martes, 29 de enero de 2013

Cross Roads - 04

Capítulo 4: La deuda de vida.

—Tom… sabes que puedes contar conmigo… ¡¿Cuando te fallé?! —chilló Jessica con lagrimas en los ojos, estaban tan concentrados en su discusión que ninguno notó al Audi negro estacionado a un costado del camino, ni se fijaron que ese Audi comenzó a seguirlos poco después.

—Jess por favor no llores… es difícil de explicar… lamento haberte besado.

—El beso no es el problema Tom, nosotros somos amigos y lo que me duele es que no confíes en mi —aclaró ella cruzándose de brazos, una lagrima recorrió su mejilla y a Tom se le estrujo el corazón, Jessica era sin duda la chica a la que mas había querido en su vida, a pesar de que al principio ella se acercó a el solo para tratar de conquistarlo, de todos modos al final descubrieron que no había química entre ellos, de echo Tom comenzaba a creer que la química iba a estar fuera de sus relaciones carnales, y que solo iba a obtener de ella un placer que estaba demasiado lejos de satisfacerle por completo.

—Escucha Jess… no es tan sencillo, déjame llevarte a tu casa, estás mal.

— ¡¿Y de quien crees que la culpa?! Maldito… —Jess seguía llorando con los brazos cruzados y el ceño fruncido, Tom suspiró y no dijeron una sola palabra mas hasta llegar a la mansión de Jessica, entraron por el camino empedrado hasta el hall principal que era de mármol blanco, y tenia una hermosa araña adornándolo aferrada al techo, pero Tom lo ignoró y rodeo la edificación hacia el garaje subterráneo, dejó el coche estacionado y suspiró.

—Jess yo… ¿puedo pasar? —ella asintió fríamente, mientras secaba sus lagrimas con cuidado de no tocarse el maquillaje, subieron en silencio hasta la habitación de Jessica, Tom se sentó con toda confianza en su cama y ella testarudamente se sentó en la silla giratoria que estaba frente a su escritorio, moviendo sus pies compulsivamente, signo de que todavía estaba enojada.

—Tom, quiero ser clara contigo, no me gustas de esa forma, es decir antes si me gustabas… pero creí que habiamos dejado en claro que entre nosotros no…

— ¡Espera un segundo! ¡Yo no te besé por eso! Se que solo somos amigos… de hecho creí que éramos de los mejores amigos.

—Justamente por eso es que me pregunto por que me besaste, ¿Estabas tratando de darle celos a la chica pelirroja? ¡Yo ni siquiera sabia que la conocías! ¡Como crees que me siento si me utilizas para darle celos y lo peor de todo es que ni siquiera me dijiste que te gustaba! Tom, todo podría haber sido mas fácil si me pedías ayuda directamente, así no me habrías tomado por sorpresa… sabes que yo te hubiera ayudado de todas formas…

—Jess bebé, lo sé, realmente lo sé, se que hubieras hecho lo imposible por ayudarme pero no es eso simplemente… Es muy difícil de explicar y no estoy listo para eso —Tom se puso de pie y se acercó a ella, se arrodillo frente a sus hermosas piernas y cogió sus manos entre las suyas— te prometo que lo voy a explicar, de verdad, solo que no estoy listo… dame tiempo.

—Oh Tomi —ella se resbalo ágilmente del asiento hasta el piso y lo abrazó con fuerza— te amo mucho ¿sabes? Por un momento creí que nuestra amistad iba a terminar cuando me besaste…

—Lo lamento —susurró Tom entre los mechones de pelo rubio que le hacían cosquillas en la cara, Tom se puso de pie jalándola consigo y sonrió al ver su maquillaje corrido Jessica odiaba que eso sucediera— pareces la llorona —le dijo apretando una de sus mejillas, Jessica le mostró el dedo del medio aguantándose una risita.

—Es tu culpa bastardo —contestó entrando al enorme baño que tenia para ella sola y comenzando a desmaquillarse— Tomi ¿Aun esta en pie esa invitación para ir a lo de little pig? —pregunto ella animadamente, Tom se recostó en la cómoda cama y busco el control del televisor.

—Claro —respondió encontrándolo en el velador y encendiendo la tele. Jessica se arreglo el maquillaje y luego salio a rebuscar entre sus ropas la ropa horrorosa que Tom le había exigido que comprara para ir a su barrio, en síntesis toda su ropa era de marca o de diseñador excepto esa ropa que había ido a comprar con Tom en un mercado de pulgas, Jessica aun se acordaba la cara de risa de Tom cuando ella mando a desinfectar totalmente la ropa barata antes de siquiera contemplar el ponérsela, era un jean desgastado sin marca siquiera, una blusa azul muy hermosa, Jessica la amaría de verdad si no le hubiera costado solo 15 dólares, ¡Que horror!, y una chaqueta café que también le gustaba mucho y que le gustaría mas si fuera de algún diseñador conocido.

Jessica se quito su ropa sin importarle la presencia de Tom, su ropa interior blanca era muy sexy y ceñida su cuerpo, no era la primera vez que se cambiaba frente a Tom y este como las veces anteriores ni si quiera volteo a mirarla, ella arqueo una ceja confundida, era cierto que eran amigos, y estaba segura con toda su alma que Tom sentía el mismo cariño y hermandad que ella sentía por el, sin nada romántico o sexual entre ellos, pero a pesar de todo eso, Tom debería haberla mirado aun que sea un poco, por que ella tenia un cuerpo terrible, un cuerpo de infarto y lo sabia, quizás a Tom no…

Ella negó con la cabeza y se vistió rápidamente, agradecida que pudiera descuidarse frente a un hombre sin que este la mirara como a un pedazo de carne, siempre se había imaginado la misma escena con una hermana que nunca tuvo ya que era hija única, pero la sensación no era diferente en ese momento, después de todo Tom y ella eran compinches, cómplices, casi hermanos si no fuera por que tenían distintos padres.

