viernes, 16 de noviembre de 2012

Twist of fate: conociendote - 01

Twist of fate - Capítulo 1.

Notas previas: Hola ^^, estoy volviendo a re-subir este fic pero editado, hay algunas cosas que le cambié, cosas que no afectan a la historia ya que el resultado seguirá siendo el mismo, solo arregle algunos cabos sueltos, a todos los que la leyeron, muchas gracias no saben lo feliz que me hacen, y a los que están leyéndola por primera vez les animo a seguir adelante. Espero que les guste y no lo olviden ¡Dejen sus comentarios!




Daniel Freward era el consejero personal de una entidad bastante importante en Estados Unidos, desde que esa entidad se había convertido en senador podía jurar su alma al mismo diablo a que se convertiría en el próximo presidente, tenia potencial, carisma, poder de convicción, no era honrado del todo, ¿P ro que político lo era?, al menos este era un poco mejor que los otros, y tenía una estrategia mucho mejor que la de sus contrincantes para llamar la atención de la gente.

Los famosos centros de resurrección, como solían llamarles a las oficinas de empleo, las personas perdían su trabajo, y los que trabajaban en dichas oficinas se encargaban de conseguirles uno nuevo, y a la gente eso le gustaba, además de los centros de rehabilitación para alcohólicos y drogadictos, un manicomio, y tres alberges, una mezcla de todo, podrían decir que Jörg era caritativo, había abierto tres alberges, podían decir que era cuidadoso, y que se preocupaba por los demás, había fundado el manicomio y los centros de rehabilitación, y lo más importante, la gente siempre decía que era inteligente, ¿Quién más inteligente que él? Que les ayudaba a encontrar trabajos cuando pensaban que estarían en quiebra y que no llegarían a fin de mes.

Nadie era mejor que el senador Jörg Kaulitz, y si hacia tanto bien siendo solo un senador y el presidente se la pasaba rascándose las pelotas, era sencillo sumar dos más dos y llegar a la simple y hermosa conclusión de que Jörg estaría mucho mejor en la casa blanca que el idiota que tenían actualmente de presidente.

Daniel dejo de pensar en que el 95% de la gente había dicho que votaría por Jörg en una reciente encuesta televisiva, pues una nota le dejo temporalmente catatónico.

“Mi nombre es Simonne, se que el que este leyendo esto no tendrá idea de quién soy o que quiero, pero Jörg sabe, y sé que su intención es desaparecer este mensaje apenas acabe de leerlo y comprobar que no se trata de ningún atentado contra el Senador, pero sé que cambiara de idea cuando le diga que Jörg tiene otro hijo aparte del que usted conoce, ese hijo también es mío, y si no muestra esta nota a Jörg hablare con la prensa, tengo pruebas y sé que no les conviene ningún tipo de mala publicidad con las elecciones presidenciales tan cerca, se preguntara lo que quiero, quiero que Jörg jure cuidar a Bill, su otro hijo, darle todo lo que yo nunca pude, espero que tomen enserio mis amenazas de hablar con la prensa”

El joven castaño volvió a leer el mensaje dubitativo, ¿Simonne? ¿Qué carajos?, maldita sea, con lo bien que estaba yendo todo, no quería ni imaginarse que pasaría si la gente se enteraba de que Jörg había dejado un hijo bastardo arrojado a su suerte por algún lugar. Nunca lo hubiera imaginado de su mejor amigo, el no seria capaz de hacer algo así con su hijo, si amaba a Tom Dan estaba seguro de que amaba de igual forma a su otro hijo, Bill.

Pero la gente no entendería eso, simplemente comenzarían a juzgarlo, lo llamarían cobarde, mal padre, escoria humana, casi podía oír los gritos de los opositores retumbando en su cabeza, y poco a poco la gente uniéndoseles, los que apoyaban su campaña lo repudiarían, y esos cuatro años que le habían costado para convertirse en Senador se irían por el maldito caño, ¡Jörg no podía haberle ocultado algo así! ¡Tenía otro jodido hijo! Sería muy idiota si lo hubiera abandonado, pero no podía sacar conclusiones apresuradas, así que mejor sonsacarle la información al tonto de Jörg, así lo pillaba desprevenido.

Esperó afuera con José, el guardaespaldas sin apartar la vista del papel que traía en la mano, el senador estaba en una reunión con los demás diplomáticos, esperaba que acabara rápido, ¿Y si era verdad? ¿Y si Jörg tenía otro hijo? ¡Maldición!, estaba ingeniando rápidamente un plan si ese fuera el caso, lo más inteligente sería reconocerlo públicamente, o seria un escándalo, si otra persona aparecía diciendo que Jörg era un padre desnaturalizado seria mil veces peor, si Jörg explicaba la situación del caso, la existencia de este supuesto hijo seria una historia que podría verse de dos maneras: Unos podrían verlo como una historia triste y conmoverse al igual que podrían verlo como un mal hombre y enojarse, nunca se sabía, de todas formas correrían rumores, ¿Y si no era su hijo?, no sería la primera vez que alguna desquiciada mental ansiosa por los millones del senador dijera que este se la había llevado a la cama, sabía que eso no era posible, Jörg no follaba con nadie después de su esposa, quien lo abandonó, se había vuelto cerrado a esas opciones, decía que aun la amaba, Dan no podía recordar el nombre de la mujer…

Y él le creía, por algo eran buenos amigos. Jörg nunca le mentiría.

