habitación y cerró la puerta con llave.
— ¿Estas enfermo? Joder debiste avisarme antes de que folláramos, no quiero contagiarme un maldito resfriado —refunfuñó Tom sentándose en la cama y cogiendo algo de comer.

— ¡Esto es tu culpa! Si tan solo no te lanzaras a morderme el cuello como si fueras un maldito vampiro yo no tendría que fingir un resfriado —Bill se quito la bufanda y la arrojo lo mas lejos posible revelando el desastre, Tom solo se río mientras miraba su obra de arte plasmada en la piel de su cuello, Bill le mostró el dedo de en medio y se sentó a comer mientras miraban la televisión, Bill cogió una tostada con mermelada y comenzó a lamer la mancha al centro de la tostada con sabor a uvas, le encantaba hacer eso antes de morderla, se relamió la mermelada de los labios y pronto estuvo aplastado contra la cama por Tom, abrió los ojos como platos y no se movió, Tom lo miraba como si quisiera comérselo.

—Tienes una jodida y erótica manera de comer, ¿O solo estabas tratando de seducirme? —Bill sintió la dura polla de Tom enterrarse en su cadera, su propia erección se torno dura como una roca entre sus piernas, ayer había tenido miedo pero ya no, su culo se contrajo con ansiedad, ¿Tom iba a repetir? Bill llegó a pensar que lo de ayer seria solo un desliz y luego todo volvería a ser como antes, cuando Tom lo odiaba… ¿Lo odiaba? Seguramente aun lo odiaba, solo estaba jodiendo con el… pero Bill por algún motivo se conformaba con lo que sea que Tom quisiera darle.

— ¿Qué es lo que crees? —pregunto Bill desafiante, escucho con placer como Tom soltaba un gruñido bajo, fue girado con brusquedad, sintió como su cabeza era empujada contra las almohadas, un poderoso brazo se metió bajo su abdomen y jalo sus caderas había arriba, dejándolo con el culo al aire, joder su polla estaba dura como un pedazo de hierro atrapada en su bóxers, nunca jamás lo admitiría pero amaba que Tom lo sometiera de ese modo, que lo manejara como un muñeco de trapo a su antojo para tener su mejor ángulo, Tom prácticamente le arranco la ropa interior sus mejillas se oscurecieron de rojo pues Tom estaba mirándolo directamente “ahí” mientras Bill estaba arrodillado y totalmente ofrecido para lo que Tom quisiera hacerle.

Bill sintió como unos dientes se clavaban en una de sus nalgas y tuvo que gemir, eso era tan erótico, sintió la palma de Tom contra sus testículos apretándolos suavemente, se arqueo como un gato y se mordió el labio, un dedo comenzó a forzar su entrada— ¡Oh joder! —jadeo Bill abriendo mas las piernas para dejarle mas espacio, le ardía por las actividades del día anterior pero ese mismo ardor era lo que le estaba poniendo cachondo.

—Aun es muy ajustado aquí atrás… —jadeo Tom en su oído metiendo y sacando su dedo, luego continuo con dos— aun estas húmedo aquí… —Bill podía escuchar el sonido de humedad que hacían los dedos de Tom al entrar y salir de su cuerpo.

—No importa, tengo mucho lubricante —dijo Bill cogiendo la botellita y lanzándola sobre su hombro, Tom la cogió fácilmente y la destapo, Bill sintió como Tom dejaba caer el liquido directo sobre su agujero, la botella hizo un ruido seco cuando Tom la arrojo al piso, Bill sintió algo alineándose contra su culo, y no eran precisamente sus dedos, respiro profundamente cuando Tom comenzó a entrar en el con demasiada rapidez, lastimándolo cuando acabo de empujarse de un solo empellón.

— ¡Joder… mierda! ¡Sigues estando malditamente apretado! —escucho detrás de el mientras se mordía fuertemente los labios para no dejar salir un quejido de dolor. Respiro tratando de calmarse y olvidarse de la dolorosa fricción en sus paredes, Tom comenzó a moverse sin previo aviso.

— Ouch, ¡Maldición! Ve mas lento, me lastimas imbécil —gruñó Bill respirando mientras recibía a Tom con cada embestida, aun seguía doliendo como una mierda, podía sentir cada centímetro de Tom que jodía su agujero, esperaba que el malestar pasara pronto y pudiera disfrutarlo tanto como ayer.