—Toy lista —dijo ella con voz aniñada echándose al lado de Tom— ya me puse la horrorosa ropa de pobretona ¿nos vamos? —Tom soltó una risita, Jessica se veía muy bien con esa ropa barata, no lograba diferenciarla de cuando usaba su ropa de marca pero ella decía que la diferencia era grande y que el estaba ciego o era imbécil cuando le mencionaba esa particular opinión suya.

—Bien, entonces vamos.

Era mas que seguro que no podrían llevar al auto a esa zona o despertarían sospechas así que salieron a pie para tomar un taxi, llegaron a Village Hope rápidamente, Tom le indico al sujeto que los dejase en la plaza principal de la villa que era donde menos solían estar sus amigos debido que la gente del lugar siempre andaba por ahí, le pagaron al sujeto y caminaron tranquilos por la calle, Jessica engancho su brazo al de Tom mientras caminaban en dirección a la casa de little pig, no hacia mucho frío esa noche, fueron por las calles malolientes, por donde los autos ya no podían circular debido a los enormes baches que se habían echo en el pavimento, un perro comenzó a ladrarles amenazadoramente, encerrado por una cerca de metal en una casucha barata, simplemente lo ignoraron, el pobre animal estaba frustrado por vivir una vida encerrada y ladraba así a todo el mundo que pasaba frente a su reja.

Las luces de las calles eran mas pequeñas en ese lugar, no iluminaban tanto como las de la plaza, así que había un ligero espacio de sombra entre las luces de alumbrado publico, giraron en una esquina donde había una cancha de básquet cercada por una malla de metal, la puerta abierta hacia un chirrido cuando el viento la mecía y a pesar de la hora y la poca luz en ella habían niños de todos los tamaños jugando baloncesto, niños negros y blancos, todos de la calle, que seguramente crecerían para convertirse en lo que eran Tom y sus amigos… soldados del Ghetto.

—Mira eso —señalo Jessica a una criatura negra y regordeta que aleteo sobre sus cabezas— oh… eso no es peligroso ¿Cierto? —preguntó ella colándose totalmente a Tom este soltó una risita.

—Es solo un murciélago, no hacen nada —tres casas después de la cancha de básquet estaba una casa de dos pisos, la pintura de la fachada estaba descascarada, y la polvorienta persiana metálica del garaje estaba abierta, una luz amarilla iluminaba el cementado viejo que servia de camino para meter el coche al garaje, pero como little pig no tenia coche, su garaje era como un punto de reunión entre amigos, se escuchaba un rap sonando desde adentro a un volumen razonable, ni de lejos tan podidamente fuerte como en la fiesta de Dario, mientras Tom y Jessica avanzaban hacia la entrada del garaje, que era separada mas o menos por unos cinco metros, sus amigos los recibieron animadamente entre silbidos y gritos.

— ¡Al fin llegaste Big T! Justo a tiempo para animar la fiesta —sonrió little pig poniéndose de pie para estrechar la mano de Tom y luego chocar puños— hola Jess —saludó luego el chico a la hermosa acompañante de Tom, ella acepto el beso en la mejilla.

—Hola Rayan —dijo animada.

—Pero mis amigos me llaman little pig —le recordó el, amable— pasen, están en su casa.

Lees y su novia se pusieron de pie para saludar, ella era una chica de color muy hermosa, con un cuerpo de infarto, quizás sus labios eran un poco voluminosos y su rostro ligeramente alargado, pero a pesar de eso, Indira era muy hermosa

—Hola hermano, que tal Indira —Tom los saludó a ambos antes de continuar saludando a las demás personas.
Indira saludo a Jessica después de Lees, besando sus mejillas, Jessica no se llevaba nada mal con esa chica pero tampoco podía decirse que eran precisamente las mejores amigas, de todas formas Indira la invito: — ¿Por qué no te sientas aquí? —Jessica se sentó al lado de la otra chica mientras Tom seguía saludando a los demás.

— ¿Dónde esta Don? —preguntó Tom cerca de la radio, ya que no logró ver a su amigo entre la escasa muchedumbre, cambio el cd de Wiz Califa por uno de Chief Keef.

—no vino todavía, lo llamé hace media hora pero no me contesto, seguro esta durmiendo —contestó Alex un hombre que estaba cerca de cumplir los veintinueve, el mas viejo del grupo, Tom acepto el porro que este le ofrecía y le dio dos caladas agradecido, su garganta ardió ligeramente por la marihuana pero estaba acostumbrado, resistió el aire y le paso el porro a otro amigo, pudo ver por el rabillo del ojo que Jessica también tenia un porro en sus manos y después de fumarlo se lo pasaba a Indira, Tom soltó el aire incapaz de contenerlo mas tiempo, inmediatamente sintió ese sopor ligero en su cuerpo, ese relax que solo la marihuana brindaba, se sentó al lado de Jess y saco su teléfono viejo para marcarle a Don, en casa tenia como cinco teléfonos de ultimo modelo incluyendo un Iphone, todos eran regalos que sus amigos o familia le habían dado en alguno de sus cumpleaños o alguna otra fecha especial, Tom no los usaba excepto en el colegio, para aparentar.

Hola… —se escucho una voz soñolienta.

—Hey bro, ¿Te quedaste dormido desde que me fui de tu casa? —preguntó Tom divertido.

Joder si, aun sigo en el sillón ¿Cuándo te fuiste? No te sentí.

—Casi a las seis, me fui a buscar a Jessica para lo de little pig, creí que ya estarías aquí a mi regreso —explico Tom moviendo su cabeza al ritmo del rap.

