lunes, 28 de enero de 2013

Cross Roads - 01

Resumen:

 
Bill es un chico ególatra y narcisista que un día conoce a Tom, un chico nuevo en su colegio que asombrosamente logra volcar su mundo de cabeza, Bill estaba acostumbrado a salirse con la suya, así que recibe un duro golpe en su ego cuando Tom le rechaza abiertamente, desde ese día Bill se obsesiona con él.


Tom era un chico algo tímido, normal, pero cuando se topa con la diva Kaulitz toda su vida cambia, Bill le hace algo imperdonable a Tom, logrando que este comenzara a odiarlo con gran pasión, pero su opinión se ve debilitada cuando llega a conocer mas a fondo a Bill y se da cuenta de que el chico tiene otro lado mas humano, que no solo se trata de ese lado egoísta que Tom conocia, sus sentimientos y emociones se verán afectados por una vorágine de confusión, la pregunta es.

¿Qué camino escogerán ambos al final? 



Autora: Amudiel Potentias Aghast
Categoría: M +18
Advertencias: Slash, bondage, violencia, violencia verbal, no cosentido, lenguaje explícito, drogas, tortura, muerte de un personaje.
Género: Tragedia, drama, acción, suspenso, romance.
Pareja Principal: Bill - Tom.
Disclaimer: No me pertenecen los personajes, solamente la trama.



Capítulo 1: Bill Kaulitz se obsesiona con Tom Trümper.

Bill Kaulitz, era un muchacho de dieciséis años, común y corriente…

No, en realidad estoy bromeando, Bill Kaulitz no parecía un chico normal, ni mucho menos actuaba como uno, Bill Kaulitz era… el puto amo, sencillamente cuando el pasa por cualquier lugar todas las miradas giran a verlo, no es de esas personas que pasan desapercibidas, Bill Kaulitz es alto y tiene una piel blanca que parece hecha de porcelana, tiene las manos mas lindas del universo, con dedos largos y elegantes, a veces se pinta las uñas y amo cuando lo hace ya que lo hace ver mas cool si es posible.

Bill Kaulitz siempre se ve bien vista lo que vista, incluso vestido con harapos seguiría siendo igual de sexy y apetecible, Bill Kaulitz tenia ese “no se que” que simplemente…

— ¡Ya basta de tanto “Bill Kaulitz” ¿Quieres?! —le cortó Bill fingiendo molestia, pero Aleia podía ver la sonrisa escondida de su mejor amigo detrás de esa mueca sexy de fastidio.

—Tu me pediste que hiciera tu tarea de literatura Billy querido —ronroneó la hermosa chica pelirroja, Bill rodó los ojos.

—Si pero yo no soy tan narcisista, ni hablo de mi mismo en tercera persona —dijo Bill arrugando el papel que Aleia había estado escribiendo.

—Claro que lo eres, si tu solo puedes correrte pensando en ti mismo —dijo ella acomodando su hermoso pelo detrás de su oreja.

—también puedo correrme pensando en…

—Tom Trümper, si, lo se cariño, me lo has dicho exactamente doscientas trece veces, me has dicho que tu polla se pone dura cuando lo ves caminar por todo el colegio con esa pose de gansta, que amas sus pectorales y estomago marcado etc. … —ella bostezó aburrida.

—Te olvidaste mencionar su monumental verga —comento Bill como si nada, ella asintió notando su error y luego ambos soltaron risitas divertidas. Bill era tan narcisista que estaba seguro de que cada persona existente y por existir estaría mas que agradecía a los cielos por tener siquiera un poco de su atención, pero Tom Trümper le había bajado de esa nube de egocentrismo:

Era un día normal y fabuloso para Bill, oh si que lo era, como siempre media escuela estaba viéndolo, algunos mojando el suelo con su saliva, al parecer la única inmune a su belleza seguía siendo Aleia, Bill se apresuró a ver entre la gente que lo rodeaba a sus nuevas victimas, no era de fierro el también tenia necesidades, por eso escogía a sus victimas que iban a ser los afortunados de ayudarle con ese problema, habían chicos muy lindos en su colegio, claro que no tan perfectos como él, pero eran lindos y Bill no iba a desaprovecharlos, sus victimas tenían que aceptar sin chistar todas sus reglas o no merecerían tener el honor de chupársela.

Bill reconoció a dos de sus antiguas victimas, que lo miraban con algo de anhelo pero Bill no era de repetir plato, así que los ignoró, ese año tenia expectativas mas altas, escaneó a los de siempre, al grupito de chicos que lo odiaba por ser tan perfecto, era imposible no hacerse de malas migas cuando se era tan bello y las chicas solo hablaban de uno, además ni que fueran la gran cosa, pero algo le llamó la atención de ese grupito: un chico que tenia que ser nuevo en el colegio, ya que Bill no lo había visto nunca antes, no era muy alto pero eso lo compensaba con esa cara… tenia una nariz fina y perfecta, un sexy piercing en el labio, y a pesar de la ropa ancha y horrible, el chico se veía… bien.

Si Bill lo estaba mirando mas de tres segundos era por que se veía JODIDAMENTE bien, Bill sintió su cuerpo estremecerse con afirmación, aquella oda a lo masculino tenia que ser su siguiente victima, ¿Cómo podría dejarlo pasar? Era el chico mas apuesto que hubiera visto en toda su vida, aparte de si mismo, claro, y eso era mucho decir si venia de la mente de Bill Kaulitz.

Ese mismo día Bill acorraló al chico nuevo cuando este iba de salida, el chico tenia unas impresionantes rastas que no había podido ver antes ya que recién se había quitado la gorra, eran unas rastas negras y delgadas que lo hacían ver mas “criminal” acompañado del resto de su pinta.