— ¿Te estas quejando? —dijo Tom empujando mas fuerte mientras clavaba sin piedad los dedos en su cadera aumentando otro dolor al que ya sentía en su culo.

— ¡Nhg! Hey ten cuidado… —jadeo Bill, sus ojos se aguaron sin su permiso debido al dolor, los limpio en la almohada tratando de que Tom no lo notara, pero al parecer este igual lo hizo ya que comenzó a ir mas lento, Bill se preguntaba por que Tom era amable con el, después de todo podría simplemente follárselo brutalmente y ya… quiso preguntarle ¿Por qué…? Habían tantos porqués en su cabeza, pero ese no era el momento de pensar y Tom le hizo olvidar cualquier pensamiento que pudiera estar en su mente al tocar con la punta de su verga la pequeña glándula que le dio un placer capaz de volcarle los ojos hacia adentro, pronto su erección había vuelvo a la vida y chorreaba sobre las sabanas mientras sentía como la polla de Tom latía dentro suyo.

— ¿Quieres que te lo haga mas rápido? —le pregunto Tom inclinándose a su oído, lamiéndolo e introduciendo su lengua dentro, Bill gimió ladeando al cabeza, ofreciéndole su cuello, nublado totalmente por el placer que sentía, era una lastima que Tom estuviera donde no alcanzaba su visión pues amaba ver su magnifico cuerpo desnudo.

—Si, ¡Hazlo mas rápido! ¡Aah! ¡Tom! —Tom sujeto sus caderas para salirse, el volvió a entrar al instante, sus rodillas se resbalaron sobre la seda de sus sabanas y sus piernas quedaron mucho mas abiertas que en un principio, facilitando la tarea de Tom, Bill pudo escuchar el gemido ronco detrás de el, era como si tocara un botón del mas fuerte placer con la punta de su polla, bendito fuera Dios por inventar la próstata, una mano apreso fuertemente su boca mientras Tom lo seguía jodiendo duro por detrás.

—Shhh, ¿Quieres que tus papis vengan a ver lo que le estoy haciendo a su único hijo? —susurró Tom a su oído antes de lamerlo, Bill ronroneo al sentir todo el pecho de Tom pegado a su espalda y la caricia en su oreja— ¿Qué pensarían de ti si me encuentran con mi polla profundamente enterrada en tu culo?— Bill gimió detrás de la mano de Tom arqueándose duro, ayer el había excitado a Tom con sus sucias palabras pero ahora eso era al revés, Bill estaba a punto de correrse solo con escucharlo decir esas guarradas, se libero del agarre a su boca y jadeo aspirando grandes cantidades de aire como alguien quien estuvo mucho tiempo abajo del agua.

—Cuando eso suceda lidiare con ellos tu solo… no pares —ordeno con voz no muy baja, Tom no hizo esperar para obedecerlo, el sonido que hacían sus cuerpos al chocar solo causaba mas excitación en ambos, Bill hundió su rostro en su cama para amortiguar sus gemidos, mierda el no solía ser tan vocal… al menos no cuando estaba arriba y… estaba tan cerca.

—Oh santa mierda, has eso de nuevo —gruño Tom atrás de el.

— ¿Qué? —jadeo Bill tratando de librarse de la bruma mental en la que estaba sumido.

—Apriétame —Tom sujeto fuertemente sus nalgas y lo embistió con brutalidad, Bill apretó a Tom sabiendo que eso desencadenaría su orgasmo y lo escucho gemir roncamente, no lo había escuchado gemir así ayer, la polla de Bill soltó un gran chorro de pre-semen sobre las sabanas estaba cerca— ¿Estas a punto?

—Si… pero no alcanzo —dijo Bill si levantaba sus manos de la cama la fuerza con que Tom lo embestía iba a lanzarlo hacia delante, sorprendido sintió la mano de Tom bajar hasta coger su polla, dos fuertes tirones y Bill se estaba corriendo como si no hubiera un mañana, Tom mordió su hombro mientras se corría en su culo, Bill podía sentir las pulsaciones de la polla de Tom dentro de el.