Carajo… si no me llamabas me dormía de plano hasta mañana bro, ya voy, estaré ahí en quince minutos.

—Genial viejo… Te veo al rato —Tom colgó el viejo celular y se lo guardo al bolsillo.

— ¿Qué te dijo Don, va a venir o no? —preguntó Lees.

—Ya viene en camino, dijo que llegaría en quince minutos así que supongo que se moverá en su maquina*, viejo —explicó Tom agarrando el porro que Lees le pasó, aun no estaban tomando, lo que significaba que quizás no habría trago en esa ocasión, a veces solo fumaban hierba, de modo que no era necesario el trago, pero la mayor parte de las veces alguien aparecía con un par de botellas de ron y mandaba a comprar Coca cola a la tienda para mezclar.

—Debo admitir que esta fiesta es mas relajante que la de Darío —susurró Jessica en su oído, Tom vio sus ojos, un poco rojos debido a la mota, el mismo sentía sus ojos enrojecidos, pero muy tranquilo, en paz… Disfrutando con sus amigos.

—Es mucho mejor que la otra mierda de fiesta… —Tom se calló no queriendo recordar ciertas cosas de dicha fiesta.

— Tom ¡Agárralo! —el susodicho solo vio volando fugazmente hacia el un objeto negro, a pesar del letargo en el que estaba sumido, sus reflejos estaban perfeccionados, eran mas rápidos que su mente incluso, así que simplemente dejo que su cuerpo lo atrapara, descubrió que era un micrófono.

— ¡Vamos Tom, inventa algo! —le pidió Meter, otro de sus amigos mientras cambiaba  el CD de Chief Keef por uno lleno de pistas que eran solo la base de rap, la música sonó llenando la habitación que incluso era algo acústica, para Tom fue fácil formar un montón de frases en la cabeza que automáticamente salieron de su boca, los demás comenzaron a gritar emocionados y rapear con la música, Tom realmente podía rimar mas fácil si había fumado antes, era mas fácil hilvanar sus pensamientos estando bajo el efecto de la marihuana.

De repente llegó alguien llegó corriendo, pegándoles a varios un fuerte susto repentino, era un chico alto y flacucho que siempre vestía ropas demasiado anchas en proporción a su huesudo cuerpo, ropas que lo hacían ver muy raro, además usaba gorra todo el tiempo incluso de noche, Tom lo observo extrañado, Soul jadeaba y sus ojos mostraban un ligero temor, Tom no lo entendía Soul era un chico tranquilo, así que eso le resulto extraño al igual que a todos.

— ¿Soul? ¿Qué demonios te sucedió hermano? —preguntó Alex por sobre la agitada respiración del chico.

— Es Don, ese cabrón hijo de puta se metió en problemas otra vez, muy serios problemas esta vez —explicó Soul mas recuperado, moviéndose repentinamente en dirección a la radio para apagarla— parece que quiso matar a un chico pijo que le busco pleito… La policía llegó hace poco y ahora esta patrullando toda la villa —Soul llegó de dos zancadas a la puerta del garaje y bajo la persiana para ocultarlos de la calle.

— ¡Apaguen las luces! —ordenó Little Pig— jodido Don… ¿Qué rayos paso Soul? ¿Qué viste? —el chico se sentó cerca de Tom y siguió contando...

—No lo se exactamente, solo vi cinco patrullas estacionadas en la plaza, estaban hablando con la vieja Jiménez, la señora latina de la tiendita, ella estaba realmente histérica, la escuche decir algo sobre Don y que quiso acuchillar la garganta de un chico de plata  no es la única que lo vio, hay mas personas que estaban en la plaza en ese momento y también lo vieron—Tom maldijo entre dientes, la mayoría de la gente de los barrios bajos eran inmigrantes o personas como la vieja Jiménez que conseguían una nacionalidad y vivían en los barrios pobres debido a sus orígenes latinos, pero pocos de sus amigos eran puramente latinos, la mayoría había nacido en suelo estadounidense, casi todos eran hijos de latinos por parte de madre o padre, o algún abuelo ya fallecido, y por lo tanto el español se dominaba en esos lugares, tanto como el ingles, Little pig era completamente estadounidense, sin ningún antepasado latino, al igual que sus padres, pero de todas formas también dominaba la lengua española.

— “Chico de plata ¿Quieres decir un niño rico?— Soul asintió— ¿Y Qué mierda hacia aquí? —preguntó Tom extrañado.

—No lo se, hermano —dijo Soul— tampoco vi a Don cerca, solo a las personas que vieron lo que el imbécil de Don hizo.

—Joder ¿Cuántas veces le dijimos que no llamara la atención? fuck nigga, ¡mierda!, voy a arrancarle los dedos si nos mete en un lío —masculló little pig molesto.

—Hay que esconder la merca —mandó Tom con decisión, todos se pusieron de pie— solo por si acaso.

—Tom tiene razón, la fiesta termino, al menos hasta que se vayan los bad boys de aquí —a lo lejos se escucho el inconfundible sonido de la sirena de una patrulla— ¡Joder!, no hay tiempo —Tom asintió y se acercó a Indira y a Jessica.

—Indira, Jess no esta acostumbrada a las redadas ¿Podrías acompañarla al cuarto de pig? —preguntó Tom.

—No te preocupes por eso, sabes que se que hacer —contesto Indira pidiéndole a Jess que la siguiera, Jess se detuvo un momento.

—Todo va a estar bien Jess —le dijo Tom posando un brazo sobre sus hombros, ella negó con la cabeza.

—No me preocupo por mí, me preocupo por ti Tomi…

—No seas tonta, yo se cuidarme solo y lo sabes, además voy a estar mas tranquilo si estas aquí a salvo, sería un problema si nuestros padres se enteran de esto… —ella asintió obediente y entraron a la casa por una puerta interna— Hey little pig ¿Te quedas con las chicas? Están algo nerviosas.

