miércoles, 30 de enero de 2013

Cross Roads - 06.

Capítulo 6: Celos, furia y secretos al descubierto.

Tom caminaba en su habitación de un lado a otro, como un león enjaulado, estaba volviendo, jodidamente estaba volviendo, esa sensación que Bill le había dejado después de hacerle la mamada en secundaria, esa “sensación” de que le gustaba Bill, pero eso era un error, para eso había ido a ver a una psicóloga, para curarse y lo había logrado, perfectamente hasta que apareció Bill, con esos labios carnosos que parecían haber sido creados para contener a su polla.

Si, ya estaba duro de nuevo y eso que ya se había masturbado una vez, pero pensar en Bill era inevitablemente para recordar la magnifica, perfecta y jodidamente caliente mamada que Bill le había dado en el círculo de la muerte.

Las palabras de Loren volvieron a su mente, ella le había dicho que no estaba curado, que todo lo contrario, estaba estancado, en ese momento sinceramente no lo había entendido hasta ese momento, el no era gay, de eso estaba seguro por que no tenía ganas de hacer las mariconadas que hacían esos sujetos, ni ganas de usar tacones mucho menos, y peor aun, los hombres eran asquerosos, definitivamente, solo era Bill, el problema solo era Bill.

Lograba encenderlo como ninguna chica lo había hecho antes. Claro que Tom seguía odiándolo pero no podía creer que su cuerpo reaccionara así con ese hijo de puta.

¿Por qué le había permitido a Bill que volviera a hacerle eso? No podía explicarlo, al principio fue como revivir el nacimiento de su problema, pues lo que Bill le había hecho hacia dos años lo había cambiado totalmente, nadie lo sabia pero el si estaba consciente de ello, y en ese momento, en el circulo de muerte Tom se pregunto si le gustaba mas que disgustarle, y al final… la duda pudo mas que la razón, Tom necesitaba saber si eso le gustaba o no.

Y vaya que le gustaba, lo había confirmado cuando su verga había soltado chorro tras chorro de semen en la garganta de Bill, había sido totalmente fascinante, pues una vez que mando a la mierda todo y dejo que Bill lo hiciera fue como rendirse ante algo, pero rendirse de una buena manera, su mente estaba en blanco solo concentrada en las sensaciones, y fue magnifico, no podía negarlo, y otra cosa… Se había dado cuenta que Bill era mucho mejor dando mamadas y eso por algún motivo le molestaba, el hecho de saber que Bill había tenido mucha “acción” después de el… no que el hubiera sido un santo pero realmente las cosas no habían sido iguales después de Bill.

Estaba confundido, pero de algo estaba seguro, iba a hacerle pagar lo que le había hecho, por que de no ser por Bill quizás Tom nunca hubiera elegido ese camino, de alguna forma sentía que todo lo malo que sentía era culpa de Bill y lo mas fácil era castigarlo por algo que Tom realmente no entendía.

—Tom —este se sobresalto asustado— hijo, ¿No has tocado un solo peso de tu cuenta del banco? —Tom trató de calmarse al ver a su padre parado en la puerta, el era un hombre muy guapo de cual había heredado sus rasgos apuestos, sus ojos claros eran obra de su madre pues su padre los tenia de un negro oscuro.

—Claro que si papá… —comentó incómodamente Tom.

—No estoy molesto hijo pero… no me voy a molestar si te los gastas un día de golpe como hacen los chicos normales de tu edad —Tom pensó que normal no era gastar un par de millones de dólares en un día, su cuenta estaba intacta, incluso había crecido por los intereses, quizás se había duplicado y sin que el hiciera absolutamente nada mas que dejarlo ahí en el banco.

Seguro su padre pensaba que Tom era el chico mas aburrido del planeta, odiaba salir en televisión, odiaba las fiestas de los niños riquillos y pagados de si mismos, odiaba gastar dinero y odiaba todo lo que tenia que ver con el mundo de Tom Trümper el hijo del hombre mas poderoso de los estados unidos, claro hablando de dinero su padre era el que mas tenia, todo había estado bien hasta que se había formado ese jodido grupo de B&W fabulosamente se le había ocurrido a su padre unir su enorme empresa con otras empresas enormes que llegarían a ser como sus pequeñas hijas o hermanas menores, fue así como se formo un grupo, los famosos empresarios y los hijos de dichos famosos, había un canal para ambos grupos, donde la gente miraba como esos pijos ricos malcriados y mimados hacían un escándalo de su vida, metían en problemas a sus padres y demás cosas, ¿Cómo la gente podía ver la vida de otra persona en televisión? ¿No se morían del aburrimiento?