— ¿Dan? —dijo una voz sobresaltándolo, estaba tan sumido en sus pensamientos que no había notado que la reunión había finalizado.

— ¡Ah! Jörg —dijo animadamente— ¿Aprobaron el proyecto de la planta petrolífera? Anda di que si —él se río por la forma extremadamente infantil de hacer pucheros de su mejor amigo.

—Claro que lo aprobaron, ¿Cómo no habrían de aprobarlo si yo fui quien lo sugirió?

—Presumido —le dijo picándole un poco con el dedo en su hombro– así que –carraspeó y fingió seriedad– señor senador, felicidades por su aprobación –Jörg trato de contener una carcajada.

—Ya Dan, basta —le reprochó— sabes que no me gusta que me trates tan formal cuando no estamos en público, deja de hacer esa cara parece que estuvieras estreñido —Daniel le miro con falso bochorno y se hizo al ofendido, no duraron mucho y acabaron carcajeando, Dan miro a su amigo y opino que era el mejor momento para disimuladamente sonsacarle información, ahora que estaba de buen humor.

—Jörg quería preguntarte algo…

— ¿Qué?

— ¿No crees que sería conveniente darle a Tom un hermano o hermana?, no lo digo por tu imagen de súper padre, ni eso, esto es algo más personal que nada tiene que ver con tu campaña o tu titulo de senador, lo digo porque Tom se está malcriando demasiado, necesita compañía para que vea que no todo gira en torno a él.

—Dan… Hemos hablado mil veces del tema, yo no puedo tener más hijos.

—Ya… ¿Entonces eres estéril?

—No, coño —dijo bajito fijándose a todos lados que nadie estuviera oyendo al senador decir palabrotas— es solo que… Mira Dan, he intentado tener relaciones con otras mujeres pero, estoy tratando y no puedo porque…

—Te acuerdas de tu esposa —completó Dan por él.

—Si —soltó un suspiro— y no puedo Dan, simplemente no puedo, se me rompe el corazón en trocitos cuando pienso que estoy engañándola.

—Pero… no sería oficialmente un engaño ¿no? Ella se fue aun que sigan casados.

—Se fue por mi culpa.

— ¿Y nunca volvió? ¿No trataste de buscarla?

—Si lo hice, pero en ese entonces no tenía tanto dinero así que no pude buscarla a fondo, ahora aun con dinero, los detectives no pudiesen localizarla después de casi catorce años.

—Ya… —Dan suspiró melancólicamente, podía comprender a su amigo, pero aun no obtenía la información que quería— es una lástima, hubiera sido lindo ver a Tom con un hermanito o hermanita menor que lo sacara un poco de sus casillas –Dan se rió, Jörg lo miro como analizándolo, tratando de descifrar si valía la pena hablar o no, Dan lo noto pero hizo todo lo posible por disimular su ansiedad y siguió caminando sin mirarle.

— ¿Sabes Dan? – el corazón del susodicho se disparó, al fin Jörg iba a confesarle algo — Tom sería un buen hermano mayor.

— ¿Ah si?

—Sí, aun que no lo parezca, se que podría ser el mejor.

— ¿Cómo lo sabes? —ambos hombres se retuvieron la mirada, y al final Dan gano, Jörg desvió la mirada y dejó de caminar, Dan también se detuvo y poso una mano en el hombro de su amigo infundiéndole ánimos.

—Tom… Cuando él era un bebé recién nacido, tenía un hermanito menor, menor por diez minutos, y bueno los hubieras visto Dan, Tom era tan apegado con su hermano desde que nacieron, al igual que Bill, Tom siempre estaba protegiéndolo, claro que a su modo ya que solo era un bebé, pero habían cosas que Tom no toleraba, no dejaba que lo separásemos de Bill, cuando los acostábamos en su cuna parecía como si se abrazaran, no podían dormir si no estaban en contacto uno con el otro, parecía que eso los tranquilizaba… —Dan pareció palidecer, entonces Jörg si tenía otro hijo.

— ¡Son gemelos! Dios mío Jörg ¿Por qué nunca me lo dijiste?

—No podía, ni siquiera Tom lo sabe, nadie lo sabe Dan, ¿Qué pensarían todos de mi si se enteran que mi esposa se fue llevándose a uno de nuestros hijos?

— ¡Maldición! —soltó Dan sacando el papel de su bolsillo algo arrugado y tendiéndoselo a Jörg —esto quizás no te guste mucho, llegó vía fax directo a tu numero privado, fue una suerte que solo yo estuviera en tu despacho el momento en el que llegó…

La sangre escurría de las elegantes mantas hasta el piso formando un pequeño charco, una mujer rubia estaba de rodillas, gritando en pleno llanto, desgarrándose la garganta con cada sollozo, y los tímpanos de las personas que estaban cerca.