Colapsaron en la cama, Bill casi ronronea debajo de Tom, descubriendo que ahora le gustaba tenerlo encima, se sentía mas… protegido, vio a Tom adormilarse inmediatamente.

—Lo supuse —dijo para si mismo.

— ¿Qué? —susurró Tom.

—Tus orgasmos te dan sueño, espera no vayas a dormirte con tu verga dentro de mi, ¡Tom! —escucho una risita, Tom se salio de Bill, este se giro y vio aliviado un condón rodeando el maravilloso pene de Tom, después de todo no estaba seguro de si Tom estaba limpio.

Tom ató el preservativo y lo lanzo al suelo, Bill arrugo la nariz con asco.

— ¿Qué? —se encogió de hombros el de rastas.

—No lo arrojes a cualquier lugar, en el baño hay un basurero… 

—Solo olvídalo ¿Quieres? —dijo Tom jalándolo hacia la cama, comieron y luego volvieron a quedarse dormidos.


Bill se despertó sobresaltado cuando el teléfono de su habitación sonó abruptamente, el reloj indicaba las tres de la tarde, Tom dormía placidamente… encima suyo.

Se estiro como pudo y alcanzó el teléfono.

— ¿Hola? —dijo con la voz ronca por el sueño.

Hola Bill ¿Qué sucede? ¿Por qué no contestaste al celular? 

— ¿Andy? ¿Qué sucede? —pregunto adormilado.

¿No íbamos a salir hoy? Con Aleia, Centro comercial —dijo Andreas con un tono fingidamente exasperado— ¿Lo olvidaste?

—Oh mierda, no —soltó Bill con rapidez— bueno… si —admitió al final, ¿Cómo iba a saber el que Tom aparecería de la nada en su habitación y que tendrían increíble sexo salvaje?

Umm ¿Estas bien cierto?

¿Qué? Si… lo estoy ¿Por qué? —pregunto Bill bostezando, aun que no pudo estirarse como habría querido ya que estaba cómodamente apresado.

Bueno… por un momento pensé que te habías peleado con tu papá de nuevo y que el no te había dejado salir—Bill suspiro, estaba castigado y técnicamente no podía salir a menos que fuera bajo la sombra de Ivan o Saki, era exasperante.

—lo lamento Andy no debí olvidarlo, es solo que no creo que hoy pueda…

¿Día difícil? —pregunto Andy con suavidad en su voz, brindándole su incondicional apoyo sin importar cual fuese el problema.

—Si, algo así —contesto Bill, sin saber que su día iba a ser uno de los peores en ese momento. Andy hablo con el un momento mas y luego le colgó, Tom seguía dormido encima de el, Bill suspiro… pero entonces tuvo una idea.



Un par de horas después Bill conducía su Audi, Tom iba al copiloto, su padre se encontraba de viaje y Bill había aprovechado esa ausencia para llorarle a su madre que le dejara un poco de libertad, claro que con algunas mentirillas de por medio, como por ejemplo, el le había dicho que quería estar a solas con Aleia sabiendo que su madre la quería como nuera, además de que ella era una mujer romántica y no le costo convencerla de que lo dejara partir solo, Tom logro salir de su habitación sin ser visto por pura suerte, pues Bill sintió su corazón latir como loco todo el recorrido desde su habitación hasta el garaje, temiendo ver aparecer a alguien a cada vuelta de la esquina, por fortuna nadie los vio.

—Mi madre siempre fue fácil de manipular… bueno al menos cuando se trata de mi, padre nunca lo ha conseguido —Bill encendió un cigarrillo y condujo solo con una mano, Aleia conducía como una diosa pero el no se quedaba muy por detrás en sus habilidades frente al volante.