— Bueno… Deberías estar contento de que gaste lo que una persona “normal”  debe gastar al día ¿Sabias que hay tipos que tienen que mantener a su familia con cien colares por día? Si papá a toda su familia —mascullo Tom sentándose en su cama.


—Claro que lo se Tom, y no estoy molesto, solo sorprendido, la verdad pensé que serias un chico alocado y rebelde, pero bueno resultaste ser mas tranquilo —Tom sonrió de lado, si claro, tranquilo, si su padre supiera que en varios barrios lo conocían y buscaban, si supiera que el se divertía sin dinero, en las calles, como un vagabundo.

—Bien por ti ¿no? —trato de bromear Tom, no tenia una buena comunicación con su padre simplemente no sabia hacerlo.

—Si bien por mi… —su padre suspiró— a veces siento que fui un pésimo padre para ti, no tenemos la mejor relación del mundo de hecho no se mucho sobre ti ni tu sobre mi… y es muy incomodo decir esto pero estoy avergonzado de mi mismo.

— ¿Por qué?

—Por que… llega el punto en el que… bueno como que me di cuenta que tengo un magnifico hijo y pensé que dándole todo podría ser un buen padre, y seguía pensándolo hasta que conocí a Victor Hans —Tom se envaró inmediatamente, ese sujeto era el padre de Aleia… —Victor me pateó el culo hoy, no hay cosa que él no sepa de su hija, me sorprendió realmente, por que ella es una chica y aun así el sabia cual era su color favorito, cuales eran sus prendas de vestir favoritas, se nota que es mejor padre de lo que yo lo soy, y pensé que quizás era demasiado tarde para…

— ¿Para intentarlo? —completo Tom dejando por un momento de lado su incomodidad, su padre siempre le había tratado bien, claro que lo reñía cuando se portaba mal, pero bueno tampoco habían jugado baseball juntos como buenos amigos, hubo un tiempo en el que fueron unidos, cuando Tom era un niño.

—Me siento tan estúpido Tom, tratando de conocerte ahora que tienes dieciocho años y vas a ir a la universidad, y yo… ni siquiera se que es lo que quieres estudiar una vez dejes el colegio —Tom suspiro, era incomodo hablar con su padre de esa forma, y lo odiaba pero solo era por que no estaba acostumbrado a hacerlo.

—Yo tampoco lo se todavía… cuando lo sepa serás el primero en saberlo —trató de animarlo Tom después de todo era su padre, por mas errores que este tuviera cometiendo.

—Gracias, se que esto es incomodo para ti, y no lo negare, para mi también lo es, por que no se que decir o no decir para no fastidiarte, de hecho me sentía nervioso antes de venir a encararte, y ahora solo… pienso decirte toda la verdad, estoy asustado e inseguro, pero de algo si estoy seguro, eres mi hijo y te amo —su padre dio un par de palmadas en su espalda y salio de su habitación, Tom suspiro y se dejo caer sobre su espalda, ese momento había sido jodidamente raro, pero despertó a su niño interior de alguna forma, pues su padre había pasado mucho tiempo con el Tom niño.

Solo que cuando llegó a la adolescencia y dejo de ser un divertido niño necesito alejarse de sus padres y eso lo alejo mas de su padre que de su madre, pues de algún modo su padre nunca había sabido lidiar con un adolescente, el era magnifico lidiando con niños, pero no con chicos grandes.

Cogió su celular y marco un numero que sabia de memoria.

— ¿Hola?

—Loren, soy yo… necesito hablarte.

— ¿Tom? ¿Paso algo? —este noto la preocupación en su voz, esa mujer era como una mejor amiga mucho mayor que Jessica, y Tom la apreciaba.

—Nada alarmante, bueno ningún accidente o algo parecido, es solo que… bueno creo que volví a enfermarme de “eso” otra vez…




—Tom, me sorprendió que me llamaras —dijo Loren sinceramente, no se habían encontrado en su consultorio, Tom le había pedido que se vieran en una heladería cerca de su casa, estaba seguro de que ahí nadie lo vería y con nadie se refería a Don y los demás chicos, el sabia por donde se movían y mientras mas cerca de su casa mas seguro de evitar que descubrieran su identidad, la heladería tenia un jardín con pasto verde muy bien cuidado, muchas flores y pequeñas mesas con su propia sombrilla que combinaba perfectamente con la mesa de madera, era demasiado para Tom pero de todas formas no había otro lugar para poder conversar con calma.