—Hola, soy Bill Kaulitz, pero seguro eso ya lo sabias —comenzó Bill estirando su estilizada mano, Tom lo miró confundido y arqueó una ceja.

—Soy Tom Trümper —dijo extrañado el chico ganster estrechando la mano de Bill con desconfianza.

—Bien Tom… —dijo Bill sonriendo con esa sonrisa que derretía hasta el mismísimo hielo del glaciar más grande del océano— ¿te gustaría acompañarme a tomar algo? —Bill se acercó al chico con movimientos felinos, y con una mirada que claramente indicaba lo que buscaba detrás de sus acciones, era en ese punto cuando sus victimas se derretían ante él y todas su ordenes, aun que esos chicos fueran heteros caían redonditos y Bill esperaba que este cayera igual que los otros, se acercó al otro chico apoyando sus manos en su pecho, y lanzándole una mirada de deseo que hizo estremecer a Tom, solo que Bill no sabia que del mal modo, así que siguió acercándose cuando de repente unas fuertes manos sujetaron sus antebrazos y lo alejaron bruscamente de ese maldito cuerpo de dios del sexo, Bill abrió los ojos sorprendido.

— ¿Qué crees que haces? —dijo Tom soltándolo sin nada de delicadeza, haciendo que Bill perdiera brevemente el equilibrio.

— ¿Cómo que…? ¡¿Qué demonios te sucede?! —preguntó Bill molesto arreglándose las arrugas inexistentes de su camiseta.

—Escucha amigo… no me gusta que te acerques… por dios —masculló Tom moviendo su cabeza de manera negativa y Bill descubrió que hasta eso le parecía sexy de él.

— ¿Perdón? ¿Podrías hablar con algo más de coherencia? —preguntó arrogantemente Bill, el otro chico lo miró y Bill vio fuego en sus ojos, un fuego peligroso, que lo atrajo mas hacia esa persona, avivando su interés a pesar del peligro que era esa amenaza.

—De acuerdo iré al grano —dijo Tom parándose firme y sin dejar de mirarlo con rudeza— no me agradan los sujetos como tu, que se creen el centro del universo, así que olvídalo ¿de acuerdo? No quiero ser… tu amigo, ni nada tuyo —dijo Tom dejando a Bill total y completamente boquiabierto, ¿Ese tipo estaba diciendo que no quería ser nada del grandioso Bill Kaulitz? ¿Es que acaso estaba loco?

— ¿Y quien dice que yo quiero tener algo contigo? Por favor ni que tuvieras tanta suerte —dijo Bill a la defensiva, puede que el chico estuviera ilegalmente sexy y apetecible pero eso no le daba derecho a querer burlarse de Bill, nadie se burlaba de Bill. Para su sorpresa el chico soltó una risa irónica.

—Te recuerdo que hace unos momentos estabas tratando de meterte en mis pantalones, y te aclaro esto de una vez por todas, a mi no van los tíos, me gustan las vaginas, ¿de acuerdo? —y tras decir eso Tom pasó de largo dejándole a su paso su aroma: un poco de desodorante y el embriagante olor a canela de su piel bronceada, y Bill no pudo evitar suspirar para captar más del aroma, y desde esa vez estaba obsesionado con Tom Trümper.

Bill había dejado de tener victimas desde ese entonces, y habían pasado seis meses desde ello, Tom siempre pasaba de él y Bill lo miraba como si fuera una cucaracha, herido en su orgullo, herido por saber que en realidad no era deseado por todos como había pensado, el recibir una negativa por primera vez en su vida dolía y mas a Bill que tenia un ego bastante grande al cual golpear.

— ¿Bill? ¿Estas bien cariño? —preguntó Aleia entrecerrando sus hermosos ojos, Bill noto la preocupación en las orbes verdes de su mejor amiga.

—No es nada… solo estaba recordando en la primera vez que hablé con Tom —dijo Bill, se habían hablado otras veces pero solo para decirse un par de insultos, Bill suspiro abatido, realmente cada maldito día de esos seis meses había pensado en Tom, cada maldita paja que se había echo en esos seis meses era en nombre de Tom, y cuando su corazón comenzaba a latir frenéticamente, también era cosa de Tom.

—Billy mi amor —dijo Aleia tomando su hermoso rostro en sus delicadas y perfectas manos Bill la miro a los ojos— ¿hasta cuando vas a negar que te enamoraste de ese criminal? —Bill sintió un ligero cosquilleo en las mejillas y no pudo seguir soportando la mirada de su amiga, tuvo que desviar sus pupilas hacia el empapelado de flores de la pared que adornaba la habitación de Aleia, ni el mismo estaba seguro de si estaba enamorado de Tom o solo era un capricho por que el chico le hubiera rechazado.

—Yo no estoy enamorado de ese imbécil —declaró con fingida furia— Bill Kaulitz no se enamora —terminó firmemente— es al revés, la gente se enamora de mi —Aleia rodó los ojos ahogando una sonrisa, su amigo era imposiblemente narcisista.

—Bien, bien, lo que sea, pero entonces ¿Qué harás para quitarte a Tom Trümper de la cabeza ah? —preguntó ella cruzando sus largas y delgadas piernas a la pose india.

—No lo se aún, pero no puedo seguir desperdiciando mis pensamientos en alguien tan inferior a mi, ¡no se que le vi! Es un maleducado, asqueroso, criminal, ladrón, imbécil y se podría armar una lona que contendría un circo entero con su ridícula ropa —dijo Bill enojado cruzándose se brazos, Aleia soltó una cristalina carcajada.