—Usualmente mi madre es quien logra conseguir lo que quiere de mi padre… —Tom se calló abruptamente, Bill se tensó y aguardo a la espera de que el de rastas dijera algo mas, era la primera vez que Tom hablaba de sus padres… Sin embargo el chico no dijo nada mas, Bill llego a un par de conclusiones por su propia cuenta, no es como si hubieran fallecido, eso significaba que estaban vivos, pero… entonces ¿Por qué Tom no vivía con ellos? ¿Por qué vivía en un asqueroso bario de baja categoría? Sobre todo ¿Por que demonios vivía en un apestoso almacén abandonado? Hubiese preguntado, después de todo el no tenia nada de tacto con esas cosas, pero con Tom era diferente y la expresión seria de su rostro lo convenció de mantener la boca cerrada— toca la bocina, mas allá esta Don —cambio Tom de tema mirando por la ventana Bill toco la bocina, el pasajero de la destartalada motocicleta se giro, Tom le hizo señas, para el asombro de Bill el motociclista se metió entre los autos algunos le vocinearon molestos pero este los ignoro, a pesar del peligro que su vida acababa de correr, pero a Tom no le impresiono nada de eso, el jinete de la moto se acerco a la ventana cerca de Tom sin temer por su vida y abrió su casco para mostrar su rostro osco.

— ¿Qué haces hermano? Veo que recuperaste a tu inútil “empleado” —grito por sobre el ruido del viento en la carretera.

— ¿A dónde vas? —grito Tom de vuelta.

—A trabajar hermano ¿Te vienes?

—Si, jodidamente necesito dinero…  Bill, tu solo síguelo, el nos guiara —Bill asintió sin discutir, el, al igual que Tom, estaba acostumbrado a mandonear a todo el mundo y  obedecido al instante por que sabia que no quería problemas, no cuando estos tenían que ver con Tom, pues estaba claro que el dominante era el de rastas y a Bill no le quedaba mas opción que doblegarse.



Don los llevo hasta un barrio lleno de edificios abandonados y basura en las calles, algunos negocios abiertos, era un lugar más decente que Villa Hope pero los tipos de negros y demás maleantes y criminales poblaban las calles, en cada esquina, jugando basquetball en las calles, en las canchas, o donde se les jodiera la gana hacerlo. También habían varias radios portátiles que sonaban al son del rap, dos tipos con pinta muy amenazante jugueteaban con un cuchillo lanzándolo al aire y atrapándolo ágilmente por el mango sin lastimarse a si mismos, demostrando su agilidad con esa arma blanca…

— ¿Qué jodidos con este lugar Tom?— no pudo evitar quejarse, odiaba que su auto estuviera ahí entre esa mugre, y entre todos esos mal nacidos ladrones de partes de autos— Si algo le pasa a mi auto…

— ¿Qué harás? — le corto Tom con tono molesto— Nada, por que tu no puedes hacer nada contra ellos, aquí en el guetto no vale nada tu “apellido” ellos te cortaran el cuello antes de preguntarte quien jodidos eres, y lastimosamente un cadáver no habla —Tom dijo tranquilamente, Bill solo suspiro molesto sintiendo la ira hervir en sus entrañas pero al final lo acepto, Tom tenia razón, aun que los demandara o algo siempre habrían mas personas de su calaña en las calles, además ¿Qué ganaría metiéndolos en la cárcel? Ellos igual podían matarlo desde ahí dentro si se les apetecía, sin mover un solo dedo gracias a sus contactos, ellos eran como hormigas— deja de lloriquear por tu estúpido auto, si estas conmigo no pasa nada —Tom le indico que se estacionara en un descampado apestoso lleno de  basura frente a una calle inmunda. Los edificios le daban la espalda a ese lugar, sin ninguna ventana apuntándolos, a excepción del edificio que estaba de frente a ellos, quizás ese era el perfecto lugar para el “comercio” de Don.

— ¿Qué pasa si viene la policía? —pregunto Bill tratando de no parecer asustado, el no podía verse involucrado en un escándalo así, su padre lo castraría y después lo metería a una academia militar por el resto de su vida si se veía involucrado con drogas de nuevo.

—La policía no conoce este lugar olvidado de la jodida mano de dios y todos los que creen en el, ahora ven conmigo —Bill se bajo e inmediatamente aseguro su carro con el control remoto que tenia junto a la llave, tenia el mejor sistema de seguridad después de todo, no podrían robárselo a menos que lo desarmaran en piezas. Don dio dos vueltas al campo y estaciono su motocicleta al lado del Audi después de levantar una tremenda polvareda, Bill se abanico con la mano.

—Debería golpear tu rostro por tratar de huir de Tom, maldito niño ¿No tienes modales por tus superiores? —fue lo que dijo Don condescendientemente al verlo, Bill le mostró el dedo del medio, Don no era su dueño… el que Tom si lo fuera no le daba derecho a hacerse ideas— maldito infeliz —Don se acerco amenazante, listo para golpearlo, Tom lo detuvo con un gesto.