—Claro que si hermano, nada les va a pasar… —la sirena de una patrulla se escucho particularmente cerca esta vez, todos se callaron y se quedaron estáticos mirándose unos a otros.

—No pueden entrar hasta aquí la calle es intransitable ¿O no? —susurró Lees algo nervioso, no estaba de humor para volver a la cárcel, ya había pasado dos meses ahí recientemente, cuando la policía lo había sorprendido vendiéndole droga a un ejecutivo cerca de la carretera principal.

—No lo se, guarden silencio —ordenó little pig, increíblemente la policía había logrado entrar hasta ese lugar, a pesar de las penosas calles llenas de grandes agujeros, podían ver la luz de las sirenas por la franja que separaba la persiana de la cochera con el piso, y para el horror de todos, las luces seguían ahí quietas, no se movían, de pronto se escucharon unos golpes en la puerta de little pig, Tom pudo sentir la tensión elevándose en el aire.

— ¡Policía! ¡Abran la puerta!

— ¡Joder! —masculló little pig sacando dos frasquitos de su bolsillo uno con un liquido verde y el otro eran gotas para los ojos Tom lo vio ponerse las gotas rápidamente y todo el rojo de sus ojos debido a la marihuana se fue, el otro frasquito era agua de menta, little pig hizo un par de gárgaras con el liquido y luego escupió— tienen que irse todos ahora, yo los distraeré mientras ustedes sacan la merca, no deben dejar nada —dijo entrando a la casa cuando los toques se hacían mas violentos— ¡Ya voy! —le escucharon gritar.

—Bien —Tom se puso al mando automáticamente, siempre había sido el “líder” de alguna manera, y solo por que había sido capaz de sacarle la mierda a un tipo que tenia por apodo “Konan” debido a que nadie nunca le había vencido en una pelea, claro hasta que Tom llegó a partirle el hocico, y después de eso Konan no había vuelto a aparecerse por la villa, Tom en ese entonces no había sabido nada del tipo, no sabia de sus antecedentes en la cárcel, ni de su intento de homicidio a un policía, solo un día común y corriente el sujeto se había aparecido frente a él y a Don para tratar de quitarle la merca a su amigo, Tom al ver que Don estaba dispuesto a entregarla sin decir absolutamente nada simplemente le había sacado la mierda al tal Konan, ganándose sin saberlo un respeto de parte de todos los demás, ya que no se habían atrevido a plantarle cara, así que dejaban que el tomara las decisiones— podemos salir por detrás de la casa de pig, pero tendremos que hacerlo uno por uno, y el cabrón que haga ruido puede darse por muerto, nadie lo ayudara ¿comprendido? Hay que llevar la merca por partes, la devolveremos mañana —lo bueno de conocer a todos los amigos era que Tom sabía que nadie robaría ni un gramo de la mercadería de pig, entre hermanos se respetaban.

Todos se metieron toda la cocaína y marihuana a los bolsillos, podían oír a little pig hablando con los oficiales así que una vez estuvo todo limpio entraron a la casa y fueron por el angosto pasillo hacia el jardín de atrás sin hacer bulla, uno por uno.

— ¿Vives aquí tu solo? —Tom escuchó preguntar a uno de los policías, mientras pasaba por el pasillo, las voces venían del estrecho recibidor.

—No señor, mis padres están en sus trabajos —fue lo ultimo que alcanzó a escuchar antes de salir al ultimo y cerrar la puerta con calma, luego todos en un mudo acuerdo se fueron alejando, protegidos por las sombras como gatos, a nadie le fue un problema saltar la pared y escabullirse entre la basura y el alto césped, incluso invadiendo los jardines de los demás vecinos que ni siquiera se enteraron de la invasión Tom se alejo y salto la cerca de madera alta de una señora vieja que vivía a dos casas de little pig, llegando al fin a la calle, luego con mucho cuidado se tumbo en la calle y se asomo hacia la acera, pudo ver la patrulla estacionada perfectamente al lado de la acera, con sus luces aun prendidas, el rojo y el azul giraban alternadamente, al parecer los policías estaban dándole demasiada lata a little pig ya que no se iban, Tom sintió una vibración en su bolsillo asustándolo ligeramente, saco su celular sin levantarse y leyó el mensaje que le había llegado, era del numero de Jessica pero al parecer no lo había escrito ella.

“Tom, los policías entraron a la casa, tienes que hacer algo para distraerlos, o se llevaran a little pig, Jess y yo estamos bien.”

Tom soltó una maldición bastante subida de tono, ¿Cómo rayos los iba a distraer…?

—Hey big T —Tom casi se muere de un ataque cardiaco cuando un niño pequeño se echo de panza a su lado mirando la patrulla con ojos curiosos.

—Joder Mouse, me asustaste —Tom conocía al niño desde hacia mucho tiempo, incluso antes de conocer a Don, el niño le había ayudado una vez a sacar su culo fuera del alcance de la policía cuando había sido pescado robando, el niño era muy listo para su edad, y hacia reír a todos con sus bromas y chistes.

— ¿Qué pasa con la cana* Tom? —preguntó el pequeño, Tom observo la resortera sobresaliendo de los desgastados jeans del niño y se le ocurrió una idea.

—Mouse necesito tu ayuda —exigió Tom sacando la reportera de su bolsillo— ¿Tienes una piedra? —Mouse saco varias piedras redonditas, justo lo que Tom necesitaba— escucha atentamente, necesito un favor ¿Podrás? —el niño asintió valientemente— debes apuntarle a la patrulla, puedes darle en cualquier parte que quieras ¿Entendido? Luego corres como si el mismo diablo estuviera persiguiéndote —el niño puso una enorme cara de ilusión que casi hace reír a Tom.