—Lo sé, lo siento no nos hemos visto en un par de semanas —de hecho Tom no había podido salir a tomar un café con Loren desde que había vuelto a ver a Bill hacia un par de semanas atrás.

— ¿Qué paso?

—Bueno… ya sabes volví a enfermarme…

—Espera, un segundo, ¿enfermarte? Tom tu no estas enfermo —el la miro incrédula, ella perdió la paciencia en ese momento, furiosa se puso de pie y se alejo, Tom abrió la boca totalmente sorprendido y corrió tras la mujer, no podía perderla, iba a irse a la mierda sin hablar nunca mas con ella.

— ¡Loren! ¡Espera! —Tom la sujeto del brazo ella se quedo quieta y lo miró con ternura, provocándole una sensación calida parecida a la que su madre le provocaba cuando lo abrazaba, se sentía bien, ella acaricio su mejilla son sus manos delicadas, Tom pensó si su muy corta barba le estaría picando los dedos.

 —Tom, yo te quiero mucho, es por eso que me enfado contigo —el soltó su brazo y se quedo quiero esperando su reprimenda— volvamos, seguro que pronto nos traerán los helados.

Se sentaron nuevamente, poco después les trajeron los helados, Tom estaba dispuesto a escuchar. Aun que no sabia si lo que le diría iba a gustarle.

— ¿Estas dispuesto a ver esto desde otro ángulo? —pregunto calmadamente ella Tom asintió— de acuerdo, escucha Tom, una persona es lo que de verdad quiere ser para vivir feliz, al contrario no es quien los demás quieren que sea, no deja que moldeen su forma de ser, a eso me refiero a que deberías dejar un poco de lado lo que los demás puedan pensar de ti y hacer lo que te salga en el momento, y lo digo enserio.

—Te refieres al chico…

—Me refiero a tu vida en general, enfréntalo Tom, deja de evitarlo… ¿Lo harías? ¿Aun que sea por mi? —Tom asintió aun que no estaba muy seguro sobre lo que quería que pensara Loren, simplemente lo intentaría y esperaba no decepcionarla.



— ¿Estas limpiando este lugar? —pregunto Jessica mirando la vieja fabrica que lucia mas limpia que antes, Tom se desplomo en uno de los sillones, era agradable hacerlo y que no saliera una cortina de polvo, le había hecho limpiar a Bill todo dos veces por que era claro que ese niño creído no sabia nada de limpiar, joder apenas podía agarrar bien la escoba, Bill era tan inútil, solo servia para gastar dinero en ropa, fiestas y programas de televisión… además de que sabia dar buenas mamadas.

Alejo su mente de esos pensamientos para no obtener un problema entre sus pantalones.

—De hecho de eso quería hablarte…

— ¿Me dirás al fin por que me besaste? —Tom asintió, ella se sentó cerca de el, y espero con paciencia, Tom sabia que ella seria comprensiva.

—Escucha, confío en ti y lo sabes, te quiero mucho ¿Vale? —ella asintió— por que lo que te lo voy a decir solo se lo dije a una persona en el planeta.

— ¿A quien?

—A mi psicóloga, nadie más que ella y yo lo sabemos, creo que debo decírtelo por que necesito tu ayuda.

—Nunca te lastimaría Tomi, eres mi mejor amigo —dijo ella con la voz algo compungida abrazando a Tom y besando su quijada, apoyo su cabeza en su hombro y suspiró— somos mejores amigos, para toda la vida.

—De acuerdo. Solo no interrumpas, odio tener que hablar de ello —Tom le contó todo lo que había pasado con Bill desde la secundaria hasta la deuda de vida y todo lo demás, la expresión de la rubia paso de una incrédula a una de preocupación pero Tom no vio que su amiga comenzara a mirarlo con asco por lo que le había comentado.

— ¿Un chico te hizo dio dos mamadas?

— ¿Solo me vas a preguntar eso? —dijo Tom exasperado, ella soltó una risita casi contagiando a Tom.

—Hay tonto, es que me pareció cachondo… —el le tiro suavemente del pelo— ¡hay! Ten cuidado —chillo fingidamente.

