Twist of fate - Prologo.
Resumen: El mundo de Simonne se derrumba
cuando descubre a su esposo con otra mujer, después de pocos días de haber dado
a luz, decepcionada decide llevarse a sus hijos pero por azares del destino
solo logra llevarse a uno de los bebés.
Tom Kaulitz vivió con su padre
desde pequeño, Jörg tratando de compensar la ausencia de su madre, lo maleduco
creando un adolescente que se cree el centro de la tierra.
Bill Kaulitz vivió con su madre que
fue asesinada por el mas grande líder de la mafia francesa, Bill escapa antes
de que su vida corra peligro, su única opción es vivir con su padre, sin saber
que su estadía en los Estados Unidos seria un infierno propiciado por su propio
hermano gemelo.
¿Podrán superar sus diferencias? ¿Lograrán
conocerse?
Autora: Amudiel F. A.
Categoría: NC +18
Advertencias: Violencia, bullying, fobia, lenguaje explícito,
muerte de un personaje.
Género: Drama, suspenso, acción, tragedia, romance.
Pareja Principal: Bill - Tom.
Disclaimer: No me pertenecen los personajes, solamente la trama.
Prólogo
Francia
– Poitiers – 06:00 AM
—Bill.
—
¿Mmm? —el joven de pelo lacio y negro que en ese momento estaba atado en una
coleta, no alzo la vista del lienzo mientras su madre le hablaba.
—Tienes
que irte de Francia —le soltó sin mas, y el pincel que estaba utilizando para
darle brillo a la rubia melena que estaba pintando, cayo al piso y se quedo
inerte en la cerámica, manchándola.
—
¿Qué? – Dijo casi sin aliento – no… mama no pienso dejarte…
—No
quería confesar algo como lo que estoy a punto de decir… pero no tengo mas
remedio Bill, quizás me odies, pero eso no me importa ahora, lo único que me
importa eres tu – sus palabras fueron como cuchillas para Bill, que se levanto
del banco alto en el que estaba sentado y se acerco a pasos lentos.
—Sabia
que algo me estabas ocultando, dilo de una vez mama…
—Sabes
el por que Bill, el por que, la razón por la cual quiero que dejes Francia, las
enfermedades terminales son impredecibles, no tienes la culpa cariño, tampoco
Marie tiene la culpa, a ella también la obligaron.
—Mamá
por favor… no lo hagas mas difícil solo dímelo – imploro Bill sentándose al fin
en la cama al lado de la rubia.
—Cuando
nacisteis, yo hice una tontería, descubrí a tu padre con otra mujer, besándose,
no razone, simplemente actué sin pensar, tiempo después descubrí que ella fue
quien lo había besado, y el no reacciono a tiempo, pero la rechazo, y yo no vi
como la rechazaba solo como ella se lanzaba a sus labios, entonces…
—
¡Espera mama! —interrumpió Bill — ¿Cómo que “nacisteis”? – pudo ver como su
madre se acariciaba su larga y rubia cabellera lentamente en un símbolo de
nerviosismo.
—Tú
y tu hermano.
—
¿Tengo un hermano?
—Lo
siento Bill… se que dije muchas mentiras, pero ahora necesito que sepas la
verdad, es por tu bien, tu padre no murió, tienes un hermano gemelo, no estas
solo cariño.
—Mamá
¿tu te estas escuchando? pensé que teníamos confianza entre nosotros, no sabes
como me duele todo lo que me estas diciendo…
—Lo
se Bill, se que no merezco tu perdón pero aun así lo ansió, por eso te confieso
todo esto, no por el hecho de que me este muriendo, aun que no estuviera
postrada en esta cama te lo hubiera contado.
—
¿Que paso después? – dijo Bill en un susurro apretando las colchas de la cama
con sus manos finas y sedosas.