— ¡Claro que sí Tom no fallaré! —contestó el niño emocionado.

—Mousy, espera, escúchame —le frenó Tom— después de lazar la piedra corre por allá —indico señalando el camino contrario a la plaza— te iras a tu casa y no saldrás de ahí ¿Entendido? —el niño asintió fervientemente— de acuerdo confiare en ti, voy a ocultarme allá tras aquel contenedor de basura, cuando te haga una señal disparas y corres —le indicó Tom antes de deslizarse entre las sombras sin hacer ningún ruido, sabia que el auto de la policía estaba blindado así que una piedra arrojada por un niño difícilmente iba a hacerle daño al vehiculo, se ocultó tras el contenedor  y desde ese ángulo pudo ver a uno de los policías hablando con Little pig al parecer el otro estaba adentro revisando la casa, Tom le hizo la seña a Mouse y el niño asintió mientras tensaba su resortera, el pequeño solo tardo tres segundos en apuntar y disparar, lo siguiente que supo Tom era que Mouse estaba corriendo realmente rápido por donde le había dicho que lo hiciera, que el vidrio del retrovisor izquierdo estaba echo añicos provocando un gran estruendo y que ahora estaba realmente en problemas, ¡Joder! Mouse realmente era un caso serio, le había apuntado justo a la única parte del auto que si se podía romper, ¡La única! Tom, no perdió mas el tiempo y salió como bala de su escondite, sin mirar atrás corrió con rapidez, las cosas a su alrededor se convertían en borrones a ratos.

— ¡Hey alto ahí! —escuchó la voz potente del policía, pero Tom no se iba a detener, seguro el hombre estaría corriendo tras el, ojala no estuviera en tan buenas condiciones como para alcanzarlo, cuando había corrido tres cuadras escuchó la patrulla acelerar violentamente, antes de girar hacia la plaza pudo ver a uno de los policías, algo lejos, pero todavía corriendo hacia el, mierda, mierda y mas mierda ¿Habiendo tantos policías obesos justamente tenían que perseguirle los que si estaban en forma?, iba a tener que esforzarse mas si quería escapar, la patrulla no avanzaba tan rápido debido a los baches de la horrible calle, sin embargo sus poderosas llantas lograban atravesar los baches en los que otro vehiculo se hubiera atorado, Tom corrió una cuadra y se metió a un estrecho callejón, el callejón era muy largo y se asemejaba a un laberinto debido a los edificios y casas viejas, Tom lo conocía perfectamente y una de sus salidas era a la plaza, Tom se metió como una rata entre las sucias paredes, rápidamente pudo llegar al recodo que lo guiaría hasta la plaza, de hecho pudo ver fugazmente los árboles secos y las feas bancas cuando giró, corrió con rapidez y salto sobre unas cajas con fruta podrida que los comerciantes desechaban ahí, el impulso le ayudo a saltar una gran malla de acero que separaba el callejón por la mitad, pero algo pasó entonces, algo que fue demasiado rápido para asimilarlo, lo único que alcanzó a ver Tom fue un par de ojos castaños que lo miraban asustados y entonces cayó con fuerza sobre otro cuerpo que hizo de colchón para el, Tom sintió como todo giraba dentro de su mente por unos instantes ¿Qué demonios había pasado?

—Ouch… —escuchó una débil voz debajo de él, Tom abrió los ojos para encontrarse frente a frente, a centímetros prácticamente, de la cara de Bill Kaulitz, por un momento Tom pensó que estaba alucinando o quizás estaba dormido y todo eso era un sueño extraño o que se había golpeado la cabeza cuando escapaba de los policías y ahora veía alucinaciones, ¿Qué demonios hacia Bill Kaulitz debajo de su cuerpo?

— ¿Tu…? —jadeó Tom pero entonces escucho una sirena y recordó de quien estaba escapando, habían voces atrás en el callejón y estaba seguro de que había despistado a los policías durante unos valiosos segundos, segundos que estaba perdiendo ahí mientras observaba la mueca sexy y adolorida de ese bastardo.

Tom se puso de pie y ni siquiera supo por que pero jaló del otro chico y comenzó a correr como loco.

—Que… ¡Espera! —pero Tom no hizo caso, solo sujeto el brazo de Bill con fuerza y siguió corriendo arrastrando al otro chico junto con el, salieron a la plaza, la gente se arremolinaba alrededor de la tienda de la vieja Jimenez, y como estaban al otro costado nadie los vio al estarles dando la espalda, Tom corrió hacia la izquierda por una calle iluminada, escuchaba el jadeo del rubio y rogó por que a Bill no se le acabara el aire ni las fuerzas para seguir corriendo, el estaba acostumbrado pero seguramente ese idiota teñido no lo estaba.

Tom conocía el camino así que se metió a un descampado, pero entonces las luces de la policía alumbraron tras ellos, Tom volteó asustado para ver dos patrullas entrando al descampado, maldijo en su interior y retomo su alocada carrera, joder ¿Por qué tenia que pasarle eso a el? ¿Por qué? ¿Acaso se lo merecía? Si, era malo a veces, pero nunca le había hecho daño a otra persona, ni había matado a nadie y solo se metía con los de su tamaño y hasta con personas mas grandes, entonces ¿Qué carajos estaba pagando?

—Hey espera… podemos tratar… de hablar con ellos —escuchó la jadeante voz del imbécil, pero no le hizo caso y aun no sabía porque su mano seguía firmemente ajustada al brazo de “ese”… Tom giro detrás del descampado donde había una calle, una de las mas decentes de la villa, cruzando estaban los campos de cultivo, de hecho era una casa grande y bien construida donde todos los que se vivían la vida sembrando se reunían dentro, alrededor de dicha casa había una muralla de madera tenia la altura suficiente para llegar al cuello de una persona, Tom la salto sin problemas pero el otro… definitivamente no podría.

