viernes, 16 de noviembre de 2012

Twist of fate: conociendote - 03

Twist of fate - Capítulo 3.

Notas Previas: Hola a todos. ^^ Tengo que admitir que a este capítulo si le cambie muchas cosas, más detalles que en los demás capítulos, pero bueno aun así la historia sigue siendo la misma, no cambiare nada contundente solo algunos pocos detalles ¡No olviden dejar comentarios!



Ni Jörg ni Dan quisieron preguntarle más cosas, pero estaba claro que Jörg quería saber más de la anterior vida de Bill, ¿Dónde había estado todo este tiempo? ¿Cómo había estado? Dios, ni siquiera sabía si tenía alguna alergia o cuidado de salud no sabía nada de su hijo y eso le hacía sentirse un mal padre, Bill era consciente de que debía algunas respuestas a su padre, lucia muy confundido y triste como si se hubiera puesto un terrible peso sobre los hombros, pero Bill no se sentía listo para darlas, y agradecía enormemente que Jörg no le presionara.

Llegaron a la moderna mansión que ocupaba el senador, la puerta automática se abrió dejándolos pasar, la limosina se estaciono frente al vestíbulo de la casa mientras que los otros dos autos desaparecían por otro sendero hasta detrás de la misma, Bill bajo y admiro el enorme y pulcro lugar, su casa en Francia era grande y antigua, pero no se comparaba a esa.

—Bienvenido Bill —dijo Jörg mirando la casa, Bill notó que estaba muy tenso y parecía a punto de quebrarse— Dan, ¿Podrías enseñarle su habitación? Tengo que… lo lamento —y desapareció dentro de la casa con la carta de Simonne aprieta entre su pecho y su mano, Bill miro dubitativo a la entrada elegante y luego a Dan

—Sígueme, te llevare a tu habitación, ¿Estás hambriento? —pregunto amablemente, observando la delgada figura del menor, parecía algo anémico, Bill negó con la cabeza Dan no insistiría no quería frustrarlo más— bueno si tienes hambre puedes avisarme, o si quieres algo no dudes en decirlo —Bill volvió a asentir, Dan pensó que ese chico era demasiado callado, algo en sus ojos le hacía ver como muy ensimismado, como si ya no hubiera alegría en la vida, quizás podría convencer a Jörg de llevarlo a algún psicólogo para ayudarlo, no lo había visto sonreír ni una sola vez y parecía asustado y temeroso.

—Lo siento —dijo Bill al sentirse tan estudiado por el hombre, como si estuviera pensando en sus defectos, Bill sabia que en ese momento tan vulnerable de su vida se veía más raro de lo que era, Dan arqueo una ceja, ¿De qué se disculpaba? ¿De su silencio? ¿Su indiferencia?, no supo que decir así que calló, esa profunda tristeza que estaba clavada como al fuego en los ojos del niño le horadó el alma, nunca había visto un niño tan joven con esa expresión tan sombría, como si en un día hubiera vivido diez años de golpe, quiso abrazarlo pero sabía que no le permitiría que lo toque.




Tom se levanto de su cómoda cama y arrojo las frazadas a un lado, tenia sed así que se levanto rascándose entre las rastas, entro al baño de su cuarto que era de un azul oscuro, las gruesas cortinas estaban echadas así que el cuarto estaba casi en penumbras, las estrellas fosforescentes de su techo iluminaban un poco el lugar, bostezando salió de su desordenado cuarto y se dirigió a la cocina.



Todo estaba jodidamente brillante ese día, sus ojos se apretaron en cuanto salió al pasillo y se dirigió a las gradas, se los froto mientras bajaba las gradas suavemente, y entro a la cocina descalzo, Dan estaba sentado en la mesa-bar tomando algo, al parecer un Whisky, se sirvió un poco de jugo de naranja sin saludarlo.

— ¿Y mi papa? —preguntó sentándose a su lado pero del revés apoyando la espalda en la mesa bar, Dan puso los codos sobre la mesa y se masajeo la sien.

—Seguramente en su habitación.

—Ahmm.

— ¿Tienes planes para hoy?

—Nope —dijo Tom, acabándose su jugo —Mike y Jonathan están de viaje para variar, ¿Increíble no? Las familias normales se van de vacaciones cuando las clases acaban —dijo Tom con rabia, Mike y Jonathan eran sus inseparables amigos, los conocía desde el último grado de primaria habían pasado todo medio juntos y ahora la secundaria. Que se jodan en las jodidas islas Maldivas, el ya se desquitaría con ellos cuando regresaran fanfarroneando de haberse tirado a la mitad de la población femenina de las islas en una sola noche.