— ¿Entonces no te gusta Tom? ¿Ni siquiera sus magníficos labios y su sexy piercing? —preguntó ella arqueando una ceja, Bill negó con la cabeza.

— ¡No me gustan sus labios ni su asqueroso piercing! ¡Ni su nariz perfecta o sus ojos cafés! Ni sus músculos, ni su sonrisa perfecta, ni la manera que tiene de jugar con su piercing utilizando su lengua… Hey no te rías —pero Bill enrojeció al darse cuenta de que estaba babeando por Tom en ese momento, ocultó su cara entre sus manos y suspiro dramáticamente— ¡me quiero morir! ¡¿Qué pasa conmigo?! —chilló entre sus brazos lo que hizo que el sonido de su voz fuera ahogado por la ropa.

—Estas enamorado —dijo otra vez su amiga— estas hasta los huesos por Tom Trümper aun que lo niegues y me mientas con que solo quieres volverlo una de tus ridículas victimas con las que ni siquiera te acuestas —chilló ella exasperada, Bill se descubrió un ojo para mirarla con furia asesina, maldito el día en que le había contado a Aleia que el no follaba con sus numerosas victimas, opinaba que era demasiado bueno para ellos y no se merecían quitarle su virginidad, por que solo las utilizaba para fajarse con ellas hasta llegar al orgasmo para luego dejarlas.

— ¿Por qué habría de querer algo mas con Tom? ¿Por qué Tom tendría que ser diferente a los otros muchos chicos que tuvieron el honor de darme placer? ¡En absoluto! —declaró Bill con firmeza cruzándose de brazos.

—Yo creo que no… y creo que ya se como puedes quitarte a Tom de la cabeza —dijo ella victoriosa.

— ¿Cómo? —preguntó Bill totalmente escéptico.

—Tienes que enrollarte con el.

— ¿Qué? ¿Acaso estas loca? ¿No recuerdas que el muy imbécil pasó de mí? ¡Puede irse a la mierda! —dijo Bill odiando recordar ese momento.

—Hay Bill, escúchame antes de rezongar —imploró Aleia pidiendo un poco mas paciencia— mira, los otros chicos con los que te has enrollado solo han durado un par de citas, y después los desechaste por que te aburrías con ellos, probablemente con Tom te pase lo mismo, enróllate con él, no te golpeara después por que amenazaras con decírselo a sus amigotes, ¿Crees que el arriesgaría su fama de ganster por una paja o un par de mamadas?  ¡Claro que no! —recitó ella con convicción— ¿No crees que es un buen plan?

—Creo que estas loca Aleia, ¿Cómo voy a enrollarme con Tom si el “ama las vaginas”? —recito Bill imitando la voz de Tom, Aleia se acercó mas a el como si fuera a confesarle un secreto.

—Es justamente esa la razón por la cual podrás “enrollarte” con el, Tom quiere hacerse al “macho mas malo” de su manada, para el es importante lucirse como invencible frente a los orangutanes de sus amigos, ¿Qué mejor que una vagina para atraerlo a la trampa? —dijo ella golpeándose una de sus firmes nalgas, Bill abrió los ojos con comprensión.

— ¿Lo vas a seducir? —preguntó emocionado.

— ¡Pues claro! Voy a hacerlo creer que tendrá el mejor sexo de su vida conmigo pero en realidad lo obtendrá de ti —dijo ella muy ufana aplaudiendo de la emoción Bill asintió de acuerdo, esa podría ser una buena forma de vengarse del imbécil de Tom que había pisoteado su orgullo, tendría que vivir una experiencia homosexual de esas que tanto decía odiar y Bill juraba por lo que mas amaba (ósea el mismo) que Tom iba a disfrutar de todo lo que iba a hacerle, como que se llama… Bill Kaulitz.




—Hola Bill ¿Cómo me veo? —preguntó Aleia mostrando su indumentaria con una graciosa pirueta, Bill abrió los ojos asombrado, Aleia era realmente hermosa usara lo que usara, y ella solía vestir de una manera mas bien… punk, con mechones de su pelo rojo, teñidos de azul o verde, con ropa negra y pegada al esbelto cuerpo, lo que hacia resaltar su hermosa piel blanca, además de las manillas con clavos, pero ahora ella estaba totalmente diferente.

Traía una diminuta falta que apenas ocultaba sus apetecibles nalgas del publico, unas medias de red muy sexys, unas botas negras que le llegaban hasta donde comenzaba su rodilla, la blusa era un corsé negro que se ajustaba a su cintura con un cordel de seda, dándole una figura demasiado sexy para ser verdad, Bill la veía y aun que estaba vestida como una reverenda puta se veía bien, aun que estaba vestida como una puta no tenia ni una sola pizca de vulgar simplemente por que Aleia era muy hermosa y no era posible que se viera vulgar.

—Pareces una zorra —dijo Bill acercándola por la cintura para girarla un par de veces, si no fuera totalmente gay ya se la habría follado, definitivamente— una zorra de increíble belleza —agregó sacándole una sonrisa a la chica, ella se alejo coqueta atrayendo tantas miradas a su paso que Bill tuvo que caminar con cuidado para no resbalar con la saliva.