—No te gastes con el, aun que le partas el culo cien veces el seguirá siendo un maldito impertinente, es incapaz de aprender modales, solo olvídalo —Don le dio un fuerte empujón con el hombro al pasar por su lado, casi tumbándolo al piso con el tremendo golpe, Don se quito el bolsón enorme que traía y se lo paso a Tom, después saco un celular viejo y antiguo de su bolsillo— voy a encenderlo —Tom asintió.

Ni bien lo hubo prendido comenzó a sonar, Don contesto— ¿Si? Si hermano, el lugar de siempre, no quiero ver a nadie que no conozca o te disparare en el culo —y apenas colgó entró otra llamada y otra, joder, si que habían muchos viciosos en este país.

Al poco rato comenzaron a llegar, Bill noto que respetuosamente se acercaban en grupos pequeños y nunca mas de tres o cuatro personas a la vez, poco después un deportivo rojo con pinta de ser caro se parqueo al frente, Tom saco una pequeña cajita de su bolsillo y se la dio a Bill— ve donde ese carro, y no le des la cajita antes de contar el dinero, son quinientos dólares —Bill agarro la cajita asombrado, joder ¿Esa mierdita costaba tanto? ¿Qué demonios era? ¿Oro?

—Pero…

—Solo hazlo o te cortare la cara —dijo Tom molesto mientras se alejaba a atender a otro grupito de chicos, Bill camino asustado hacia el coche ¿Y si era un poli encubierto? Mierda, ¿En que jodidos líos se estaba metiendo? Cruzo la calle vacilante y se acerco al coche, este bajo el vidrio polarizado y revelo a alguien a quien Bill conocía muy bien, su rostro se petrifico en una mueca de asombro y por un momento Bill creyó que se había convertido en una estatua del susto.

— ¿Bill? ¿Eres tú? —Preguntó el apuesto sujeto— Mierda… ¿Qué demonios haces tu aquí?

—Vincent… —el modelo lo miraba incrédulo, Bill se pregunto si el tendría la misma expresión de encontrarse con alguien con quien nunca debió encontrarse en una situación así, ambos se miraban idiotizados, joder ¿Vince? Bill lo había conocido cuando había modelado ropa en Francia hace algunos años, Vince era rubio y con el pelo ondulado, habían tenido una pequeña aventura después del desfile, Bill se lo había follado en su camerino, había sido cosa de una sola vez, jamás pensó que volvería a verlo— Bueno… ¿Qué haces tu aquí? —contraataco. 

—Me toca modelar con autos dentro de dos días en esta ciudad, joder Bill ¿Por qué estas aquí? ¿Necesitas dinero? ¿Qué paso?

—No quebré ni nada por el estilo —Bill se apresuro a aclarar, ya que le daba “cosa” la idea de que Vince pudiera creerlo pobre, Bill Kaulitz nunca seria un pobretón que necesitara vender droga para sobrevivir— En realidad es una larga historia… y bueno no tengo mucho tiempo para quedarme a conversar —Bill se giró nervioso Tom seguía ocupado pero… podría llegar notar que Bill estaba hablando demasiado tiempo con su “cliente”, Vince siguió su mirada y pareció comprender.

—Tenemos mucho de que hablar, ¿quizás podríamos vernos después? —Vince saco su celular y le pidió el numero, Bill le dicto rápidamente su numero sin pararse a pensar si debía hacerlo o no, después Vince saco un fajo de billetes, Bill ni siquiera los contó— son quinientos, deberías contarlos, el otro sujeto los cuenta siempre que vengo, no te metas en líos por mi culpa —Bill le agradeció con la mirada ya que el no tenia ni idea de cómo funcionaba todo eso del micrográfico de drogas, contó rápidamente el dinero que efectivamente eran quinientos dólares, le paso la cajita a Vince y le sonrió, le había gustado verlo de nuevo aun que sea en esas circunstancias.

—Aun que no lo creas, Vince me alegro de verte de nuevo —le dijo Bill a modo de despedida, ya que Vince lo había ayudado mucho en Francia cuando el tubo problemas con el modelaje, el rubio chico sonrió de lado con una sonrisa que podía derretir al menos un par de glaciares, se inclino rápidamente hacia delante robándole a Bill un beso de sus labios, el gesto duro tan poco que Bill apenas pudo reaccionar y solo atino a quedarse quieto como una estúpida estatua.