—Tú sabes que Jörg no puede darse el lujo de desperdiciar las vacaciones en un viaje, perdería su empleo, las elecciones están cerca trata de comprenderlo un poco, está bastante estresado.

—Sip —dijo Tom indiferente— Y tú ¿Por qué esa cara? ¿Te dejo tu novio?

—Muy gracioso, estoy bien, no tengo nada.

— ¿Tienes resaca? —Dan lo miro molesto— no se lo diré a papá, lo prometo.

— ¡No tengo resaca! No tengo nada, también estoy estrésalo, solo es eso, hay cosas que aun no entiendes, es difícil manejar toda una campaña electoral, y bueno… No me gusta madrugar— agregó refunfuñando, Tom sonrió.

— ¿Y por qué madrugaste?

—Tú lo sabes.

—Nop.

— ¿Cómo que no? ¿Olvidaste todo lo que te dijo tu padre? —Dan lo miró incrédulo, ¿Jörg le había mentido y no le había dicho nada acerca de Bill a Tom?

— ¿Conversación de qué? ¿Sobre mis notas?

— ¡No tonto! ¿Acaso Jörg no te dijo que vendría Bill?

— ¿Quién? ¡Ah! ¡Ese chico! —Tom abrió grandes los ojos mirando a Dan con incredulidad, ese chico que decía ser su gemelo, Tom no creía tener un gemelo, no había nadie como él en el universo, el era total e increíblemente único— Estoy en desacuerdo con eso, no puedo tener un hermano, ¡Y para colmo un gemelo! ¡Eso apesta! ¡No lo traigan! ¿Nunca viste las películas de terror? enserio, hay una en donde salen dos gemelos, uno bueno y uno malo, y el malo acaba matando al bueno con una sierra eléctrica, ¿Quieres que ese extraño me mate? Apareceré muerto una mañana.

—Tom, si creyera esas estupideces, te diría que el gemelo malo definitivamente eres tú no Bill, y esas películas de terror no asustan ni a las ancianas.

—Hey, no soy yo quien llega a una casa extraña y repentinamente para matarlos a todos, yo soy el bueno, Bah da igual no lo vayan a traer, no necesito un clon mío caminando por aquí, tratando de acaparar la atención, es una maldita estupidez.

—Dios nos libre, contigo ya tengo suficiente para unas diez vidas enteras.

—Me halagas Dani —le dijo Tom sabiendo que este lo odiaba— Y dime Dani, como es mi gemelo —Tom sonrió con burla, y luego hizo un gesto de estar vomitando.

—Oh joder, eres taaan infantil, ya madura niñato.

— ¡No soy un niñato! Tú eres un viejito que no puede follar, ¡Eres impotente admítelo! La edad te pesa —sonrisa, sarcasmo y un poco de amistad con ese hombre le daba un toque especial a sus riñas.

—Tu ni siquiera tienes bello en el pecho —menciono Dan encogiéndose de hombros.

—No, pero te diré el lugar en donde tengo pelo, es en el… —un ruido los interrumpió, ambos se giraron, Tom observo incrédulo a la figura parada al pie de las gradas que daban elegantemente al espacio que unía la cocina y la sala, era la chica más hermosa que hubiera visto, su maquillaje era perfecto en opinión de Tom, un solo color, sin absurdas exageraciones que las chicas se ponían, llenas de colores y brillitos, al final solo quedaban como payasos mal pagados, ella se acercó un poco y pudo notar el color de su piel, era tan blanquita y delicada que no pudo evitar compararla con el parecido al de un malvavisco, Tom se perdió en ese rostro angelical y etéreo por varios minutos.

—Qué bueno que bajaste Bill, ¿Quieres comer algo? —le preguntó Dan amablemente, Tom casi se cae de su banco ¿Bill? ¿Esa cosa tan linda era su gemelo? ¡Imposible! ¿No se suponía que los gemelos eran idénticos?, Bill no se parecía en nada a Tom.

—Solo quería agua —contestó el pelinegro, Tom noto que su voz también era distinta, la de Bill era más dulce de algún modo, no como una chica, menos ronca que la suya, le observó en silencio caminar hacia la pila de la cocina, su caminar era tan delicado como el de una chica, Tom se pregunto por qué el chico lo ignoraba totalmente.

—Bill, este es Tom —le presento Dan señalando al susodicho, Bill lo miro mientras tomaba su agua y le saludo.

—Hola Tom —no se le acercó, Tom no pudo evitar preguntarse ¿Solo eso?, volvió a buscar los parecidos de su rostro con el de su gemelo, algo había pero Tom seguía pensando que no se parecían en nada. ¡Parecía una chica!