—Mi padre me la quitó y la escondió, realmente —se quejo uno de los chicos que estaban detrás del baño fumando cigarrillos, otro de ellos jugaba con un cuchillo girándolo entre sus dedos, de pronto un ruido los alerto, escondieron los cigarrillos detrás de su espalda y sacaron sus celulares para disimular, Aleia se abstuvo de girar los ojos, los chicos eran tan obvios que cualquiera se daría cuenta de que habían estado fumando, y no solo por el olor, si no por la espiral de humo que subía desde detrás de ellos, eran realmente unos estúpidos, ellos cuando la vieron se olvidaron de que estaban fumando o rompiendo las reglas del colegio, los tarados se quedaron babeando como perros en un día caluroso del verano, incluso algunos comenzaron a silbarle, pero ella los ignoro olímpicamente.

—Hola chicos —saludo coqueta quitándole con agilidad el cigarrillo a uno de los imbéciles para fumarlo, se sentó sobre una de las cornisas de las ventanas que daban a la calle, dejando sus apetitosas piernas al nivel de la cara de los tarados, las cruzo con lentitud, regocijándose en el hecho de que todos los ojos estaban sobre sus piernas, devorándoselas, ella soltó suavemente el humo del cigarrillo y hablo:

— Habrá una fiesta en mi departamento —no era un secreto para nadie que Aleia tenia unos progenitores que rebosaban en dinero, así que no sorprendieron de que ella tuviera su propio departamento— les llegara la dirección por sms, ¿se apuntan?

— ¿Habrá tragos? —preguntó alguien, se escucharon afirmaciones de los demás alentando la pregunta.

—Pues claro —dijo ella mirando a Tom que la miraba de una manera francamente apetecible, el seguía jugueteando con el cuchillo, raspando la pared del baño donde estaba apoyado, escribiendo “fuck” en la pared, Tom sonrió de lado y su lengua salió de esa forma que tanto le gustaba a Bill, para girar la bolita que adornaba su labio, Aleia no cayó en la trampa pero fingió hacerlo, ella nunca sería capaz de traicionar así a su mejor amigo todo era actuado, para que Tom se lo creyese— Y traeré unas amigas mías —agregó, los chicos soltaron afirmaciones emocionadas, ella se bajo de un salto de la cornisa y se acercó a Tom— ¿Vendras cierto? —le preguntó parándose con las piernas abiertas y el trasero firme, Tom asintió en menos de un nanosegundo.

—Si, claro ¿iras con alguien? —Aleia celebro en su interior que Tom fuera tan tonto, había caído y tan fácil, realmente ¿Qué le había visto Bill a ese rapero de poca? Si era lindo, apuesto, sexy y totalmente violable, pero su actitud era horrible.

—Oh no, yo seré la anfitriona —le dijo guiñándole el ojo, Tom volvió a juguetear con el piercing de su boca y ella se alejó dejándole el olor de su perfume para que pudiera sentirlo— bueno chicos, solo quería decirles eso, los espero entonces —ella se alejo y apenas se perdido e vista los orangutanes se pusieron a gritar y soltar palabrotas emocionados, Aleia rodó los ojos y siguió su camino.



Bill observó  su amiga en ropa interior, ella agarro una cosa diminuta echa de tela de jean y se la puso encima de su tanga, Bill vio que el “corto” de jean era tan pequeño como una prenda de ropa interior, prácticamente no le tapaba nada, luego se puso una blusa negra que le cubría únicamente hasta debajo de los pechos, dejando todo su estomago al descubierto, para terminar se puso una chaqueta de jean que combinaba con sus diminutos cortos, Bill admitió que le quedaba bien, el corto formaba bien la curva de su culo, su amiga tenia estilo para verse bien con cualquier prenda, luego la vio maquillarse a la velocidad de la luz pues era tarde, Aleia se maquillaba en la mitad del tiempo que necesitaba el para hacerlo, así que para Bill no fue una sorpresa verla maquillándose en un abrir y cerrar de ojos, se tardo mas en cepillar su pelo mientras Bill le apuntaba con la secadora de pelo, su pelo pelirrojo junto a sus mechones teñidos de otros colores, adquirieron un volumen perfecto en su cabeza.

—Te estas tomando esto muy enserio Aleia — dijo Bill arqueando una ceja.

—Estoy harta de oírte maldecir a Tom Trümper por no podértelo sacar de la cabeza, cariño, esto que estoy haciendo me favorece mas a mi que a ti, dejaras de pensar en el y yo dejare de oírte mencionarlo cada segundo —dijo ella encogiéndose de hombros, Bill le dio un golpe suave en el hombro, golpe que ella devolvió ligeramente mas fuerte en el hombro de Bill. El timbre sonó en ese momento, los invitados habían llegado, ella se puso de pie y sonrió, sus amigas estaban en la sala esperando a esos idiotas pero ella era la anfitriona así que tenia que abrir la puerta.

—Bueno Bill, ahora tu solo tienes que esperar…



Aleia restregó todo su trasero por la mas que visible erección de Tom Trümper, estaban bailando la tercera canción de la noche y Tom ya estaba algo bebido, Aleia aprovechó que la canción hubiera terminado para pedirle a Tom otro trago, mientras este fue a buscarlo Aleia saco pastillas del bolsillo de su chaqueta, una era azul y la otra violeta, la azul era viagra y la violeta solo era una vitamina, corto ambas pastillas por la mitad y luego se las guardo, si tenia suerte Tom estaría demasiado borracho como para diferenciar el color violeta bastante parecido a la otra pastilla azul.

Tom volvió con dos cervezas, Aleia había averiguado bien que ninguna de las pastillas que iba a utilizar hacia algún efecto adverso con la cerveza así que prosiguió, Tom era tan rudo que seguro aceptaría.

— ¿Tom? ¿Tú le das a las pastillas? —preguntó ella sacando dos mitades y fingiendo que eran la misma pastilla hizo la pantomima de romperla por la mitad, Tom ni se dio cuenta de que la mitad de Aleia era violeta.