—Nos vemos, hermoso —susurro Vince acomodándose rápidamente en el asiento y arranco el deportivo, que se perdió en menos de un par de segundos entre los destartalados edificios, Bill estaba ruborizado podía sentirlo, el no solía tener vergüenza pero en esa ocasión era como si no pudiera evitarlo, trato de que se le pasara, respiro profundamente y se giro encontrándose con la fiera mirada de Tom, quien lo miraba como si quisiera asesinarlo en ese mismo instante, Bill comenzó a sudar, se limpio las palmas de las manos en sus jeans y avanzo hacia su verdugo… joder lo había visto ¿Cierto? ¿Estaría enojado por el beso?

— ¿Qué demonios crees que haces? —gruño Tom cogiéndolo del brazo con demasiada fuerza, lo llevo detrás del Audi y lo estampo contra el auto— solo tenias que venderle la coca no besarte con el tipo ¿Qué crees que haces llamando la atención de ese modo? —Bill gimió adolorido.

—No fue mi culpa… el me besó —trato de explicarse Bill.

—No me mientas, parecía que tu y el se llevaban bastante bien… 

—Yo… nos conocíamos de antes —fue toda la explicación de Bill mientras el aire abandonaba sus pulmones, Tom siempre lo aplastaba de esa forma cuando quería lastimarlo, asombrado Bill descubrió que podía soportarlo un poco mejor.

— ¿Follaron? ¿Tu y ese sujeto habían follado? —pregunto Tom amenazante Bill asintió asustado.
—Solo fue una vez… yo se lo hice, tu fuiste mi primero —dijo Bill con la voz ahogada, el antebrazo de Tom presionando fuertemente sobre su cuello, sorprendido de si mismo, de que esas palabras salieran de su boca, como si estuviera justificándose ante Tom, pero antes de que pudiera decir algo mas noto como la presión disminuía.

—Que no vuelva a pasar, si hay algo peor que ser un soplón aquí, es ser un marica y si vienen a asesinarte yo no voy a meterme esta vez, tal vez me canse de cuidar tu culo del peligro en el que siempre estas metiéndote, así deja de hacer estupideces si no quieres enfurecerme Bill, estoy tentado de sacarte la mierda justo ahora.

— ¿Qué te tiene tan molesto? —se aventuro a preguntar Bill, por alguna razón Tom parecía celoso... No, no podía ser, era totalmente imposible.

— ¿Qué? Mira este lugar no es precisamente la avenida Liberty*, aquí ningún maricón es bien visto, y si relacionan eso conmigo estas jodido, así de que deja de hacer esa mierda homosexual, me enferma ver cosas así, es totalmente asqueroso ver a dos tíos besándose, tu eres asqueroso —Bill se sintió esas palabras como un puñetazo en el estomago, y una punzadita de dolor se instalo en su corazón, pero no iba a darle el gusto a Tom de verlo sufrir por sus palabras, el todavía conservaba su orgullo, quizás no intacto pero estaba ahí siempre acompañándolo, olvidándose del dolor que estaba matándolo por dentro saco a su diva interior y se puso su mascara de indiferencia, solo entonces era invulnerable a esas duras palabras, con su armadura contra los sentimientos que pugnaban por liberarse ante Tom.

—Si bueno, como digas “amo” —dijo Bill con total asco al pronunciar la palabra conformada por tres letras, ¿Respeto? Sus testículos guardarían respeto pues el estaba harto de hacerlo.

—Cuida tu tono conmigo si quieres mantener tu lengua pegada a tu boca —Tom lo empujo una ultima vez y se alejo— ¡Que esperas! Aun hay trabajo y tu maldita deuda de vida no se va a pagar sola.

Unas chicas bastante bulliciosas se acercaron entonces con un sujeto vestido de la peor manera que Bill pudo haber visto, parecía treinta años mayor solo por esas ropas anchas, manchadas de grasa y mugre, las chicas iban en mini falda y con cortos que apenas cubrían sus voluminosas nalgas, sus curvas eran excesivas a pesar de que tenían sus vientres planos y unos rostros totalmente aceptables, no eran para nada hermosas pero encajaban perfectamente con la descripción de “caliente y sexy” 

—Don, mi amigo ¿Cómo estas? —el sujeto saludo amistosamente a Don con un apretón de manos y un golpecito hombro-hombro.