—Quise
huir, pero sabia que no podría sin ustedes, lo mas importante en mi vida, mis
angelitos mis niños, convencí a Marie para que me ayudara a llevármelos, lejos
de Jörg, ni siquiera quise oír sus explicaciones ni exigirle nada por lo que le
había visto haciendo, cuanto me arrepiento… pero bueno lo de precipitarse antes
de pensar es hereditario – dijo sonriendo de pronto, Bill era igual de
precipitado, vanidoso y hermoso que ella – mi madre y mi abuela también eran
así…
—No
me gusta que me compares con tus antepasados femeninos mama – dijo Bill fingiéndose
molesto, aun que también sonrió un poco.
—Te
amo Bill, nunca lo olvides mi niño, y a tu hermano también, aun que no lo
conozca, los lleve a los dos en mi vientre, son pedacitos de mi.
—
¿Dónde viven?
—En
Estados Unidos – Bill la miro impresionado – se que toda esta información de
golpe no debe ser fácil de asimilar, pero te contare lo que paso quiero saber
tu opinión sea mala o buena – Bill asintió sin dejar de mirarla a sus hermosos
ojos marrones que había heredado – como te dije, convencí a Marie de que me
ayudara a llevármelos sin que Jörg se enterase, y cuando estábamos a punto de
irnos Marie me dijo que no debería llevarme a los dos, que no podría
sostenerlos sin ayuda de Jörg, pero yo no podía, ¿Cómo hubiera podido separarme
de alguno de ustedes si los amaba tanto? Eran parte de mi, de mi amor por Jörg,
y Marie no pudo convencerme de abandonar a ninguno de mis bebes, sencillamente
era imposible para mi siquiera pensar en esa posibilidad, entramos al auto que
nos esperaba para llevarnos al aeropuerto, yo estaba agotada, había estado en
trabajo de parte durante casi 26 horas, y no habían pasado los 5 días de
reposo, aun así me esforcé en fijarme que no les faltase nada.
Cometí
un error, otro mas, estaba tan agotada que Marie me pidió que la dejara
ayudarme con uno de ustedes, yo no desconfié de ella, es mi hermana jamás me
imagine que… bueno le entregue a tu hermano y ella lo meció en sus brazos
mientras yo te mecía a ti, me dormí, cuando desperté habían pasado mas de 24
horas seguidas, ya estábamos en el avión llegando a Francia, Marie te mecía en
brazos y me miro con una mirada que me lo dijo todo, había devuelto a tu hermano.
Me
horrorice, quise regresar a por el, le grite, incluso la golpee, pero nada de
lo que hiciera me devolvería a mi otro bebe, no podía volver, no tenia dinero,
y si volvía me encontraría con Jörg y no deseaba verlo, además tu me
necesitabas no podía dejarte, y no podía volver contigo, no pude hacer nada mas
que resignarme.
Ella
se sumió en silencio mientras Bill la miraba, ambos eran tan unidos, que Bill
podía sentir su dolor como suyo propio, no debió ser fácil para ella hacer todo
lo que hizo por el, y el siempre le estaría agradecido, aun que le hubiera
mentido en eso, ella jamás le había vuelto a ocultar nada, no pudo evitar
llorar silenciosamente, Simonne y Bill eran tan sensibles, a veces ella se
burlaba con el, le decía que era lo mas parecido a una mejor amiga que hubiera
tenido, Bill fingía molestarse pero en realidad le causaba gracia, y no negaba
que eran muy unidos, miraban películas juntos, comían helado juntos, incluso
les gustaba la misma música.
—
¿Y fue ahí cuando te uniste a Gordon y Dorian? – pregunto bajito recordando
todo lo que su mama y el hacían antes de que ella enfermara de cáncer.
—Mas
o menos, conocí a Gordon después de llegar a Francia, me enamore, creí que
nunca mas podría volver a amar a nadie después de tu padre, pero Gordon
simplemente me cautivo.
—Lamento
que hubiera fallecido… —dijo sinceramente, el tenia mucha simpatía por Gordon,
no amor y cariño fraternal, el hombre no quería hacerse prospecto de padre para
Bill y el nunca lo había visto como tal, solo como un buen amigo, y el amor de
su madre.