—Quiero saber que piensas, es en serio.

—Tom… no pienso en nada, todo sigue igual que antes, ¿Acaso pensaste que por haberte enrollado con un chico dejaríamos de ser amigos? ¿Tan poco me conoces? —pregunto entristeciéndose.

—Yo no sabia como reaccionarias, es que bueno… Yo en tu lugar me hubiera golpeado fuerte por marica.

—Yo lo hice con dos chicas —declaro ella asombrando a su amigo— mucho antes de conocerte, jamás te lo conté por que no me pareció adecuado pero ahora te lo digo por que así sabrás que se como se siente ese miedo de ser discriminado, pero que importa ya que es tan hot ¿O no? —Tom asintió, no podía negarlo, Bill le ponía mas caliente que ninguna otra chica.

—Tengo que ir a buscarlo, seguro ya esta saliendo de su colegio… ¿Esperaras?

—Que remedio —dijo ella contenta, amaba cuando Tom le demostraba votos de confianza como ese, le hacia sentir especial para el.



Tom estaciono la moto de Don frente al colegio de Bill, y como siempre se dejo el casco puesto, desde esa distancia pudo ver que el rubio ya estaba en la puerta, hablando con otro rubio, Tom sentía que conocía al otro chico de algún lado, pero no recordaba de donde, Bill volteó hacia el y su sonrisa se perdió, se giro hacia el otro chico, le dijo algo y se alejo suavemente, Tom se alisto para encender la moto.

— ¡Bill! —Tom volvió a mirar, el rubio mas bajo se acerco a Bill y se paro de puntitas para hablarle al oído, Bill escucho unos momentos y luego Tom lo vio sonreír, tenia una sonrisa perfecta, la mano del chico desconocido se apoyo en el hombro de Bill este seguía escuchando y asentía de vez en cuando, al final Bill soltó una carcajada y le pego al otro chico en el hombro, ambos se sonrieron antes de despedirse al fin, Tom de repente sentía ganas de vomitar, no le gustaba ver a Bill coqueteando como perra, ¿Por qué? Quizás por que Bill ya le había chupado la verga y eso lo volvía mas posesivo, en síntesis, no tenia ni puta idea de por que ver a Bill con otro chico le enfurecía tanto.

Simplemente jamás se imagino que lo que estaba sintiendo en ese momento eran celos.

—Amo —saludo Bill suavemente antes de subir a la moto en total silencio, habían estado distanciados desde el día en el que Tom lo humillo, la sangre de Tom hervía ¿Cómo se atrevía a venir a ser tan respetuoso después de haberse estado coqueteando frente a sus ojos? Y después de que el le hubiera dicho que mantuviera sus pantalones puestos mientras le debiera su patética y miserable vida.

—Sube de una maldita vez, no tengo tiempo para perderlo en estupideces —Bill bajo la mirada y se subió detrás de Tom, agarrándolo apenas, Tom arranco fuerte a propósito para obligar a que Bill se aferrara a el para no caerse y funciono, Tom sonrió de lado bajo su casco, acelero sintiéndose mejor mientras sentía el temblor en el cuerpo detrás suyo.



— ¿Crees que esta bien hacerle eso? —pregunto Jessica apenada por Bill, el chico había llegado con Tom vistiendo ropa de marca y con la mochila del colegio, el ni la había saludado, ella lo conocía después de todo el era Bill Kaulitz, y lo peor de todo, el se había enrollado con su mejor amigo, verlo limpiar con esa cara de total desolación le hizo sentir mal de algún modo.

— ¿Por qué? Déjalo, se lo merece —a su lado Don asintió sonriendo levemente.

—Se nota lo mucho que lo odia —dijo ella con pena, Bill de lejos estaba hecho para limpiar, no podía escucharlo pero podía ver como sus labios soltaban palabras seguro de rabia por lo que estaba haciendo.
—Ese es el chiste— el celular de Don resonó en ese momento, este contesto con rapidez— ¿Hola? ¿Quién habla? Ah eres tu, no estoy en mi casa, estoy… espera —tapo el auricular con la mano— Tom ¿Puede venir un chico aquí? Quiere comprar hierba.

— ¿Estas seguro de que no abrirá el pico respecto a este lugar?