—Rápido sube al basurero yo te jalo —le dijo apurado señalando un basurero pequeño de metal, podía oír claramente las sirenas acercándose.

—Es que yo… no creo que pueda —murmuro Bill dubitativo, entonces Tom perdio la paciencia, repentinamente lo jaló de las axilas hacia arriba Bill soltó un chillido espantado y cayó con fuerza sobre Tom al otro lado de la cerca justo a tiempo pues un segundo después los policías invadieron dicha avenida, Tom tenia que admitir que Bill había subido de peso desde hace dos años ya que su cuerpo le había quitado todo el aire de sus pulmones al caerle encima, pero una vez recuperado, Tom se giro para quedar completamente encima de Bill y tapo su boca con una mano, se aplasto lo más que pudo contra el caliente cuerpo del otro chico y aguanto la respiración para escuchar, las patrullas se habían detenido con un chirrido.

— ¿Por donde se fueron? —escuchó una voz y varios pasos, Tom afianzo su agarre sobre la boca de Bill mientras las botas de los oficiales hacían ruido cada vez que se acercaban mas a la cerca— creo que se metieron entre los cultivos…

—Jodidos vándalos del infierno, hace frío en esta zona de la ciudad —escucharon decir a otro oficial, una luz de linterna se encendió encima de ellos, pero al estar pegados a la cerca no los alumbró directamente, si no a los cultivos que estaban unos metros a su derecha, Bill se removió debajo de Tom pero este afianzo su agarre sobre su cuerpo para que el bastardo dejara de moverse, cuando al fin logró inmovilizarlo surgió otro problema, algo duro se clavó contra la cadera de Tom, este dejó de forzar a su cuello a mirar hacia arriba y bajo la vista, sus ojos se encontraron con los enormes ojos de Bill Kaulitz, la luna los hacia brillar de una manera interesante, parecían grandes y acuosos, un rubor cubría sus mejillas, delatándolo, Tom se sorprendió mucho en ese momento Bill Kaulitz seguía deseándolo, si, ese bastardo le había causado un enorme y jodido dolor de cabeza hace dos años, y Tom aun seguía causándole enormes y jodidas erecciones. Eso podría ser provechoso… Pero definitivamente no en ese momento, en cuanto los policías se largasen de ahí…

— ¿Crees que será cierto Callaham? Ya sabes, eso de que unos niños ricos vinieron hasta aquí… —Tom arqueo una ceja interesado, ¿Ósea que los policías habían venido por culpa de la mariposa que estaba bajo el? ¡Mierda! ¡Eso por poco le cuesta un par de años tras los fierros* a little pig…! ¡Ese bastardo hijo de perra de Bill Kaulitz estaba realmente en grandísimos problemas!

—La señora de aquella tienda dijo que uno de los vándalos que viven por aquí quiso acuchillarlo… Realmente debe ser un tipo peligroso como para que ella se haya negado a dar su nombre o algún dato mas sobre el criminal —dijo el tal Callaham, los pasos de los policías se alejaron bordeando la extensa cerca, mientras estos seguían buscando entre los sembradíos, Tom podía sentir cada respiración que Bill ejecutaba, el aire frío entrando a través de sus dedos y luego el aire tibio saliendo de los pulmones del teñido, quizás si Bill no hubiera tenido una erección tan obvia clavándose bajo el hueso de su cadera Tom no hubiera comenzado a excitarse también, habían tantos “quizás” que tal vez nunca podría explicar.

Mierda, los policías seguían ahí y Tom no podía moverse a menos que quisiera revelar su ubicación, lo que significaba que Bill se iba a dar cuenta de su erección si o si, pero Tom jamás, nunca, nunca iba a mostrarle de nuevo su lado débil a nadie y mucho menos a Bill que ya lo había visto derrumbado, ya que ese lado asustado que lo había gobernado mientras Bill le hacia una mamada a la fuerza, era culpa de ese mal nacido hijo de perra, por culpa de Bill, Tom obtuvo ese lado aterrorizado de que pudiera llegar a gustarle ser un marica, en ese momento prefería hacerse al valiente y demostrarle a Bill que ya no le tenia miedo como cuando estaban en el colegio, ahora Tom tenia el mando, y tenia la ventaja de saber que si quería, podía hacer añicos a la persona que respiraba agitada bajo el peso de su cuerpo.

Con esa decisión tomada no habia nada mas que hacer que enfrentarlo, tenia una erección debido a un chico, si, pero eso no lo convertía en marica, Tom se movió ligeramente para que su erección quedara justo sobre la de Bill, hábilmente se hizo campo entre sus piernas, los ojos marrones se abrieron sorprendidos, las manos de Bill se clavaron en sus costados empujándolo, pero Tom era jodidamente mas fuerte, y no se movió ni un milímetro.

—Mmmp —Bill trató de decir algo pero Tom afianzo su agarre sobre sus labios y movió sus caderas hacia delante, Bill cerro los ojos inmediatamente atacado por el rubor, realmente no podía estar mas rojo, la misma sensación de placer recorrió a Tom haciendo pulsar su pene dentro de sus pantalones, estaba malditamente furioso, ¿Por qué ese imbécil con cara de mujer fea podia excitarlo hasta ese punto? Por dios ese peinado le quedaba horrible, y la barba mal rasurada era fatal… pero aun así, aun con esa cosa colgando entre las piernas Bill lograba lo que ninguna chica había podido los últimos dos años: excitar a Tom Trümper hasta ese punto.