—Dan —dijo sonriendo de manera traviesa— creo que dejaron a mi gemelo en algún lugar y trajeron a mi hermana menor.

— ¡Tom! —exclamo Dan enojado — no te pases Tom… —le advirtió.

—Que divina estas —continuó Tom sin hacer caso de Dan, se acerco lentamente a Bill notando que a cada paso que daba peor se ponía el chico, el brazo de Dan lo detuvo de repente — ¡hey! ¿Qué te pasa?, solo quiero saludar a mi hermano o hermana… o lo que sea.

—No le gusta que lo toquen Tom, el es especial ¿entendido? Tiene una fobia que… —Tom lo interrumpió sin haber escuchado más de lo que Dan trataba de explicarle de la condición de Bill, en ese momento Tom solo escucho “no le gusta que lo toquen” y eso era justamente lo que Tom haría.

—¿Qué tal un abrazo de reencuentro? ¿No te parece que dos gemelos deberían abrazarse? —soltó Tom con ironía abrazando a su gemelo, se sorprendió de lo delgado que era, y lo sintió tensarse como una tabla, supo que había hecho mal apenas lo tocó.

Bill dejó caer el vaso que se hizo añicos en el piso, Dan maldijo por lo bajo, Tom era un puto caso perdido, le decías algo y el muy gilipollas iba y hacia todo lo contrario, Tom no se tomo enserio las palabras de Dan pero se sintió bastante confundido cuando sintió el delicado y tibio cuerpo de su hermano temblando con espasmos violentos en su abrazo, incluso lograba moverlo a él con su temblor.

— ¡NO! ¡SUELTAME! ¡SUELTAME! —Bill gritó comenzando a retorcerse en el abrazo, Tom se distrajo y no lo soltó, Bill estaba totalmente aterrado, no supo que mas hacer así que sujeto un par de rastas y las jaló con fuerza, Tom soltó un gemido de dolor y se alejo del pelinegro, sobándose el cuero cabelludo, Bill le dio un empujón que casi lo tumba de espaldas y luego salió corriendo disparado escaleras arriba, pisando con sus pies descalzos los vidrios del vaso roto, dejando un sendero de pisadas rojizas.

—Maldición, es un… hijo de puta —Mascullo Tom aun sobándose la cabeza, le había jalado fuerte, sus ojos se aguaron pero Tom lo disimulo perfectamente, se alejo de los vidrios rotos para no lastimarse maldiciendo internamente a Bill y a sus bisnietos con palabras bastante hard.

— ¡Mierda! Se cortó, está sangrando, ¡Mierda!, tu padre va a matarme, pero al menos te llevare conmigo al infierno— Dan se apresuró a buscar una caja de primeros auxilios, la encontró en el baño de la sala, Tom salió detrás de él quejándose.

— ¡Te dije que era un jodido loco! —Tom gritaba totalmente enojado mirándolo acusatoriamente— y solo le di un abrazo ¿Qué no se supone que así saluda la gente? ¡Él es el que está mal! ¡Reaccionó tan exageradamente! ¡Deberían llevárselo al manicomio de papá! —Dan se detuvo en su andar y le miro furibundo.

— ¡Yo te advertí que no lo tocaras imbécil! Bill no lo hace para llamar la atención el tiene una fobia, está enfermo ¿Comprendes? ¿Por qué no puedes dejar de actuar como un niño? Solo compórtate.

— ¿Qué YO me comporte? ¡¿Qué estas ciego?! ¡¿No viste como me tiró de las rastas?! ¡Estás loco Dan! ¡Solo te pones del lado de ese cobarde para agradarle a papá!

— ¡Eso no es cierto! —vocifero Dan realmente comenzando a cabrearse, en eso apareció Jörg atraído por los gritos.

— ¡¿Qué demonios paso?! —exigió saber estaban en el segundo piso, en el pasillo que daba a las habitaciones, la de Bill quedaba justo tres puertas mas allá, Tom no le permitiría hablar a Dan, sabía que Dan le contaría todo como para que él se viera como la víctima, ¡No lo iba a permitir!

— ¡Papá! —gritó para tapar la voz de Dan— Yo te explicare lo que paso ¡ese loco que dice ser mi gemelo me ataco! ¡Yo solo quería darle la bienvenida! ¡Y el muy capullo me ataco! —Tom hablaba como si realmente no pudiera creerlo, totalmente indignado, sabía que era muy bueno fingiendo— ¡Me jalo del pelo! ¡Rompió un vaso! ¡Está loco! ¡No lo quiero aquí! —Jörg frunció el ceño.