—Yo le doy a todo nena —le susurró Tom en el oído, acercándose a ella deseoso de poder pasar de una vez a la habitación, ella parecía mas que dispuesta a lo mismo, joder los chicos iban a envidiarlo, Aleia tenia uno de los cuerpo mas perfectos que hubiera visto, además de que según sus amigos ella se juntaba con el rarito que había tratado de seducirlo el primer día de clases, Tom aun se estremecía cuando lo recordaba.

—Salud —dijo Aleia sacando su lengua perforada con un gesto erótico, dejo la pastilla violeta al lado de la bolita de metal y luego metió su lengua para mostrarle a Tom que se había tragado la pastilla, que en realidad solo era una vitamina.

—Salud —dijo Tom tomando la pastilla azul y tragándola sin necesidad de un sorbo de cerveza, Aleia sonrió y espero unos minutos mientras Tom le contaba algunas de sus hazañas “tratando” de impresionarla, y a cada segundo que pasaba ella se preguntaba que demonios le había visto Bill a ese troglodita. Ella era una gran actriz y Tom estaba totalmente ido por ella sin darse cuenta de la trampa, entonces, cuando un rubor cubrió las mejillas de Tom, ella supo que la pastilla comenzaba a surtir efecto, se acercó a Tom y besó su oreja haciéndolo derretirse encima de su silla, Tom la cogió de la cintura y la besó sin reparos, Aleia se dejó hacer por un momento antes de empujarlo, no quería tener mucho contacto con Tom por que sentía que estaba engañando a Bill con la persona de la que probablemente este estaba enamorado.

—E…espera —le detuvo, acomodándose la ropa—mejor vamos a la habitación —pidió coqueta casi arrimándose a Tom, este asintió rápidamente y se dejó guiar por Aleia hasta la elegante habitación donde una velas ardían tenuemente dándole un aspecto romántico al lugar, pero Tom ni lo notó, solo volvió a abalanzarse sobre ella, Aleia tuvo muchísimo mas cuidado de actuar ahí, por que Bill los estaba mirando oculto en el armario y no debía ser fácil para el mirar como el chico que le gustaba se la fajaba con su mejor amiga, así que Aleia apartó nuevamente a un fogoso Tom lejos de su cuerpo y sonrió.

—Espera tigre —le dijo rascando sus firmes pectorales con sus garras, sacándole un gemido ronco a Tom—déjame poner algo de música ¿si? —Tom asintió con rapidez sintiendo como el hierro que tenia entre las piernas estaba tan duro que podría romper cocos con el.

Aleia se acerco a la radio con sonido envolvente y la encendió, un rock suave comenzó a sonar, un rock mezclado con violines, Aleia aprovecho para sacar las cuerdas de seda desde detrás de la radio, cuerdas que había comprado específicamente para esa situación, se giro con una pirueta sensual y se quito la chaqueta quedando mas visible ante Tom, que miró las cuerdas con un brillo potencialmente hambriento en sus pupilas.

— ¿Te gusta estas amarrada? —preguntó Tom como si le hubiera tocado la lotería, ella sonrió acercándose, puso una de sus piernas entre las de Tom aplastando su erección y sacándole un gemido largo y necesitado.

—No tontito —dijo ella meneando las sogas— son para ti —sonrió ella— has sido un niño muy malo y mereces un castigo —murmuro Aleia con voz felina golpeándose una nalga con las sogas, provocando un ruido de golpe bastante excitante, Tom se relamió los labios con deseo.

— ¿Vas a amarrarme? —preguntó sin embargo dubitativo, ella se apresuró a quitarle la duda o su plan se iría por el caño.

—Créeme que amarrarte a esta cama va a ser lo mejor que podría haberte pasado —dijo ella cerca de sus labios antes de lamerlos con lascivia, Tom metió su lengua dentro de la boca de la chica y ella fue empujándolo hasta la cama, logrando que cayese, ella le cayó encima, a cuatro patas excitando mas a Tom— ahora escúchame, quédate quietito hasta que mamá te amarre —dijo ella dejando sus apetitosos pechos a un centímetro de la cara de Tom este asintió y se quedo quieto, ella le amarró las manos a la cama, y quitándole los zapatos y pantalones, le amarró los pies también, dejándole puesto solo la ropa interior que mostraba una erección inmensa, la tela donde quedaba la punta de su verga estaba humedecida, Aleia sonrió, el viagra estaba haciendo efecto, una vez Tom estuvo vendado, ella saco un antifaz para dormir de su cajón y se lo puso a Tom dejándolo totalmente a ciegas.

— ¿Qué haces? —pregunto él.

—Shh solo cierra los ojos y disfruta cariño —ronroneó ella cerca de su oído mientras hacia frenéticas señas hacia el ropero, Bill salio sigilosamente notando que Tom estaba amordazado y con los ojos cubiertos, no pudo evitar babear al verlo únicamente con los calzoncillos que parecían a punto de reventar por su erección. Aleia le hizo una seña desesperada y Bill tuvo que apartar la vista a duras penas, ella se alejo de Tom y Bill ocupo su lugar, ella salio de la habitación haciéndole pulgares hacia arriba, Bill asintió y entonces tuvo a Tom, amarrado, semidesnudo, frente a el, por un momento le entró el pánico ¿Qué estaba haciendo? Pero entonces mando todo a la mierda y poso sus manos en la piel caliente y sudorosa del pecho de Tom, una corriente eléctrica recorrió todo su cuerpo con el simple contacto, Bill sentía que estaba quemándose y nunca había sentido nada parecido solo por un toque, acarició con veneración el pecho de Tom sacándole gemidos ahogados, Bill no podía resistirlo inclinó su cara y lamió la salada piel de Tom, recorriendo con su lengua la ardiente piel que rodeaba un pezón, Bill acarició con su mano el bien formado vientre de Tom sintiendo como los músculos se tensaban bajo su delicado tacto.