—Shhh —susurró Tom al oído de Bill— quédate callado, ya se que esto te gusta, jodido maricón —Bill seguía rojo, parecía a punto de hacer combustión espontánea, Tom incluso pensaba que el chico se había olvidado de los policías, ¿Tanto lo afectaba su cercanía? ¿Tanto lograba descontrolarlo? Tom sonrió, una sonrisa malvada, no sabia que jodidos hacía Bill Kaulitz en su zona pero el peor error que pudo haber cometido en su vida fue ir a ese lugar, sin saberlo Bill había firmado su sentencia, a manos de Tom, este volvió a restregarse con mas fuerza, el rubio cerro los ojos fuertemente y algo muy parecido a un gemido salio de sus labios, ahogado por la mano de Tom, sus sentidos estaban alerta, como los de un gato, escucho atentamente en la oscuridad pero las pisadas de los policías se iban alejando, el pecho de Bill era oprimido por el cuerpo de Tom, si a un principio le había costado respirar seguramente ahora estaría batallando enserio por hacerlo, Tom podía imaginárselo, debía ser difícil respirar con algo presionando su pecho, sin dejar que sus pulmones se expandiesen, y con una mano cubriendo parcialmente su nariz y su boca, además de la jodida erección claro… por Dios seria tan fácil matarlo en ese momento, sin dejar espacio a sus pulmones para hincharse de aire, solo unos segundos de presión en su cuello y ese maldito imbécil era historia, un cadáver frío y rígido de un niño rico que no valía una puta mierda…

Pero por alguna razón eso es lo ultimo que Tom quería hacer, en cambio utilizó su mano izquierda para apoyarse en el piso y no aplastar tanto al flaquito, mientras la derecha continuaba firmemente sobre la boca de Bill, apagando los sonidos sexis que salían de su garganta esbelta, seguro Bill estaba incomodo, las piedras debían estar clavándose en su espalda y de seguro aun sentía dolor en el lugar donde Tom le había pegado horas antes, justo entre el estomago y el vientre, el punto mas sensible de una persona en esa zona del cuerpo, definitivamente pelear en las calles no era solo pelear y ya, era casi como un deporte disciplinario, siempre saber que puntos son los mas débiles, y otros trucos que a veces aseguraban una victoria en una pelea callejera…

Tom utilizó su rodilla para abrir mucho mas las piernas de Bill, este soltó un sonido ahogado de sorpresa, pero Tom no le dio tiempo de reaccionar y comenzó a frotarse mucho mas duramente contra Bill, de una manera salvaje y casi dolorosa, sus huevos le habían estado doliendo dentro de su ropa interior por culpa de ese idiota y ahora este iba a pagarlo caro, el placer era intenso de una manera inestable, Tom podía sentirlo, estaba batallando contra el placer que sentía, ese cuerpo que temblaba debajo suyo lo afectaba de sobre manera aun que no quisiera admitirlo, ¿Cómo podría haberse imaginado que Bill se vería tan erótico en esa situación? Con el pelo despeinado y sucio debido a la tierra, sus ojos fuertemente cerrados y su cara tan roja, su pecho bajaba y subía rápidamente, como si el aire se hubiera agotado en el mundo, y su espalda se curveaba de una manera felina, realmente… Tom amaba descubrir esas cosas, descubrir el control que podía llegar a tener sobre ese orgulloso y jodido bastardo que no se doblegaba ante nadie hasta que Tom apareció en su vida, el sabia muy bien que para Bill en especial no había nada mas importante que su orgullo, siempre idolatrándose frente a todos en el colegio… y después de dos años eso no había cambiado, Bill seguía creyendo ser el centro del universo, y solo Tom podía convertirlo en gelatina, eso era grandiosamente gratificante.

—Mmno… —murmuró Bill entre los ajustados dedos de Tom.

— ¿No? —pregunto este con malicia, acercando sus labios a la oreja de Bill para susurrarle directamente en su canal auditivo, sin dejar de moverse un segundo sobre su cuerpo, sintiendo como su polla dura e hinchada batallaba en un restregón salvaje con la de Bill— pero si lo estas disfrutando tanto… ¿Por qué debería parar? ¿Vas a correrte jodido marica de mierda? ¿Vas a descargarte en tus calzoncillos solo con mi polla frotándote? —Tom descendió su cabeza hasta el cuello de Bill, utilizando la mano que le cubría la boca para empujar su cabeza hacia atrás y tener mas campo y acceso— vamos Bill, córrete —ordenó Tom con un gruñido y mordió la aterciopelada piel que cubría el cuello de Bill, escuchó el fuerte gemido que este soltó para ahogarse en su mano, mientras su espalda se arqueaba, y ajustó la fuerza de su mordida cuando sintió a su polla manchar sus propios calzoncillos, casi al mismo tiempo en el que Bill lo hizo, Tom sintió el sabor metálico de la sangre en sus labios, había provocado un pequeño raspón en el cuello del rubio  con sus dientes que rápidamente se tornaba en un rojo oscuro, cuando la pequeña herida se lleno de sangre de nuevo Tom la lamió con fuerza, bebiendo de la esencia de Bill, de su sangre “noble” como un ladrón que ansia lo que el rico tiene, solo que lo que Tom ansiaba no era dinero… Tom quería apoderarse de Bill de tal manera que este nunca mas pudiera ser libre, quería cortar sus blancas alas y verlo sufrir detrás de los barrotes, hacer que añorara desesperadamente su libertad…

Los pasos de la policía volvieron a escucharse, pero en dirección a las patrullas, las puertas de los autos se cerraron y con las sirenas encendidas se fueron alejando en dirección al pueblo, no era la primera vez que la policía venia a la villa, Tom sabia que darían un par de vueltas por el barrio haciendo escándalo con sus autos y luego se marcharían, después de todo ¿Por qué esforzarse mas por un lugar tan decadente como ese?