— ¡ya basta Tom! Dan, dime que paso— Dan comenzó a explicarle hasta la parte en donde Tom lo abrazó y ahí Tom interrumpió de nuevo.

— ¡Escuchaste papá! ¡El dijo que yo lo abrace! ¡Yo fui el gemelo bueno en esta situación! ¡Solo lo estaba saludando! ¡Esto es tan injusto! ¡Quiero que se vaya! ¡No lo quiero cerc…

— ¡Basta! —rugió Jörg— ¡Tom! ¡Vete a tu habitación! —Tom se paralizo en su lugar, su padre lucia realmente molesto, dudo un poco pero le ganaron los catorce años de mala educación, Tom era un niño mimado hasta la medula, no iba a estar conforme hasta no tener la última palabra.

— ¡Eso es injusto! ¡Yo no le hice nada! —gritó haciendo una rabieta— ¡Él me ataco! ¡Y aun así lo defiendes! ¡Sabía que si lo traían ocuparía mi lugar! ¡Ya no me quieres!

— ¡Tom con un maldito demonio! ¡Ve a tu cuarto! ¡No me hagas arrastrarte hasta el! ¡Hablo. Enserio! —sus dientes rechinaban, Tom se asusto de verdad, conocía a su padre y nunca en su vida le había oído rugir con ese tono, bajo la mirada enfurecido y salió disparado a su cuarto cerrando con un portazo que casi rompe algunas ventanas.

— ¡Bien! ¡Pero hubiera sido mejor que él se quedara con su madre! —Tom salió corriendo sintiendo que había comenzado todo el proceso, Bill había llegado y el ya estaba siendo castigado por su padre, era una prueba absoluta.

Maldito Bill, ¿Qué demonios era todo eso? El esperaba un gemelo parecido a él, con rastas y ropa ancha, que intentara imitarle en todo para parecerse a él, que lo viera súper cool como un héroe, que besara el piso por donde el caminaba como todos, pero eso era después de haberse tenido que resignar a tener un gemelo, porque en un principio simplemente no quería uno, y ahora mucho menos, lo odiaba, su gemelo era un raro sujeto afeminado que se maquillaba la cara como una mujer, tenía pinta de mujer, no le gustaba que lo toquen, estaba algo loco, y era violento, un sicótico total, tenía que librarse de él, o al menos alejarlo de si mismo antes de que se le pegara lo raro.

—No vuelvas a decir algo así nunca más entendiste —escucho desde la puerta su padre estaba ahí mirándolo con tanta tristeza— tenle respeto a la mujer te dio la vida, y que acaba de perder la suya, tu madre falleció, espero que reflexiones sobre tus acciones Tom, estoy muy decepcionado de ti —Jörg cerró la puerta de la habitación de Tom, y momentos después este se puso a llorar en silencio.






— ¿Bill estas bien? —pregunto Jörg ingresando a la habitación, escucharon el sonido de la regadera, Dan suspiro.

—Lo siento Jörg debí controlar mejor la situación.

—No es tu culpa, es mi culpa por que yo fui quien hice que Tom tuviera ese carácter—, la puerta del baño se abrió Bill entro caminando descalzo y secándose el pelo estaba sin maquillaje.

— ¿Estás bien? —preguntó Dan mirándolo con pena.

—Solo fue un pequeño corte —dijo mostrándoles un pequeño corte en la planta de su pie derecho no era gran cosa.

—Oh, pero igual ¿Podrías desinfectarla? —pidió Jörg— si no sabes hacerlo yo te indicare como —Bill asintió, su padre estaba tratando de respetar su fobia y eso le animaba en algo.

—No te preocupes, yo sé hacerlo—dijo Bill tomando la cajita de primeros auxilios— no es necesario que se queden —dijo suave, no con la intención de botarlos, mas bien no queriendo incomodar.

—Está bien Bill, buenas noches, descansa —dijo Jörg poniéndose de pie Dan se despidió de él y ambos salieron del cuarto, su padre lucia totalmente derrotado, y Bill sentía una opresión en el pecho, como cuando se ponía a llorar, no lo entendió así que dejó de prestarle importancia.







En la otra habitación estaba Tom, llorando, nunca había conocido a su madre, solo por fotos, pero jamás deseó que muriese, le hubiera gustado conocerla, y saber más de ella, se sentía tan mal en ese momento, su madre había muerto.


 

1 comentario:

  1. Amubiel! Siguelaaa porque nno has puesto el siguiente!! Se que ya la he leido pero el lerla de nuevo me da intriga como la primera vez!! >_< sube el siguiente plissssss!!!!!! >_<

    ResponderEliminar