—Desmond, señoritas —saludo el aludido galantemente hacia las chicas, ellas rieron bobamente, sus impresionantemente altos tacos las hacían mucho mas altas de lo que en realidad eran, dejando en ridículo a Don y al otro tipo que lucían mas bajitos a su lado.

—Hola chicos —saludaron ellas coquetas, sin soltarse las manos una de la otra, la primera era morena y su compañera tenia el pelo de un rubio teñido totalmente pésimo, la morena se acerco a Tom como un felino en celo.

—Mmm Tomi, hace tiempo que no te veía ¿Cómo has estado? —Tom sonrió de lado atrayéndola por la cintura —miaw —dijo ella arañando el pecho de Tom de una manera vulgar, Bill sintió que el mundo se le caía a los pies en ese momento, los celos comenzaron a hervir lentamente en su estomago, esa tipa era tan vulgar y aun así Tom la abrazaba de esa forma, sus dientes se apretaron fuertemente.

— Ahora mejor que estas aquí querida Trisha —le dijo Tom en su pose de “papi” más buena, ella prácticamente se derritió y se hizo agua entre sus brazos.

—Humm, ¿Y quien es su amigo? —ronroneo ella señalando con la cabeza a Bill quien se pregunto si ella siempre hablaría como un jodido gato en época de apareamiento o solo hacia en ese momento para fastidiarlo mas.

—No te gastes con el linda, es un amante de las pollas —dijo Don rápidamente para no perder la atención de las chicas sobre el, ya que Bill era mucho mas apuesto y una amenaza en cuanto a conquistas, ella hizo un pucherito.

—Miaw, que desperdicio, con lo lindo que es ¿No crees Mindy? —la rubia asintió comiéndoselo con la mirada, el bufo y levanto el mentón sin darles mas atención.

— Genial, necesitaba alguien como tú —le comento Desmond— ¿No estarías interesado en trabajar para mi? —pregunto a Bill, este lo miro confundido pero sin perder las duras facciones en su rostro que lo hacían ver enfurecido.

— ¿Perdón? —pregunto como si hablara con un total idiota.

—Si, ya sabes, como mi puto, ellas son mis chicas… — las señalo con el pulgar ¿Ese tío era un proxeneta? Joder que asco… Bill quería golpearlo por siquiera haberle preguntado algo así, ni todo el dinero del mundo podía pagar el cuerpo de Bill y el lo sabia.

—Ni si quiera en tus sueños, yo soy demasiado bueno para ti o cualquiera, y no creo que todo el dinero que puedas tener en este momento alcance si quiera para una mirada mía —Desmond soltó una carcajada mostrando un par de dientes picados y amarillentos, Bill sintió arcadas inmediatamente.

—Dios, eres todo un caso “principito”, mira esa ropa de marca ¿Qué jodidos haces aquí? Parecer un pez fuera del agua.

—Ese con una jodida no es tu asunto… —contesto Bill cruzándose de brazos.

—Bueno, que desperdicio, hubieras sido una enorme fuente de ingresos con ese culo follable que tienes —Bill lo miro con verdadero odio antes de apuntarlo con un estilizado dedo.

—Tú ni siquiera deberías hablarme como si fueras igual a mí, joder ¿Qué pasa con la gente? —Bill se alejo del sujeto, se apoyo en su coche con una pose sumamente molesta, saco su porta cigarrillos de titanio del bolsillo de su pantalón y encendió uno de sus caros cigarrillos y lo prendió degustando su sabor, e ignorando totalmente a todos los que le rodeaban como si para el no existieran, el sujeto volvió a reírse.

—Mierda, el es peor que todas mis chicas juntas, y eso que es un hombre, es una “diosa” ¿o algo así?
—Solo se la tiene muy creída, el muy gilipollas piensa que por tener dinero es mejor que nosotros, mierda como el debería estar enterrada tres metros bajo tierra, las personas así me dan asco —dijo Don mirándolo como si fuera una cucaracha cubierta de caca— ¿Y bien cuanto y que quieres?