— ¿Qué esperas linda? —gruño Tom por lo bajo, su verga estaba tan dura que alzaba el elástico de la ropa interior y asomaba la cabeza por el vientre, Bill vio como un charquito de pre-semen se había formado en la parte del vientre de Tom donde chorreaban las gotitas, con calma agarró la ropa interior y tragando grueso la jaló hacia abajo, la polla de Tom fue levándose mientras el sacaba la prenda, hasta quedar sumamente erguida, tenia la punta de un color rosado, y brillaba a la luz de las velas, Bill no podía creer lo hermosa y grande que era, casi con adoración la cogió entre su mano y la acaricio un poco, Tom dio un respingo, Bill se perdió en sus labios y se acerco, depositando un corto beso que dejó a Tom con ganas de mas, pero Tom sentía que algo iba mal, hace rato que la chica estaba callada acariciándolo, ¿Por qué no le hablaba? Le resultaba incomodo no poder ver nada, pero estaba excitado.

Bill miró con hambre contenida la manchita liquida que había quedado un poco mas abajo del ombligo de Tom, se inclinó y sin dudarlo lamió todo el liquido que había quedado ahí, sintiendo los bellos púbicos de Tom haciéndole coquillas, amó el sabor salado que le inundo la boca, Tom gimió arqueándose al sentir esa lengua recorrer su piel, se tranquilizó al sentir el piercing de la lengua de la chica en su piel, por un momento había sentido que era otra persona, por su parte Bill estaba poniéndose duro a una velocidad increíble, sentía un cosquilleo en su entrepierna y en su vientre, que se extendía por todo su cuerpo volviéndolo loco de deseo, comenzó a masturbar la polla de Tom disfrutando como salía mas pre semen, deleitándose con los gemidos que soltaba, Bill sintió como su respiración se hacia mas entrecortada, la verga de Tom estaba dura resbalosa y caliente entre su mano, Bill se perdió mirando su forma mientras su mano se empapa del liquido de Tom, este giraba la cabeza de un lado a otro, presa del placer.

Bill soltó un suspiro al sentir como Tom comenzaba a empujar contra su mano, su boca estaba llena de saliva y sabia por que, Bill nunca le había chupado el pene a otro chico, pensaba que no era de su nivel hacer algo así, por eso siempre dejaba que fueran los otros quienes le hicieran llegar al orgasmo, pero ahora era diferente, tenia a Tom a su disposición y estaba muriéndose de ganas de chupársela, realmente Bill no se reconocía en ese momento, Tom por su parte se sentía cada vez mas incomodo, le gustaba la idea de tener una chica deseosa “abusando” de el, pero ella no había vuelto a abrir la boca y eso lo ponía nervioso.

— ¿Por qué estas tan callada? —preguntó entonces, Bill dio un respingo y miro con terror a Tom que trataba de ver algo sin poder conseguirlo— ¿No crees que podríamos seguir mejor si me quitas esto de los ojos? —Bill negó con la cabeza pero Tom no podía verlo y Bill mucho menos hablar, y tampoco podía ir a llamar a Aleia para que hablase, así que se relajo y trato de ignorar a Tom, siguió acariciándolo, sacándole gemidos estrangulados, era la situación mas erótica de toda su vida, y no iba a perdérsela por nada del mundo, Tom seguía nervioso pero su cuerpo lo traicionaba, Tom ignoraba que había tomado media pastilla de viagra, y que eso mantenía su cuerpo excitado, así que le era fácil olvidarse de la situación cuando sentía esas manos acariciándolo de esa manera para brindarle alivio a su erección.

Pero Tom no se dejó vencer, volvió a removerse tratando de quitarse esa cosa de los ojos, y pudo hacerlo, el antifaz se deslizo un poco dejándole ver brevemente lo que tenia en frente, como su ojos se habían acostumbrado a la oscuridad vio todo borroso pero lo que vio claramente, fue una melena de pelo negra cerca de él haciéndole cosquillas en la nariz, Tom sintió como le volvían a acomodar el antifaz y entonces se dio cuenta de que no estaba con Aleia.

— ¿Quién eres tu? —preguntó Tom creyendo que quizás Aleia habría traído una amiga suya para hacer algún trío, pero no obtuvo respuesta— ¡Vamos quítame esto! ¿Quién carajos eres? —Tom comenzó a removerse y logró que la cosa resbalara hacia arriba por su frente, y entonces lo vio, era Bill Kaulitz— ¡¿TU?!

—Shh no grites —dijo Bill algo alarmado, pero Tom no se iba a quedar callado.

— ¡¿Qué DEMONIOS HACES AQUÍ?! ¡DESATAME! —Bill se apresuró hasta el cajón de ropa de aleia y revolvió todo con freneticismo, arrojo todas las bragas al piso y encontró el objeto que buscaba, era un bozal de cuero que se usaba en sesiones de BDSM, que Aleia había comprado por puro capricho, no le gustaba la idea de ponérselo a Tom pero era la única manera, se acerco a el y gracias a que estaba bien sujeto bill pudo ponerle el bozal el cual traía una pepita roja para incrustarlo en la boca, Bill se alejó y vio la mirada de odio que Tom le estaba mandando en ese momento.