—Nah, es un niño blando, tiene miedo hasta del polvo que hay aquí —Tom soltó una risa, volteo a mirar a Bill y lo descubrió mirándolo, Tom no retiro la vista y Bill le envió una mirada de hielo, Tom sintió como se tensaba automáticamente, Bill lo estaba mirando como a un inferior, otra vez. No podía permitirlo.

—Esta bien, que venga si quiere —casi ladró Tom poniéndose de pie y acercándose a Bill, este lo miro sin cambiar su expresión pero aun así Tom pudo notar que le intimidaba con su cercanía— ven conmigo, es una orden —le dijo Tom apretando la mandíbula Bill arrojó el trapo que estaba usando al piso y se quito los guantes de protección antes de seguir a Tom en silencio.

Tom ingresó a la abandonada oficina que tenia una pequeña ventanita en lo alto no dejando ver nada desde el exterior y viceversa, Tom se sentó en el piso apoyándose en la pared y le señalo a Bill el piso frente a el, Bill lo miro con total cara de asco.

—Mi ropa se va a ens…

—No me interesa tu ropa, si no te sientas ahora mismo te sentaras desnudo para no ensuciarla —Bill casi se arrojo al piso, se sentó tratando de no ensuciarse demasiado y arrugo su nariz disconforme al ver que su ropa ya se había manchado con polvo— bien, así esta mejor, últimamente estas volviendo a ser el jodido hijo de puta que se cree el centro del universo, mi trabajo es bajarte de esa nube, y créeme que lo haré todas las veces que sea necesario, ¡Tu me debes tu patética existencia! ¡¿Entiendes?! —Bill se sobresalto, Tom estaba realmente muy molesto y le gusto ver al rubio con esa expresión de susto, Tom volvía a tener el control no volvería a perderlo, no volvería a dejar a Bill de lado, tenia que mantenerlo bajo control o todo se le saldría de las manos.

Tom esperó a que Bill dijera algo, pero este no dijo nada, eso era bueno… al menos eso pensó Tom por que Bill parecía mucho mas sumiso ahora. De repente el rubio le miro de otra forma más… Tom casi salta hacia atrás cuando Bill gateó muy felinamente hacia él, la pared en su espalda lo detuvo de hacer tal ridículo.
—Entiendo Amo, fui… muy malo —Bill sonrió girando la bolita metálica entre sus dientes, Tom sintió como toda la puta sangre de su cuerpo iba a volando hacia su erección, Bill tenia ese maldito efecto de ponerlo duro con solo un gesto de su cara, era algo que escapaba de sus manos, no podía controlarlo.

—Ya detente —le gruño Tom cerrando las piernas Bill se acercó mas y se sentó frente a el, Bill suspiro derrotado.

—Tom, me prohibiste que estuviera con otros chicos, y créeme que te hice caso a pesar de que pude no haberlo hecho, necesito hacer algo, joder soy hombre ¿Tu no? —Bill señalo su erección que se marcaba a pesar de los jeans ligeramente holgados, Tom lucho contra las ganas de salir de ahí corriendo, prefirió mirar a Bill como un rotwailer miraría a un gatito bebé.

— ¿No puedes hacerte una paja?

—Ya lo hice, no es suficiente, vamos… déjame hacerlo amo, sabes que va a gustarte… —Bill se inclino hacia abajo, haciéndose espacio entre las piernas de Tom— ya te lo dije una mamada no te vuelve gay.

—Si, lo se, el único marica aquí, eres tu —dijo Tom empujándolo hacia su erección que ya estaba descubierta por las ágiles manos de Bill, este prefirió ocupar su boca con el pene de Tom en lugar de contestar, Tom gruño por lo bajo cuando Bill bajo hasta el fondo, cerro los ojos y hecho la cabeza hacia atrás, Bill lo lamía y ese maldito piercing en su lengua lo estaba enloqueciendo, ya no podía pensar en nada, era demasiado perfecto, ninguna chica le había hecho perder el control así, Tom sujeto la cabeza de Bill y empujo sus caderas hacia arriba, Bill se apoyo sobre sus muslos, dejándose sumisamente follar la boca, Tom lo vio bajar una mano para liberar su propio miembro, prefirió no pensar demasiado en eso, se concentro en el placer que estaba recibiendo su hinchado miembro, se empujo dos veces mas y se corrió dentro de la boca de Bill saliéndose antes de terminar, manchándolo en los labios y el mentón.