Desmond comenzó a surtirse de todo tipo de droga mientras Mindy se pegaba con su ardiente cuerpo a un contento Don, eso le hizo acordarse de la “gata” y de Tom, volteo la vista y los vio, ellos escuchaban música compartiendo los audífonos de un gastado mp3, Bill se rió ¿La gente seguía usando esos aparatos? ¡Hace años que habían pasado de moda! La chica hablaba emocionadamente de cada canción y hasta a veces se ponía a cantarlas con una horrible voz desentonada, Bill gimió adolorido por sus pobres orejas sufrientes, que pésimo gusto musical, Bill quería vomitar.

—Oye Tom… ¿No quieres subir un momento al cuarto? Yo voy a cobrarte… eres muy bueno para eso —le escucho decirle a Tom, Bill sintió que su corazón se detenía, mierda, no, que Tom se negara, no podría soportar saber que Tom iba a follar con esa maldita zorra después de haber tenido sexo con el, recordar cada caricia, cada roce, cada cosa que habían hecho anoche e incluso esa mañana, pensar que estaba creyendo que comenzaba a llevarse mejor con Tom y dejar nacer una pequeñísima y minúscula esperanza de que Tom pudiera sentir algo por el… 

—Mmm, no lo se linda.

—Oh por favor Tomi, prometo hacerlo bien, te dejare meterla por mi culo si quieres —ella comenzó a restregarse contra Tom, Bill vio horrorizado como la erección de este comenzaba a hincharse a través de los pantalones, Tom la estrujo mas cerca, ver a una chica prácticamente desnuda sobre Tom le dolía, se hizo a los desentendidos tratando de no mirar algo que le producía tanto dolor en el pecho, cuando escucho que Desmond acababa de hacer su “tramite” un par de minutos después, levanto la cabeza y vio a Tom a la lejanía, no les había oído alejarse, estaban cruzando la calle, y se metieron a un edificio, Desmond se marcho con la otra chica y Don lucio derrotado cuando ella no lo invito a su habitación.

—Con una mierda, Tom fue el que tuvo suerte esta vez —mascullo Don enfurecido, Bill apago su cigarro y trato de evitar que se notara la humedad de sus ojos, abrió su auto y se encerró dentro, puso música y respiro profundamente, joder de verdad dolía, Tom iba a follar con esa maldita perra, como si lo que ellos habían hecho no significase nada.

Pero era el idiota por haber creído que acostarse con el significaba algo para Tom, estaba claro que el solo buscaba su placer, quizás había tenido curiosidad de hacerlo con chico pero nada mas, sin sentimientos de por medio, Aleia siempre le dijo que había sido un error que el se enamorase de Tom, y esa fue la primera vez que comenzó a creerlo de verdad en su corazón y no solo en su cabeza, quizás era hora de comenzar a matar poco a poco lo que se que hubiera estado germinando dentro de el, hacia Tom, pues nunca iba a resultar en nada.

Don toco el vidrio de la ventana con fuerza, Bill lo abrió ligeramente y bajo el volumen de la música— hay un auto estacionado al frente, ve a trabajar de una vez, Tom no te trajo para que te quedaras sentado calentando el asiento con tu inútil culo —Bill bufo molesto y bajo del auto, lo aseguro sin importarle que Don golpeara el piso con su pie y rodara los ojos exasperado, le dio unos paquetitos y cajitas— es mil doscientos, no te dejes estafar o te juro que me olvido de Tom y de tu deuda de vida, yo mismo te lanzare al océano con una piedra atada a tus pies.

—Si como sea —contesto de mala gana arrebatándole a Don todo lo que iba a vender de muy malas maneras y sin esperar ninguna respuesta se giro en dirección a los “clientes” Bill suspiro resignado echándole una ultima mirada al edificio, pero sabia que no podría olvidarse de Tom y la fulana esa mientras se acercaba al coche negro para hacer el “negocio”.

Su pecho no dejo de dolerle y el nudo que se hizo en su garganta tampoco aflojo durante el resto de la tarde.
 
*Se refiere a una avenida en Pittsburg que esta llena de bares de ambiente y que la comunidad LGBT visita frecuentemente para evitar ser discriminados por la sociedad hetero.