—Escucha, lo lamento pero estabas gritando mucho —Tom gruño removiéndose en sus ataduras sin poder soltarse, Bill se obligo a no entrar en pánico, la erección de Tom seguía erguida en toda su magnificencia, y estaba ahí a su disposición tenia que ser sincero con el chico, Bill suspiro preparado para hablar— todos estos seis meses tenia algo para decirte y voy a aprovechar de hacerlo ahora, desde aquel día en que me rechazaste no pude dejar de pensar en eso, ¡Es tu culpa! ¡Por tu culpa yo estoy sufriendo todo esto! —Bill suspiro tratando de calmarse— escucha, necesito hacer esto para poder olvidarme de ti ¿de acuerdo? Yo me conozco se que si pruebo algo me aburriré de eso, es la única forma en que puedo deshacerme de ti, ¡tu me rechazaste! ¡Mi orgullo exige una venganza! ¿Qué voy a hacer si tengo que pensar en la mierda que me dijiste todos los días por el resto de mi vida? ¡No pienso hacerlo! ¡Solo quiero que tu maldito recuerdo me deje en paz! ¡¿Okay?! —Bill se acercó a Tom que seguía mirándolo con un odio extremo, Bill notó entonces que la saliva de Tom que chorreaba por su mentón, estaba manchada de algo rojo, Tom se estaba haciendo daño con el bozal, Bill escucho la fuerte música que había en la sala, el departamento era antisonido, así que el ruido se mantenía dentro del edificio, si los demás estaban tan entretenidos con la fiesta no podrían oír a Tom, Bill le hecho cerrojo a la puerta y entonces le quito a Tom su bozal.

— ¡Suéltame! —gritó Tom inmediatamente, Bill vio con preocupación que sus muñecas estaban rojas por tanta fricción a pesar del delicado material con el que estaban echas.

—Si te calmas será mas sencillo —Bill se acercó a Tom y acaricio su pecho, Tom estaba tan caliente que una oleada de placer le recorrió el cuerpo.

— ¡No me toques! ¡Eres un enfermo! ¡Suéltame marica! —gritó Tom removiéndose, Bill no le hizo caso y bajo su cabeza hasta tocar con sus labios el estomago de Tom, este se retorció pero no pudo evitar el contacto, Tom estaba aterrorizado, por que no podía creer que algo así le estuviera gustando, Bill descendió hasta abajo besando la base velluda de la verga de Tom, y sin mas preámbulos comenzó a besarla, se sentía muy bien hacerlo, Bill dejó de pensar en si era correcto que estuviera rebajándose a chupársela a otro tío, pero haría lo que fuera necesario para poder sacarse a Tom Trümper de la cabeza, lo que fuera necesario por que el estaba acostumbrado a su vida libertina y el hecho de que pensara en Tom, mañana, tarde y noche no le dejaba usar a otra victimas, simplemente cuando veía sus caras y no eran la de Tom toda la excitación se le iba.

—Si no me hubieras rechazado no tendría que haberte hecho esto —susurró Bill sobre la sensible piel del pene de Tom, este arqueó la espalda sin poder evitarlo, la lengua de Bill se sentía bien en ese lugar, y estaba tan duro que dolía, Bill llegó a la punta y la lamió totalmente llevándose en su lengua el liquido transparente que la adornaba, haciendo un sonido de succión, Tom jadeó y jalo sus manos pero esta vez no para zafarse, si no por el placer, no era la primera vez que le hacían una mamada pero Tom sentía como si lo fuera, cada caricia era un huracán de placer en su cuerpo entero, fue cuando Tom notó que la cuerda de su mano izquierda estaba aflojándose.

Bill abrió su boca y metió toda la cabeza dentro, Tom podría haber jurado que vio estrellas bajo sus parpados, la soga en su mano cedía con cada movimiento, Bill acariciaba con sus labios y lengua toda la punta haciendo gemir a Tom roncamente, este se mordió los labios tratando de no darle el gusto al cabrón de Bill, y Bill lo notó pero el también había recibido muchas mamadas y sabia como hacer para sacarle a Tom una sinfonía de gemidos, Bill fue descendiendo por toda extensión de Tom, chupándolo entero, las arcadas le agarraron por sorpresa así que tuvo que alejarse, pero se recupero pronto y volvió a succionarlo, Tom empujo sus caderas hacia arriba y Bill al fin pudo contenerlo totalmente en su boca sin sentir arcadas.

—Maldición… aahh —gimió Tom al sentir como la cabeza de su polla golpeaba la garganta de Bill, este aceleró el movimiento sintiendo como su propia polla se hinchaba hasta el punto de ser doloroso, Bill sin dejar de chupar a Tom se desabrochó los pantalones y saco su verga adolorida, luego volvió a acomodarse mientras Tom deliraba de placer, Bill chupó y chupó fuerte, entonces Tom jalo sus manos y la izquierda se libero, al instante su mano voló a la cabeza de Bill, pero no para alejarlo…

Bill casi obtiene un paro cardiaco al sentir los dedos de Tom en la cabeza, pensó que Tom lo alejaría… pero entonces la mano lo empujo hacia abajo y Bill gimió, Tom se arqueó de placer soltando un fuerte “ohhh” al sentir la vibración que provocaban los gemidos de Bill, se descontrolo totalmente, su polla estaba chorreando, llenando la boca del otro chico con sus fluidos, Tom no noto la mano de Bill acariciándose, solo empujo su cabeza hacia abajo y embistió esa milagrosa boca, Tom estaba a punto, podía sentir como iba a llegar, Bill también lo sintió, y trato de alejarse por que nunca había tragado la corrida de alguien, sin embargo Tom lo tenia bien sujeto, entonces Tom grito roncamente erizando todo el vello del cuerpo de Bill con el erótico sonido, y se vino en su boca, Bill sintió el sabor salado y viscoso de la corrida de Tom en la boca, y tragó entonces su propia polla expulso su semilla casi desmayándolo, Bill nunca se hubiera imaginado correrse con solo eso, pero sentir a Tom llegando al clímax en su boca simplemente fue demasiado excitante…

Tom cayó sobre la cama, escucho unas toses roncas de Bill, las velas bailaban ante sus ojos pero la luz que provenía de ellas estaba apagándose, poco a poco, hasta que todo quedo en oscuras.