Tom se derrumbo respirando agitado, como un pollo recién nacido, se sentía hecho gelatina, no podía explicarlo bien, abrió suavemente los ojos para ver a Bill limpiándose con un pañuelo, vio su verga que a pesar de haberse corrido seguía dura, era muy parecida a la suya… quizás ligeramente mas gruesa, cerro sus ojos de nuevo, era algo difícil de creer que acababa de recibir una perfecta mamada de un chico, un chico que tenia un pene.

Bill lo había dicho, una boca era una boca, así que seguramente por eso no sintió asco al ser chupado por Bill, pero sinceramente Tom no recordaba haber pensado en alguna chica mientras Bill le hacia eso.
Tom se puso de pie y se arreglo la ropa, no se había manchado con ningún fluido, por suerte, vio a Bill imitarlo, las ropas de ambos estaban llenas de polvo pero no le importo, salieron de la oficina, en silencio sintiéndose demasiado cómodos con lo que acababa de suceder, Bill levantó la mirada y se paro en seco, un chico rubio le devolvía la mirada totalmente asombrada de verlo ahí, de hecho todos los miraban de una manera extraña. Por un momento Bill creyó que ellos sabían lo que habían estado haciendo.

— ¡Tom! ¡¿Se pelearon?! —gritó la chica rubia que Tom había besado el día de la fiesta de Dario, entonces Tom comprendió que todos creyeron que había ido a poner en su lugar a Bill con un par de golpes, su peón solo la miro con arrogancia y después cambio su mirada por una de alguien que había visto un feo y asqueroso bicho con muchos pelos y patas. ¿Acaso eso eran celos? Tom sonrió.

— ¿Bill? Wow no pensé que estarías aquí —dijo Andreas, este traía los ojos rojos, seguramente Don ya le había invitado algo para fumar.

— ¿Y donde mas piensas que estaría? Imbécil —pregunto Tom a Andreas, ahora lo reconocía, recordó que ese rubio era el cliente habitual de Don, el mismo chico al que Bill le coqueteaba al salir del colegio, Tom se sentó en su sillón e ignoro al rubio mientras encendía un porro.

—Yo no sabia que pasaban hierba en este lugar, de hecho siempre paso por el sendero de aquí cerca para llegar al pueblo sin que me vean, pero nunca había venido a esta fabrica— se disculpo Andreas aceptando al porro que ya pronto se acabaría de los dedos de Don.

— ¿Pasar hierba? ¿De que mierda estas hablando? Bill no viene a comprar drogas —dijo Tom cruzando sus piernas cómodamente sobre el sillón, Bill empalideció tan rápido que Tom casi se quedo sorprendido, el chico estaba blanco, y no terminaba ahí. Bill lo miraba con una expresión suplicante, sintió un cosquilleo en el cuerpo al ver sus labios y recordar lo que habían estado haciendo, oh si, hacer lo que estaba pensando seria lo mejor si Bill seguía manteniendo esa carita de cachorro apaleado, le envió una sádica sonrisa de maldad, Bill no se merecía su misericordia.

—No… —masculló Bill, nadie pudo oírlo pero Tom solo tenía que verlo mover sus labios para entenderlo, era el momento perfecto, iba a joderla tremendamente justo ahora.

—Bill me pertenece ahora, de pies a cabeza, el para mí vale mucho menos que un subordinado ordinario ¿Comprendido? Yo puedo hacer lo que sea con Bill, el es una mas de mis cosas ahora —el rubio lo miraba confundido, totalmente en las nubes, Tom bufó molesto.

— Mira Andi, para que tu loco cerebro lo entienda bien, Bill le debe el culo a Tom y ahora esta pagando su deuda convirtiéndose en su esclavo, o su subordinado o lo que sea, el gilipollas que sigue todas sus ordenes sin chistar, ¿Lograste entender tonto?

—Eso creo… —dijo Andreas mirando con extrañeza a Bill mientras aceptaba el porro que Don le estaba pasando.

—Jodido estúpido —dijo Tom sin mirarlo pero era mas que obvio que las palabras iban dirigidas a Andreas.
Tom no entendía por que recalcaba eso, quizás por que quería dejarle en claro al rubiecito ese que no podía ser tan cercano a una de sus pertenencias, le jodía y punto, Tom no necesitaba ninguna excusa para hacer lo que se le diera la gana, y en ese momento lo que quería era advertir a ese chico que no debía meterse con sus cosas…

Y de paso joderle la existencia a Bill, por su puesto.


No hay comentarios:

Publicar un comentario