Ignorando olímpicamente la húmeda viscosidad dentro de sus pantalones Tom se puso de pie ágilmente, Bill no tenia por que enterarse de que el también se había corrido, sacudió sus ropas ligeramente, después de todo ya se había acostumbrado a andar cubierto de tierra, se volteó esperando ver al teñido de pie y se sorprendió de verlo aun recostado en el piso, temblaba ligeramente y aun que cubría su rostro con su antebrazo Tom alcanzo a vez fugazmente como una lagrima dejaba un invisible recorrido por su mejilla, quizás le hubiera gustado burlarse de Bill o creer que era ridículo que estuviera llorando, pero por algún motivo no abrió su boca, sus labios se sellaron y de alguna extraña y retorcida manera su pulso estaba latiendo de una manera distinta a la que solía hacerlo…

—Ya párate de una vez, voy a sacarte de aquí —ordenó bruscamente Tom mirando alrededor, todo estaba vacío, si cruzaban los sembradíos saldrían al bosque que separaba la avenida del pueblo, escucho el sonido que Bill provocaba al ponerse de pie y sacudirse la ropa, no quiso voltear pero el jodido niño parlanchín de repente se había quedado mudo y debido al mutismo fue que Tom se volteo, aun que había sacudido su ropa del polvo y la tierra, aun seguían notándose los lugares donde mas se le había ensuciado la ropa, su pelo seguía sucio, traía un paquete de pañuelos desechables en una mano y con la otra se limpiaba el rostro, joder que niño mas metrosexual— si ya acabaste de maquillarte, muñequita, mueve tu culo, tenemos que salir de aquí —lo apuro Tom, Bill guardo el papelito usado en el bolsillo de su jeans y le lanzo una mirada cargada de odio a Tom, quien le sonrió en respuesta.

— ¿No vas a golpearme? —preguntó desafiante el rubio, Tom tenia que admirar eso, aun que Bill sabia que no tenia oportunidad contra el seguía retándolo de esa manera.

—No vales la jodida pena, ¿Si te asesino que gano yo? Nada, si algún día me contratan para volarte el cerebro y me ofrecen una buena suma de dinero con gusto lo haré, ahora veámonos —Tom se volteó y comenzó a caminar sin importarle si Bill lo seguía o no, mas bien Bill lo hizo, el sonido de las pisadas detrás de el se lo confirmo a Tom, bordearon toda la cerca y tuvieron que saltarla del otro lado del sembradío, los árboles se alzaban oscuros y altos frente a ellos, Tom se preguntaba si la nenita tendría miedo de entrar, dio unos pasos sin escuchar que Bill volviera a seguirlo pero poco después este lo hizo, Tom conocía todo ese lugar de memoria así que salieron rápidamente a la carretera, unos metros por detrás del letrero de bienvenida que adornaba el camino hacia la villa, Tom se giro para decirle a Bill que no quería volver a ver su cara nunca mas en su puta vida y que si volvía a ese lugar realmente iba a matarlo, pero el sonido del motor una moto vieja lo distrajo, antes de que pudiera hacer algo Don se parqueo cerca de ellos y bajo de un salto de la moto, Tom vio que la mirada de Don iba de él hacia Bill, y que la furia se dibujaba en las orbes oscuras de sus ojos.

—Tu jodido hijo de perra, ¡Llamaste a la policía cabrón! ¡Voy a matarte! —Don se lanzó hacia Bill que retrocedió un par de pasos asustado, pero entonces Tom lo detuvo, Don, pasmado miraba absorto la mano de Tom sujetando firmemente su muñeca, evitando que rompiera la cara de ese bastardo en dos— Tom… no me digas que conoces a este hijo de puta…

—Lo conozco —dijo Tom desafiante, sabia que Don lo enfrentaría de ser necesario pero a una pelea honrada, sin trucos, y que definitivamente el le ganaría, y no quería llegar a eso con su amigo, pero tampoco parecer un débil ante Don— ese bastardo es el que me jodió la vida hace dos años… —Tom le había dicho a Don que un mal nacido le había jodido la vida, y aun que Don había preguntado muchas veces que era lo que había hecho para cabrearlo tanto, Tom nunca se lo confeso, por miedo a su reacción si le contaba la verdad.

— ¿Ese…? ¿Y que jodidos hace aquí? —preguntó Don mas centrado, al menos había dejado de apretar sus puños con amenaza.

—Eso no importa, lo que importa es que ahora…  —Tom dejo de mirar a Don sin soltarlo, y fijo sus ojos en los de Bill, con toda la fuerza que pudo imprimir en su mirada, por que en ese momento, las palabras que iba a decir eran lo mas serio que había dicho en toda su vida, los ojos de Bill le devolvían la mirada, como un cachorro resignado ante el macho alfa, tratando de esconder su miedo con desafío, pero Tom podía leer esos ojos, y sabia en ese momento que Bill estaba totalmente dominado por el, por su mirada y su sola y simple presencia, Tom dicto las palabras que sentenciarían a Bill a partir de ese momento: — …ahora el tiene una deuda de vida conmigo, a partir de hoy el me pertenece…

*Cana= Policía
*Maquina= Tom se refiere a la vieja moto de Don.
*Tras los fierros= se refiere a los barrotes de la cárcel.

2 comentarios:

  1. Muy bueno!! Ahora que sera lo que se le ocurrio a Tom?? Bueeeno.. Bill se lo busco me imagino que no le va a gustar mucho a Bill cierto?? >_< ja! Ya quiero leer el siguiente! xD

    Nos leemos :)

    Bye,bye

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    1. Hola, lamento muchisimo la demora en subir xD espero que siga siendod e tu agrado y arigatoooo

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