—Oh… mierda —Aleia evito un charco de vomito en el piso de su cocina y pasó hasta la maquina de café, preparo tres y salio llevándolos en una bandeja, evitando la mierda del piso, había llamado a una empresa de limpieza para que se encargara del terrible desorden, en su sala quedaban solo dos personas una de sus amigas que estaba borracha con los pechos al aire y el otro era un tipo seguro amigo de Tom, que estaba tan borracho que parecía estar en coma etílico, después se ocuparía de ellos, subió al segundo piso y toco la puerta, se escucharon unos gruñidos y Bill abrió la puerta, todo despeinado y recién levantado, Bill cogió el café con agradecimiento y le dio un sorbo.

— ¿Qué tal la noche? —pregunto Aleia divertida, cuando entró Tom estaba vestido y desamarrado pero seguía durmiendo, Bill sonrió bobamente.

—Nada mal —dijo no arrepintiéndose en lo absoluto de haber estado con Tom, simplemente había sido algo… algo que nunca había sentido, y eso que el había acabado haciéndoselo al otro chico, pero si era sincero consigo mismo, le había excitado mas chupar la polla de Tom que ser chupado por alguna victima, era la verdad.

— ¿Ya no eres virgen?

— ¡Claro que lo soy! ¡Yo te dije que Tom no iba a ser diferente de los demás! —escucharon un ruido proveniente de la cama y se paralizaron, Tom estaba despertando, el chico se dio la vuelta y abrió los ojos confundido, luego los cerro y se tapo los parpados con el antebrazo.

—Oh mierda, joder, no fue un maldito sueño —dijo claro y fuerte, Bill dio un respingo.

—Buenos días Tom ¿quieres café? —preguntó Aleia como si nada acercándose con la taza de café, Tom ni la miró, se sentó lentamente como sopesando cuantas vueltas daba el piso y si era seguro levantarse, lo vieron quedarse en la misma posición varios minutos donde nadie dijo nada, entonces Bill se animo a hablar.

—Eh… ¿Te sientes bien? —Tom alzó la mirada y Bill se quedo en shock, Tom tenia una lagrima resbalando por su mejilla, y lo miraba con furia, con odio, se un salto se puso de pie y dando dos zancadas agarro a Bill de las solapas de su camiseta y lo sujeto fuertemente acercándolo a su rostro.

— ¡Eres un maldito infeliz! —le dijo, Bill trató del soltarse— ¡Date por muerto imbécil! —Tom alzó el puño y se lo estrello a Bill en la mandíbula, Aleia chillo asustada y trato de evitar que Tom volviese a golpear a Bill que estaba en el piso acariciándose la mandíbula.

— ¡Basta! ¡La violencia no soluciona nada! —chilló ella separando a Tom de su mejor amigo.

— ¿Qué ya te vengaste de mi? ¡¿El marica no podía soportar que alguien lo rechace?! ¡¿Es eso?! —Bill alzó la mirada con un gesto de desafío hacia Tom.

— ¡Te gustó! ¡No te hagas a la victima! ¡Deja de llamarme marica que podrías convertirte tú en uno! ¿No crees? —Tom gruño y se abalanzó con furia sobre el, Aleia fue empujada pero volvió a sostener a Tom del brazo, mientras soltaba un potente chillido.

— ¡BASTA! ¡TOM LARGATE DE MI APARTAMENTO! —gritó firmemente poniéndose en frente de Tom y mirándolo con firmeza, directo a los ojos, Bill se puso de pie tambaleándose un poco, Tom encontró sus ojos y entonces, pareciera que el tiempo hubiera perdido principio o final, simplemente se miraron, con sus ojos diciendo tantas cosas y a la vez siendo tan silenciosos, Bill nunca había vivido algo así.

—Nunca en tu vida vuelvas a acercarte a mi —dijo Tom escupiendo cada palabra con asco— o voy a matarte maldito —amenazó antes de girarse y largarse. Bill suspiró resintiendo el dolor de su mandíbula, pero quizás había ido demasiado lejos con Tom, y todo para olvidarse de él, para dejar de pensar en el todo el tiempo como quinceañera enamorada, pero al parecer no había funcionado si no empeorado, Bill sentía que tenia que hablar con Tom para disculparse pero no lo haría, sabia que había herido su orgullo, y la lagrima que Tom había derramado se lo confirmaba, no había nada peor que lastimar el orgullo de un “macho”.

— ¿Bill? ¡¿Qué tienes?! —preguntó Aleia asustada cuando vio las lagrimas que resbalaban por las mejillas de Bill, este negó con la cabeza, y ella se acerco a consolarlo. Entonces Bill rompió en amargos sollozos aferrándose a su mejor amiga, ¿Qué había echo?

Realmente Bill Kaulitz, el magnifico y popular Bill Kaulitz estaba enamorado de Tom Trümper.
 











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