— ¡Cállate zorra! —un sujeto le propino una patada en la boca, rompiéndole el labio— deberías agradecerle a Dorian que la haya matado, ¿Preferirías que hubiese tenido una muerte lenta y dolorosa? —la joven rubia se hizo un ovillo en el piso— ¡Marie maldita sea! ¡Escúchame! —la sacudió captando su atención. De repente ella abrió sus ojos sorprendida y se puso de pie ignorando totalmente al sujeto.

— ¿Dónde está mi sobrino? —casi grito con rabia hacia él.

—En el armario…

—Maldición Bill… —dijo mordiéndose el labio con fuerza, le dolió mucho pues estaba partido y sangrando, pero necesitaba hacerlo para no volver a gritar de horror, Bill lo había escuchado todo, mierda, ¿Qué niño podía vivir con la muerte de su madre resonando en su cabeza?

—Tu hermana estaba sufriendo —intento animarla el sujeto, sujetándola fuerte— cada segundo de su vida era una agonía, Dorian solo le ayudo a mitigarla, ella moriría de todas formas.

—Si lo sé… Pero eso no hace que me sienta mejor… Suéltame —le dijo amenazadoramente, apretando los dientes, el tipo la soltó alejándose mientras se encogía de hombros — y para que sepas algo que ya todos sabemos, por más que le lamas las botas a Dorian, el jamás te notara ni te dará ningún valor, el no piensa en nadie más que en sí mismo.

La rubia se alejo del tipo, acercándose a la cama donde su hermana estaba muerta, con la cabeza atravesada por una bala, la sangre se escurría por las almohadas y frazadas hasta el piso, le cerró los parpados, aun tibios, manchándose de su sangre, “Te quiero hermana”, resonó la voz de Simonne en su mente, haciéndola sollozar de nuevo, agarro el cubrecama y la tapó sin dejar que nada se viera, se limpio las lagrimas, tenía que ser fuerte, Simonne le hubiera dicho que fuese fuerte y ella jamás decepcionaría a su hermanita, ella se encargaría de poner a Bill a salvo, lo juro por su amor a Simonne.

—Espero que ahora estés con Gordon hermanita, el te amó tanto…

— ¿Qué harás con el mocoso? —se escucho una voz detrás, Marie se volteó con los ojos libres de emoción excepto la rabia.

—Lo alejare de Dorian, y de toda la mierda que son ustedes —escupió apretando su mandíbula y sus manos en puños, en ese momento ella lo aborreció todo.

—Tú también eres parte de esta mierda —le replico furioso.

—Jamás dije que no lo fuera, ahora sal Matt, desaparece, no quiero que Bill vea a nadie, dile a Dorian que volveré en dos días, me los debe y él lo sabe… —el castaño asintió y salió de la habitación en silencio.

Marie se acerco al armario, y tomo valor, rezo a su hermana, a dios y a todos los seres que quisieran oírla, que la ayudaran a ayudar a Bill, de seguro lo habría oído todo desde dentro del armario, abrió la puerta corrediza y lo vio sentado al fondo, abrazado a sus piernas, podía notar claramente como temblaba.

—Bill —dijo bajito conteniéndose de agarrarlo, de abrazarlo y consolarlo, sabía que el joven tenía fobia a que le tocaran y no quería ponerle más nervioso de lo que ya estaba— ¿Billy cariño?

—Tía —gimió bajito el niño, Marie se aterró, Bill ni siquiera estaba llorando, solo estaba ido, totalmente ido y aterrorizado, y pudo apostar que estaba recordando todo lo que había oído una hora atrás cuando Dorian mato a Simonne, por lo menos no tuvo que verlo, se consoló ella— quiero irme de aquí —suplicó el pequeño casi sin aliento, como si su voz se estuviera extinguiendo, y hablara sin emitir sonido alguno.

—Te voy a sacar de aquí Bill, lo juro —se levantó alejándose del armario y saco una maleta, metió apresuradamente ropa y tomo dinero del colchón que Simonne tenía oculto, pudo observar por el rabillo del ojo como Bill tomaba todos sus lienzos y los acomodaba en el forro de plástico con correas y se colgaba el cuadrático bulto a la espalda.

Entonces sus ojos se posaron horrorizados en la cama, el ya debía saber que su madre estaba ahí muerta… Pero igual Marie desvió la vista hacia el lugar y también se horrorizo, la manta con la que la había cubierto estaba toda empapada de sangre en el lugar donde estaba el bulto que correspondía a su cabeza, Marie se puso entre el cuerpo de su hermana y el de su sobrino. Para que no pudiera verla, eso debía estar destrozando a Bill, ¡era demasiado para un niño!

—Sal de aquí Bill —pidió ella con firmeza— antes de que a Dorian se le ocurra volver —Bill no dijo nada, solo sollozo sin lagrimas, y salió de la habitación abrazándose a sí mismo, Marie maldijo a Dorian mil veces, tomo la maleta con la ropa de Bill y salió de la habitación con el corazón hecho pedazos.



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