—Hay
cosas que ocurren – dijo Simmone con la voz distorsionada por el llanto, limpio
las lagrimas de su hijo, mientras el hacia lo mismo con ella, soltó una risita
en medio de su llanto – dios, llamen una ambulancia – ambos rieron, siempre los
molestaban cuando lloraban por ser tan sensibleros pero no les importaba.
—
¿Cómo te convenció de unirte a Dorian?, se que dijiste que también lo hiciste
por mi, ero sigo pensando que fue un verdadero error mama – ella asintió acorde
con el.
—Yo
también, pero no me arrepiento a pesar de pensar que hice mal, no quería que
nada te faltara y Dorian podía ayudarme a darte todo lo que te mereces mi niño
– acaricio su sedoso pelo – no me avergüenzo de pertenecer a la mafia Francesa,
si con tal de eso pude verte feliz todos estos años, al menos a uno de ustedes
dos, nunca deje de preguntarme si tu hermano estaría bien, si le faltaría algo,
si tu padre le trataría bien, muchas veces intente averiguar algo de ellos,
pero no pude hallar información, Dorian… el no sabe y es mejor así, nunca podrá
tocarte cuando yo no este – se callo, no le gustaba mencionar su pronta muerte,
sabia que a Bill le dolía demasiado pero trataba de disimular delante de ella
para no preocuparla.
—Yo
podría reemplazarte mama, así no tendría que irme, y podríamos seguir pagando
la quimioterapia – ella negó, y acaricio la pálida mejilla.
—No
Bill, si yo me metí en eso, fue para que tu nunca tuvieras que hacer nada parecido,
por favor no insistas –dijo al ver que su hijo quería replicar – se que no me
merezco esto en absoluto pero… necesito que me prometas hijo, que nunca te
unirás a Dorian, por favor… no quiero que acabes como Gordon hijo, nunca me lo
perdonaría – Bill no encontró argumentos para debatirle, y no quería hacerlo
así que asintió sin dejar de acariciar sus cabellos dorados, deposito un suave
beso en su frente mientras ella acariciaba su rostro con expresión cansada,
incluso ese simple y leve movimiento la dejaba exhausta.
—Lo
prometo – dijo besando la palma de su mano, ella sonrió contenta mientras lo
atraía para abrazarlo.
—De
todas formas no creo que hubiera podido unirme a Dorian y a su mafia, no hasta
que me recupere de la afefobia – Bill no soportaba que la gente le tocase, la
única persona que podía tocarle sin que el entrara en estado de pánico era Simonne,
los demás evitaban por eso incluso el mínimo roce con Bill, por que el
comenzaba a hiperventilar.
—Podrás
superarlo hijo, eres fuerte – con un ultimo beso a su frente, se alejo de ella,
tenia tantas cosas mas que preguntarle, quería gritarle, enojarse, pero no
podía, la veía tan pálida y sin vida, que no podía seguir infortunandola mas, y
su corazón se estrujaba al recordar lo vital que una vez fue, incluso mas vital
que el mismo, en su ultimo cumpleaños en el que cumplió 14 años habían ido a un
parque de diversiones, el estaba agotado después de un par de juegos, y ella
parecía una niña pequeña invitándolo a subir a todas las atracciones, corriendo,
riendo, llamándole anciano, era gracioso, su propia madre diciéndole anciano
por su flojera.
Se
sentó de nuevo en el banco después de recuperar su pincel del suelo y siguió
retratándola, la Simonne
del cuadro estaba recostada, hermosamente dormida, su piel resplandecía vida,
su pelo brillaba atrayendo todo el color del lienzo, se veía como una princesa
esperando que el príncipe viniera a despertarla con un beso, contrastaba con la Simonne que ahora dormía
en la verdadera cama, con ojeras, la piel terriblemente pálida, algo arrugada y
reseca, lo único acorde con el lienzo parecía el cabello, pues hasta en las
expresiones distaban, la Simonne
del cuadro estaba tranquila, casi sonriente y feliz, durmiendo, y la que
descansaba en ese momento en la cama estaba esperando una muerte, con una
expresión entre el dolor y la calma.
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